Software para identificar enfermedades graves en la piel
1. Software para identificar enfermedades graves en la piel
Por: Ángela María Betancurt Jaramillo, Unimedios
Lupus, esclerodermia o dermatomitosis, entre otras enfermedades de la piel, podrán
diagnosticarse en tan solo seis minutos usando imágenes capilaroscópicas, una técnica rigurosa
y no invasiva desarrollada por expertos de Manizales.
Si usted es de aquellas personas que le prestan poca atención a alergias que, sin razón aparente, brotan de vez
en cuando en su cuerpo porque cree que se deben a algún alimento que su organismo no asimiló, o quizá trata
de ignorar la inflamación de sus músculos porque podrá atenuarla con reposo, es mejor que considere poner el
cuidado de su salud en manos de un experto.
El lupus, la esclerodermia y la dermatomitosis no dan espera y, mientras más rápido se diagnostiquen, menores
serán sus consecuencias, pues ninguna de estas patologías tiene cura.
En Colombia, aproximadamente 220.000 personas, principalmente mujeres, padecen de lupus, enfermedad que
afecta el tejido conectivo que sirve de sostén y unión de otros tejidos y órganos. Se caracteriza por la inflamación
y el salpullido –con forma de mariposa– que aparece sobre todo en la piel del rostro, pero puede llegar a afectar
el corazón, los pulmones, los riñones y el sistema nervioso.
La dermatomitosis es una infección contagiosa que presenta síntomas como alergia e inflamación de los
músculos. Comúnmente la padecen menores entre los cinco y los quince años, lo cual se conoce como
dermatomitosis juvenil. Se cree que se debe a una infección viral de los músculos o a un problema con el sistema
inmune.
Por otra parte, la acumulación de colágeno (proteína natural) produce la esclerodermia, que conlleva a la rigidez
e inflamación de los dedos y las articulaciones. También afecta la piel, los músculos y órganos internos. Este
problema suele presentarse más a menudo en las mujeres en edades comprendidas entre los 30 y 50 años.
Según el demartólogo Felipe Jaramillo Ayerbe, “se trata de enfermedades vasculares del tejido conectivo,
autoinmunes y reumatológicas, que afectan los vasos sanguíneos a nivel de los pliegues ungüeales (de las
uñas). Aunque no son muy comunes, son crónicas y difíciles de detectar, por lo que el paciente debe ser
auscultado constantemente”.
La capilaroscopía
Una de las técnicas empleadas para el estudio de estas enfermedades es la capilaroscopía del tejido conectivo,
que permite observar la relación entre la inflamación conjuntiva (de las membranas) y la presencia de nudos en
los capilares, gracias al aumento óptico de lentes (dermatoscopio).
Fue descubierta hace unos 200 años por un físico italiano, y desde entonces varios investigadores le apostaron a
su perfeccionamiento, pero solo hasta 1973 tomó fuerza gracias a que apareció en publicaciones científicas.
Para Juan Carlos Riaño Rojas, docente e investigador del Grupo de Desarrollo de Nuevos Materiales de la UN en
Manizales, “pocas técnicas diagnósticas combinan las características de la capilaroscopía: no es invasiva –el
examen no genera dolor en el paciente–, tiene alta sensibilidad, óptima especificidad, es de bajo costo y le
permite al especialista interpretar fácilmente los resultados”.
Por eso, Riaño y su grupo de investigadores, entre los que se encuentran Flavio Prieto y Édgar Sánchez, le
dieron hoy un nuevo matiz a la técnica: desarrollaron un software que caracteriza y clasifica imágenes digitales
de capilares en normales y anormales, de forma rápida y sencilla, detectando en minutos la enfermedad que
afecta al paciente.
Esta innovación la realizaron con el apoyo de médicos especialistas de la Universidad de Caldas, dirigidos por el
dermatólogo Jaramillo Ayerbe.
Clic, clic, clic
2. El primer paso de la investigación fue la toma de muestras, que consistió en la fotografía de los dedos de más de
200 personas de la capital caldense, algunas con los padecimientos de interés en el estudio (lupus,
esclerodermia y dermatomitosis).
Posterior a ello, se desarrolló el protocolo de adquisición de imágenes, que consta de una etapa de
preprocesamiento (en la que se realzan los capilares sanguíneos a través de técnicas de color) y otra de
segmentación (en la que se recorta la imagen y solo queda el área que interesa analizar). La idea es medir, en
cada segmento capilar, las características que proporcionan información para clasificar anomalías: ancho, alto,
perímetros, áreas, curvaturas y tortuosidad (cambios abruptos en el borde del capilar), entre otros.
“Una vez la imagen está en blanco y negro, el programa empieza a determinar sus características
(aproximadamente 106), que son las que le permiten al especialista diferenciar patrones clínicos: la cantidad de
zonas blancas que tiene la imagen, las más amplias, las curvadas o avasculares (dónde debería haber un capilar
y no está), etc. Con estos datos, el dermatólogo puede determinar el tipo de enfermedad que tiene el paciente”,
asegura el profesor Riaño.
Para agilizar la entrega del resultado, el software permite emplear la técnica de reducción de dimensionalidad de
características a través de la optimización por búsqueda en líneas, con la cual se obtienen las características más
relevantes de cada patología.
Con un solo dedo
Para practicar este examen, se emplea un microscopio al que se le adapta una cámara fotográfica de alta
resolución, que toma las imágenes de la parte superior de la cutícula (zona periugüeal) de los dedos anular y
corazón del paciente.
Para un mejor diagnóstico, es recomendable no haber cortado la cutícula por lo menos 15 días antes del análisis,
con el fin de no maltratar el área y evitar que se contraigan o se oculten los capilares, o que se produzcan
hemorragias que alteren los resultados.
El siguiente paso que debe dar el dermatólogo es descargar las fotos en el computador, oprimir un botón para
que el programa empiece a procesar el respectivo análisis y, en un tiempo récord de 6 minutos, obtener los
resultados que evidencian la enfermedad que tiene el porcentaje más alto.
Las imágenes capilaroscópicas se convierten así en un método diagnóstico eficaz. Y aunque el proyecto se
encuentra en su última fase, los investigadores siguen alimentando la base de datos del software, pues para
comercializar un programa en el área de la medicina es necesario tener un número alto de pacientes estudiados.
Basados en esta plataforma, proyectan el diseño de una herramienta tecnológica que ayude a identificar el
cáncer de piel.