1. UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA
FACULTAD DE AGRONOMIA
DEPARTAMENTO ACADEMICO DE CIENCIAS AGRARIAS
TERCER CONTROL DE MALEZAS EN PLATANO
PLATANO Y CITRICOS
PROFESOR
Miranda Armas Carlos
ALUMNO
Yurivilca Rosario Jean pierre
TINGO MARÍA – PERÚ
2. MANEJO INTEGRADO DE MALEZAS DEL PLÁTANO BANANO.
El manejo de malezas en bananos y plátanos no puede estar separado de otras
prácticas agronómicas utilizadas para cultivar a estas plantas. Aunque las técnicas
particulares se describen por separado, éstas deben ser integradas en un sistema
que sea apropiado para una región específica.
El período crítico, durante el cual las malezas suprimen el crecimiento de los
bananos y plátanos, se entiende que se extiende durante los inicios del
establecimiento del cultivo. Seeyave y Phillips (1970) aportan pruebas
experimentales que muestran la necesidad del buen manejo de las malezas
durante los primeros 4-6 meses después de la plantación. Un estudio hecho en
Nigeria mostró que el período crítico de competencia en el plátano comprende la
etapa entre el brote de la flor y el engrosamiento de los frutos (Akobundu 1987
citando a Ndubizu 1981). Sería prudente, por tanto, asegurarse de que los
bananos y plátanos reciban un buen manejo de las malezas por cualquier vía
durante, al menos, seis meses después de la plantación y que se eliminen las
malezas que aparezcan próximas a las plantas de cultivo, o sea todas aquellas
dentro de un círculo alrededor de la base del tallo.
Dentro de la vegetación nativa se considera maleza (arvense), aquella planta que
en un momento dado puede competir por agua, nutrientes, luz, espacio y gas
carbónico (CO2) con un cultivo, afectando la producción en cantidad y
calidad. Otro efecto es la acción de albergar plagas y enfermedades, aumentando
los costos de producción. En algunos casos liberan sustancias tóxicas que
dificultan el crecimiento normal de las plantas.
Durante el primer ciclo de producción del plátano el efecto de la competencia por
maleza pasa inadvertido para el agricultor y se ve solo al momento de la cosecha,
representado en el bajo peso de los racimos y en la mala calidad del fruto.
Los resultados de la investigación han determinado que el período crítico de
competencia de malezas en el cultivo de plátano Dominico Hartón, se ubica entre
los primeros siete meses después de la siembra (20-24 hojas emitidas). Por lo
tanto, durante este período se debe intensificar el manejo de las malezas para
evitar retraso en la floración, así como la reducción significativa en el peso y
calidad de los racimos. Se recomienda realizar un plateo químico desde el
momento de la siembra, con el cual conseguirá eficiencia en las épocas de
fertilización establecidas. (Castellanos , 2010)
3. Tercer control de malezas
El tercer control en malezas se hace en el mes 5, se hace con el fin de que
El hijuelo no compita por nutrientes con las malezas
Manejo Integrado de Malezas o Arvenses
Para realizar un programa de manejo integrado de malezas o arvenses se deben
tener en cuenta las siguientes consideraciones:
a) Tipo de maleza (arvense).
Existen dos grandes grupos de malezas: las de hoja ancha y hoja angosta
(gramíneas), siendo éstas últimas más agresivas, afectando de manera más
drástica al cultivo. El tipo de malezas determina el mejor método de control a
utilizar y si es el caso el tipo de herbicida.
b) Malezas como hospedera de plagas y enfermedades.
Existen malezas nobles para café y otros cultivos, pero en plátano muchas de
ellas son hospederas de los virus, como la siembra viva y la achira, entre
otras. Otras plantas como la Emilia, Cadillo y Lulo de perro son hospederas de
bacterias como la que produce el Moko.
4. c) La edad del cultivo. Las malezas son competitivas en los primeros siete meses,
especialmente entre el quinto y el séptimo mes de establecido el cultivo.
d) La conveniencia y la oportunidad del control.
· Socioeconómico.
