El documento discute los desafíos actuales de la escuela secundaria en Argentina. Señala que existe un desajuste entre la oferta educativa y el desempeño real de docentes y estudiantes. También hay una distancia entre la "cultura escolar" y la "cultura de los jóvenes". Muchos estudiantes enfrentan dificultades como la pobreza que afectan su escolarización. Se necesitan nuevas propuestas educativas que consideren mejor los contextos y sujetos involucrados, y que incorporen las TIC como herram
1. La escuela secundaria hoy (21/10/2014)
Ya es de reconocimiento público la existencia de un desajuste entre las características de la oferta educativa y el desempeño
real de los actores del proceso pedagógico. Desde esta perspectiva, existe un malestar docente, así como un malestar de los
alumnos, que no encuentran en la escuela un espacio significativo. En este sentido, hay una gran distancia entre la “cultura
escolar” y la “cultura de los jóvenes”. Algunos contraponen como irreconciliables ambas culturas, argumentando que es la
propia institución escolar la que construye y naturaliza esta oposición. Al respecto, Tenti Fanfani plantea que uno de los
puntos críticos que estarían limitando la expansión del nivel medio se relaciona con las condiciones sociales necesarias para
sostener la escolarización de los adolescentes y jóvenes especialmente en contextos de crisis y exclusión social.
Si se entiende a la juventud desde una perspectiva de construcción sociocultural, que contemple la historia biográfica del
sujeto, permite reconocer las singularidades de las trayectorias juveniles. Sin embargo, en general, en la escuela, se ve a los
jóvenes en el marco de estereotipos rígidos, con una mirada cristalizada sobre sus recorridos individuales. Incluso, a veces,
pareciera que lo único preocupante es que estén todo el tiempo en la escuela, culpabilizando a las familias de las dificultades
en la escolarización de sus hijos, en lugar de cuestionar qué se hace con ellos en las horas de clases.
Está claro que la escuela no es un espacio aséptico ni homogéneo, pues la presencia de variables socioeconómicas y culturales
juega un papel importante, aunque no determinante, en el éxito educativo. Varios autores señalan que un gran obstáculo
radica en que muchos jóvenes atraviesan por situaciones de precariedad y pobreza, por lo que deben asumir ciertas
responsabilidades con el fin de ayudar al bienestar de sus familias.
La Ley de Educación Nacional y las Resoluciones del Consejo federal de educación dan marco legal no sólo a la
obligatoriedad escolar, sino también a las multiculturalidades que encontramos en nuestro campo de trabajo, pero, sin
embargo, no alcanza. Si tomamos en cuenta que América Latina es la región más desigual del planeta, con un coeficiente de
Gini de 0.53 (es un valor entre 0 y 1, en donde 0 significa la igualdad perfecta y 1 corresponde a la desigualdad máxima), es
necesario direccionar los proyectos institucionales como un instrumento para avanzar en una transformación progresiva
del modelo institucional de la educación secundaria y de la prácticas pedagógicas que implica, generando recorridos
formativos diversificados.
Terigi (2010) plantea que hubo una serie de supuestos que han caracterizado a la escuela, tales como: “si no van a la
establecimiento, no aprenden”, “todos aprenden todo”, “se aprende de una sola vez”. No obstante, hoy en día, se debe
discutir de qué manera los modificamos, rompiendo especialmente con algunas naturalizaciones o “verdades” que se
sostienen en la escuela.
Este es el nuevo desafío, pensar nuevas propuestas fundamentadas y acordes con los sujetos y contextos en que nos hallamos
insertos. Para ello es fundamental la integración de las TIC. Lejos de resultar un escollo, las netbooks podrán ser la
herramienta para superar las dificultades que señalaba anteriormente, a través del aprovechamiento de los beneficios que
tiene en el aprendizaje la colaboración entre pares, el reagrupamiento periódico de los alumnos y la formación de los
alumnos para el trabajo autónomo. Trabajar grupalmente es fundamental a fines de realizar un trabajo colaborativo; esto
es, con una interdependencia positiva y una interacción cara a cara, en tanto los estudiantes se fortalecen académica y
actitudinalmente y, a su vez, se aprovechan las habilidades cognitivas y sociales de cada integrante del grupo.
Los docentes podrán estructurar la enseñanza en pos del aprendizaje colaborativo, con grupos virtuales de trabajo en red,
esto es un trabajo colaborativo mediado por las netbooks, con estrategias de enseñanza y aprendizaje en la cual interactúan
dos o más sujetos para construir el conocimiento a través de discusión, reflexión y toma de decisión, proceso en el cual los
recursos informáticos actúan como mediadores. El éxito y el fracaso del aprendizaje dependerán de la capacidad que tengan
las instituciones para adecuar contenidos y dispositivos didáctico- pedagógicos.
Por Carina Cabo, Pedagoga (UNR).
http://www.aptus.com.ar/la-escuela-secundaria-hoy/