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Tecnica n°105 cae en la cuenta de la unidad de la existencia
1. 105 CAE EN LA CUENTA DE LA UNIDAD DE LA EXISTENCIA.
Cuarta técnica: Verdaderamente las formas están fusionadas. Fusionados están el ser omnipresente y tu
propia forma. Cae en la cuenta de que cada uno está hecho de esta consciencia.
Verdaderamente las formas están fusionadas. Parecen separadas, pero toda forma está unida con otras
formas. Existe...; en realidad, es más correcto decir que coexiste con otras formas. Nuestra realidad es una
coexistencia. Es realmente una inter-realidad, una inter-subjetividad.
Por ejemplo, imagínate solo en la Tierra. ¿Qué serás? Toda la humanidad ha desaparecido; te has quedado
solo después de una tercera guerra mundial, solo en el mundo, solo en esta gran Tierra. ¿Quién serás?
Lo primero es que es imposible concebirte solo. Es imposible, digo, concebirte solo. Lo intentarás y lo
intentarás y verás que hay alguien ahí tu mujer, tus hijos, tus amigos, porque no puedes existir solo, ni
siquiera en la imaginación. Existes con otros. Ellos te dan existencia. Contribuyen. Tú contribuyes con ellos, y
ellos contribuyen contigo.
¿Quién serás? ¿Serás un hombre bueno o un hombre malo? No se puede decir nada, porque la bondad y la
maldad existen en relación. ¿Serás guapo o feo? No se puede decir nada. ¿Serás un hombre o una mujer? No
se puede decir nada, porque todo lo que eres, lo eres relacionado con alguien más. ¿Serás sabio o tonto? Poco
a poco verás que toda forma ha desaparecido. Y con estas otras formas han desaparecido también todas las
formas dentro de ti. No eres ni tonto ni sabio, ni bueno ni malo, ni feo ni guapo, ni hombre ni mujer. Entonces,
¿qué serás? Si sigues eliminando todas las formas, pronto te darás cuenta de que sólo permanece la nada.
Vemos las formas como separadas, pero no lo están. Toda forma está conectada con otras. Las formas
existen en un patrón.
Este sutra dice, Verdaderamente las formas están fusionadas. Fusionados están el ser omnipresente y tu propia
forma. Incluso tu forma y la forma de toda la existencia están fusionadas. Eres uno con ella. No puedes existir
sin ella. Y lo otro también es verdad, aunque es difícil de concebir, el universo no puede existir sin ti. El
universo no puede existir sin ti, de igual forma que tú no puedes existir sin el universo. Has estado
existiendo siempre en muchísimas formas, y siempre existirás en muchísimas formas. Pero existirás.
Eres una parte intrínseca de este universo. No eres ajeno, no eres un extraño en él, no eres un extranjero.
Eres una parte integrante, una parte intrínseca. Y el universo no puede permitirse perderte, porque si te pierde,
se perderá a sí mismo. Las formas no están separadas, están inseparadas. Son una. Sólo la apariencia da
demarcaciones y lindes. Esto puede convertirse en una realización si reflexionas sobre ello, si ahondas en ello;
se convierte en una realización, no una doctrina, no un pensamiento, sino una realización de que «sí, soy
uno con el universo y el universo es uno conmigo».
Esto es lo que Jesús les estaba diciendo a los judíos. Pero se sintieron ofendidos porque Jesús dijo:
«Yo y mi padre del cielo somos uno.» Los judíos se sintieron ofendidos. ¿Qué estaba afirmando?
¿Estaba afirmando que él y Dios son uno? Esto era una blasfemia. Debía ser castigado. Pero
simplemente estaba enseñando una técnica, nada más. Simplemente estaba enseñando la técnica de
que las formas no están separadas, de que tú y la totalidad sois uno: «Yo y mi padre del cielo somos
uno.» Pero esto no era una pretensión, sino sólo una técnica sugerida. Y cuando Jesús decía: «Yo y mi padre
somos uno», no quería decir que tú y el padre y lo divino estáis separados. Cuando, decía «yo», estaban
representados todos los «yos». Siempre que existe un «yo», ese «yo» y lo divino son uno. Pero puede
entenderse mal, y tanto los judíos como los cristianos lo entendieron mal. Incluso los cristianos lo entendieron
mal; porque dicen que él era el hijo unigénito de Dios, el unigénito, de modo que nadie más puede afir-
mar que él también es un hijo de Dios.
Estuve leyendo un libro muy divertido. Se titula Tres Cristos. En un manicomio había tres hombres, y los tres
afirmaban que eran Cristo esto es un hecho real, no una historia, así es que un psicoanalista estaba
estudiándoles a los tres. Entonces se le ocurrió que sería muy divertido presentarles mutuamente para ver qué
pasaba: cómo se presentarían y cuál sería su reacción. De modo que los reunió y los dejó en una habitación
para que se presentaran a sí mismos. El primero dijo: «Soy el hijo unigénito, Jesucristo.» El otro se rió, ¡y
pensó para sí que este hombre debía de estar loco! Dijo: «¿Cómo puede ser eso? Yo soy Jesucristo. Tú
también formas parte de esa totalidad. También hay en ti un fragmento de esa consciencia. Pero
Jesucristo, el hijo único de Dios..., ese soy yo.» El tercero pensó que los dos eran tontos, que ambos se
habían vuelto locos. Dijo: «¿De qué estáis hablando? Miradme. Aquí está el hijo de Dios.»
2. Luego el psicoanalista les preguntó por separado: «¿Cuál es tu reacción?». Todos ellos dijeron: «Los
otros dos están locos. Los otros dos se han vuelto locos.»
Y esto no sucede sólo con los locos. Si les preguntas a los cristianos qué piensan acerca de Krishna
porque él afirma que es Dios, dirán que sólo hay una penetración del más allá, que es Jesucristo. Y sólo
una vez en la Historia penetró Dios en el mundo, y fue con Jesucristo. Krishna es bueno, es un gran
hombre, pero no es divino, no es Dios mismo.
Si les preguntas a los hindúes, se reirán de Jesús. Está sucediendo la misma locura, y la realidad es que
todo el mundo es el hijo unigénito de Dios..., todo el mundo. Lo contrario no es posible. Vienes de la
misma fuente, ya seas Jesús o Krishna o A, B, C, cualquiera o nadie, vienes de la misma fuente. Y todo
«yo», toma consciencia, está inmediatamente relacionada con lo divino. Jesús sólo estaba dando una
técnica se entendieron mal.
Esta técnica es la misma. Verdaderamente las formas están fusionadas. Fusionados están el ser omnipresente
y tu propia forma. Cae en la cuenta de que cada uno está hecho de esta consciencia.
No caigas sólo en la cuenta de que tú estás hecho de esta consciencia; cae también en la cuenta de que
todo lo que te rodea está hecho de esta consciencia.
Como es fácil caer en la cuenta de que tú estás hecho de esta consciencia, puede darte una sensación muy
egotista, puede ser una profunda satisfacción para el ego. Pero date cuenta de que lo demás también lo
está; entonces se convierte en humildad.
Cuando todo es divino, no puedes tener una mente egotista. Cuando todo es divino, tienes que ser
humilde. Entonces es imposible ser alguien, o estar por encima; entonces toda la existencia es divina, y
dondequiera que mires, miras lo divino.
Tanto el que mira como lo mirado son divinos, porque las formas no están separadas. Debajo de todas las
formas está oculta una ausencia de forma.