· Biológicos y ambientales.
Tabla 1. Las malezas más importantes del mundo
MÉTODOS DE CONTROL
Control manual y mecánico: El sistema radical del banano es superficial,
la mayoría de las raíces están a 15 cm de la superficie del suelo. Todas las
labores de cultivo, excepto las más superficiales, tienden a dañar el sistema
radical, por lo que generalmente se deben evitar (Simmonds 1959). Pero se
tiene que la limpieza manual, denominada "plateo”, se hace con machete
sobre la unidad de producción en un radio de 1 m a partir del pseudotallo.
El control mecánico, denominado “chapia”, se efectúa con guadaña y
consiste en la poda de las malezas en las calles a una altura de cinco
centímetros, evitando descubrir totalmente el suelo. La limpieza se
mantiene durante el primer año de establecido el cultivo, iniciando a las
cuatro semanas de la siembra, realizada en ciclos calendario de 4 a 6
semanas, dependiendo de las condiciones climáticas y tipo de malezas
prevalentes (Moreno et al., 2009). Se consideran métodos eficaces para el
5. control de la mayoría de las especies asociadas al cultivo, especialmente
las de hoja ancha (Pinilla y García, 2002), y los más usados por pequeños
pro- ductores, aunque representan un alto costo por el requerimiento de
mano de obra.
Control biocultural. La sombra es el mejor herbicida; por lo tanto, la
utilización de altas densidades de plátano (2.000-3.000 plantas/ha) ayudan
a reducir y hacer eficiente el manejo de las malezas. Otro método es el
empleo de sistemas asociados, donde los cultivos de pancoger como fríjol,
maíz y tomate de mesa ocupan el sitio de las malezas al comienzo del
establecimiento del cultivo y con las podas que se pueden hacer a la planta
de plátano se pueden obtener rendimientos normales de los cultivos en
asocio.
Control químico. Los herbicidas ofrecen un medio práctico para el control
de malezas y permiten el cumplimiento de las recomendaciones referentes
al mínimo de labores de cultivo en campos de banano. El efecto económico
del control químico varía en todo el mundo; en algunos países la producción
de banano sería virtualmente imposible sin herbicidas, mientras en otros,
especialmente las naciones más pobres o en desarrollo, el uso de
herbicidas es raramente práctico o apropiado. Sin embargo, existe la
posibilidad para todos los países de explotar los herbicidas en el control
seguro y efectivo de las malezas en bananos y plátanos.
Es el más utilizado en la mayoría de las plantaciones bananeras y
plataneras, solo hasta hace muy poco tiempo se ha intentado racionalizar
su uso en la región. Se hace básicamente con herbicidas, aplicados en
forma selectiva. Teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Se permiten los herbicidas aprobados por el Departamento de Agricultura
de Estados Unidos (USDA) y por la Agencia de Protección Ambiental
(EPA). Si bien existe una amplia gama de productos en el comercio, los
productores, asistentes técnicos y administradores de fincas generalizaron
el uso del paraquat y Glifosato, con aplicaciones oscilantes entre 4 y 6
ciclos por a/ año. Sin embargo, desde hace cuatro años, el Paraquat fue
retirado de la explotación bananera por exigencia del mercado europeo
donde el agroquímico tiene restricciones por su categoría toxicológica
(Aguirre-Buitrago et al., 2014), por lo que el control químico quedó
supeditado casi exclusivamente a aplicaciones de Glifosato, con aumento
de la dosis hasta 200 mL/20 L de agua en algunas fincas, para controlar las
más agresivas en los periodos considerados críticos. De acuerdo con
información de técnicos y administradores de fincas, algunas especies han
creado resistencia a los productos usados; lo que merece especial
6. atención, porque repetidas aplicaciones de herbicidas con similar modo de
acción imponen una presión de selección que lleva a la resistencia, en
especies comúnmente susceptibles (Radosevic et al., 1997). Debe
considerarse que, a nivel mundial, desde 1970 hay un incremento anual
estimado en nueve nuevos casos de poblaciones de malezas resistentes a
herbicidas, con una tendencia de aumento continuo a pesar de los
esfuerzos por educar a los agricultores sobre cómo manejar la resistencia
(Shaner, 2014).
