Los fármacos antiespasmódicos se usan para tratar espasmos musculares involuntarios y dolor gastrointestinal. Los anticolinérgicos como la atropina, escopolamina y dicicloverina actúan antagonizando la acetilcolina para reducir los espasmos, mientras que la metilbromuro de homatropina relaja la musculatura lisa visceral. Todos tienen contraindicaciones como glaucoma y deben usarse con precaución en algunas afecciones gastrointestinales.