2. ¿Cómo construimos actividades cotidianas en la educación maternal?
La reunión de inicio del ciclo lectivo continúa y circulan algunas fotografías del
año anterior de momentos cotidianos que se desarrollaron en diferentes salas
del jardín maternal. Todos las observan y como primera pregunta para avanzar
sobre ellas, una de las maestras dice: ¿Quiénes están...qué hacen?
3. Maestra- Cuando el bebé es muy pequeño, estos momentos yo creo que
mayormente se desarrollan exclusivamente entre el bebé y el adulto, “uno a
uno”.
Otra maestra- Pero también podríamos decir a partir de estas fotografías que a
medida que el bebé crece este vínculo con el adulto sigue existiendo y se sigue
favoreciendo en estos momentos cotidianos en el Jardín Maternal pero a mi
entender, ocurre un hecho fundamenta:l comienzan a ser parte de estos
momentos, con mayor protagonismo, los otros bebés, niños y niñas y esto es
importante propiciar. Se ve claramente. Cuando el bebé empieza a comer
semisólidos o sólidos, comienza a hacerlo compartiendo la mesa con los otros
bebés, niños y niñas. Y en este sentido es de suma relevancia que favorezcamos
estos encuentros, propiciar el compartir la mesa donde por ejemplo, como se ve
en una de las fotos, pueda compartir ese espacio de alimentación con el adulto y
los otros niños y niñas.
También nosotros actuamos de algún modo como “modelo” y comienza a
construirse, en ese compartir junto a otros adultos y niños o niñas, “la
comensalidad”. También empiezan a incluirse nuevos sabores, texturas
alimentarias y los utensilios, de a poco. Yo creo que los niños y las niñas van
4. conquistando gradualmente mayor autonomía en la exploración de la comida, en
el manejo del vaso y de los utensilios y van construyendo el tiempo de espera
entre bocado y bocado. A su vez, en esos momentos se conversa por ejemplo
sobre los sabores, sobre qué se está comiendo: comienza a ser importante el
compartir la mesa con otros, el saborear con otros.
Coordinadora- Tomando las imágenes que trajeron y lo que conversamos... hasta
ahora podría destacarse que en ambos grupos de imágenes, en las distintas
propuestas y a través de diferentes modos —acunando al bebé, acompañando al
bebé/niño/niña más grande a conciliar el sueño, almorzando junto a los niños y
las niñas y ayudándolos/as a servirse, a tomar el vaso, a usar los utensilios,
conversando con ellos— si nos centramos en el adulto, en el educador ¿Ocurre lo
mismo que lo que sucede en los hogares? ¿Qué aspectos son semejantes y cuáles
son diferentes? ¿Qué acciones realizamos los educadores para transformar estos
momentos cotidianos en verdaderos momentos aprendizaje? ¿Cómo hacer para
no rutinizarlos?