Para plantaciones comerciales en monocultivo o barreras tecnificadas se
debe hacer un control pre-emergente de la maleza al plato, en dosis de 2.5
Litros de producto comercial por hectárea al momento de la siembra. En
las plataneras ya germinadas y establecidas se puede también utilizar al
plato el producto conocido como Karmex en dosis de 2.0 kilogramos por
hectárea. Práctica necesaria que permitirá abonar el cultivo especialmente
en los primeros meses, donde se presenta la fase crítica de competencia
por malezas.
Para estos mismos sistemas de producción, se tiene la opción de utilizar el
herbicida, aplicado con el equipo conocido como “selector de malezas”,
creado por Cenicafé que controla aquellas malezas nocivas, utilizando una
concentración de la mezcla herbicida (Agua + Round up entre el 5 al
10%). Es decir, en un litro de agua echar entre 50 a 100 centímetros
cúbicos de Round up. También se puede utilizar la fumigadora tipo Herby,
cuya característica principal es el empleo de 10 a 30 Litros de agua por
hectárea, haciendo más eficiente la labor.
En la Tabla 2 aparece una selección de herbicidas que han sido ampliamente
usados en bananos y plátanos. Las dosis, momentos de aplicación y breves
comentarios sobre el uso de estos productos son allí dados. Si se establecen
cultivos asociados o de cobertura del suelo, el uso de estos herbicidas es probable
que sea limitado considerablemente. Esta información se ofrece como guía y no
sustituye la asesoría local ofrecida por expertos calificados en el manejo de
malezas.
7. Tabla 2. Herbicidas para uso en bananos y plátanos.
Para evitar la difícil tarea de seleccionar un producto entre tantos, se insta al lector
a considerar el uso glifosato como primera opción. Este herbicida es muy efectivo
contra la mayoría de las malezas herbáceas, incluyendo gramíneas perennes y
ciperáceas, que pueden ser problemáticas en bananos y plátanos. Tiene baja
toxicidad (DL50 oral aguda en ratas del producto más común =5.4 g/kg) sin
residuos perjudiciales en el suelo después de su aplicación. Puede utilizarse para
eliminar las malezas perennes antes de la plantación y por consiguiente se
aplicará cuidadosamente de forma dirigida dentro del cultivo. Los tratamientos
deben aplicarse tan frecuente como sea necesario.
La dosis y frecuencia de uso de un herbicida, exponen a la población de malezas
a una presión de selección con el consecuente aumento en el número de
individuos resistentes.
Sin embargo se tienen reportes de biotipos resistentes a herbicidas a nivel
mundial: 1185 de 246 especies de malezas.
Biotipos con resistencia a Glifosato: 272 (32 especies) Ocho de éstas sp.
crecen en plantaciones bananeras: Amaranthus spinosus, Erigeron
bonariensis, Echinochloa colona, Eleusine indica, Digitaria insularis,
Leptochloa virgata, Sorghum halepense y Tridax procumbens
De los herbicidas activos en el suelo, ametrina, diuron y simazina son
ampliamente recomendados y tienen la ventaja sobre paraquat y glifosato, de que
persisten en el suelo, evitando el crecimiento de muchas malezas, pero a
diferencia de glifosato, no controlan las especies perennes.
En vista de la importancia de las malezas gramíneas, uno podría anticipar un
papel para alguno de los relativamente nuevos graminicidas, tales como diclofop-
metil, fluazifop-p-butil, fenoxaprop-etil, haloxyfop-metil, quizalofop-etil y
sethoxydim, pero hay poca o ninguna evidencia de que estos productos hayan
sido evaluados y aprobados para su uso en bananos y plátanos.
Finalmente, los herbicidas no deben ser concebidos como una panacea para
resolver todos los problemas de malezas en bananos y plátanos. Ellos tienen la
capacidad de resolver problemas, así como también de crearlos
8. REFERENCIAS
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