La dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales, pescado y aceite de oliva como grasa principal. También incluye un consumo moderado de vino, aves y productos lácteos desnatados. La dieta propuesta ofrece 7 menús para cada comida basados en ensaladas vegetales, pescado, pollo y ocasionalmente carne roja, acompañados de frutas para una alimentación equilibrada.