La agricultura industrial y el sistema alimentario industrial son las principales causas del calentamiento global y la crisis climática, mientras que las agriculturas campesinas y biodiversas son más sostenibles y alimentan a la mayor parte de la humanidad. A pesar de esto, las negociaciones internacionales sobre el clima favorecen los intereses de las empresas agroindustriales sobre los campesinos. Integrar la agricultura en el comercio de créditos de carbono subsidiaría aún más a las grandes empresas en detrimento de las comunidades campesinas.
2. La agricultura y el sistema alimentario industrial son el principal causante del calentamiento global y la crisis climática. En contraste, las agriculturas campesinas e indígenas, biodiversas y descentralizadas, son el factor más importante para enfrentar esta crisis y salir de ella, además del hecho fundamental de ser las que alimentan a la mayor parte de la humanidad.Pese a esto, la visión que predomina en las negociaciones internacionales sobre el clima recoge los intereses de las empresas contra los y las campesinas. El intento ahora es integrar la agricultura y los suelos al comercio de créditos de carbono, lo cual significaría un nuevo subsidio a las trasnacionales de agronegocios, favoreciendo más a la agricultura industrial y mayor despojo a las formas de vida campesinas. Los datos sobre las fuentes del calentamiento global varían según la fuente, pero coinciden en señalar la agricultura industrial como una de las fuentes mayores de emisión de gases de efecto invernadero, junto a la generación de energía y transportes basados en combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Las actividades agrícolas aparecen como responsables de entre 11 y 15 por ciento de las emisiones. Si bien este dato ya es grave, presentarlo desagregado de las emisiones de la cadena agroalimentaria industrial oculta una realidad mucho peor en cuanto a su responsabilidad por la crisis climática. Si se consideran juntos la agricultura industrial y el sistema alimentario industrial al que está necesariamente ligado, hay que cargarles una parte significativa de las emisiones de los transportes; otro porcentaje por deforestación y cambio de uso de suelo (en avance de frontera agrícola y en uso de papel: aproximadamente 75 por ciento del papel que se produce es para propaganda y embalajes, que son solamente demanda de las grandes cadenas de ventas), y casi la totalidad del metano que emiten los basureros debido a la pudrición de basura orgánica, que en su mayoría son restos de alimentos que se tiran en las ciudades.
3. Desde hace algunos años, las advertencias acerca de los riesgos del cambio global, y en especial del cambio climático, se suceden. El Informe Stern, por proceder de un economista poco sospechoso de ser un ambientalista más o menos ácrata, y por haber sido encargado por el Gobierno británico, fue un aldabonazo fuerte que resonó en medios generalmente sordos, e incluso muy refractarios a esta clase de preocupación.Luego llegó el cuarto informe del IPCC que, aunque moderado y prudentísimo en sus cálculos, dejaba claro que el cambio climático era real y sus consecuencias temibles, y venía respaldado por dos mil quinientos científicos de todo el mundo. La película de Al Gore Una verdad incómoda tuvo también mucha resonancia, aunque entre los más reticentes la personalidad política de Gore más bien causó reacciones opuestas. Algunos han seguido negando la realidad del cambio climático, empezando por el Gobierno Bush en EEUU y por personas tan conocidas como el excelente novelista de ciencia ficción Michael Crichton. También hay científicos solventes que creen que se han exagerado mucho las tintas y que los datos reales de que disponemos no avalan un aumento de la temperatura sensible en los últimos quince años, si se considera el hecho de que estamos en un período caluroso dentro de los ciclos habituales. Pero los trabajos científicos que reconocen como reales el cambio y su autoría humana han seguido llegando a un ritmo creciente, y no sólo abonan las tesis del IPCC sino que en muchos casos indican que éstas pueden haberse quedado cortas. La razón de esto último es fácil de comprender.