Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
El Corredor Mediterraneo
1. Río Cuarto / Río Tercero / San Francisco / Villa María Miércoles 7 de noviembre de 2018 - Año 19 N° 828
pág. 4
El Corredor Mediterráneo
pág. 8pág. 8
Humorsolini
Heraldo Mussolini
pág. 2 y 3
pág. 5
pág. 3
Entrevista a
Santiago Sylvester
El poeta salteño, uno de los más importantes
referentes de la poesía argentina contempo-
ránea, da cuenta de sus inicios y de las pau-
tas básicas que guían su obra poética.
La imagen clandestina
Lúcida e inteligente aproximación de Gastón Molayoli a “El silencio es un
cuerpo que cae”, la bella película de la directora argentina nacida en
Córdoba, Agustina Comedi, quien bucea en el secreto y la transgresión.
Jaime Comedi
Santiago Sylvester
pág. 8
el hecho plástico
El Renacimiento
(aspectos generales II)
por
miguel carlos zupan
cara Y cruz De la cultura
munDiales De fÚtbol
Omar Barocco Lo Giúdice
la voz De tus ojos
es más profunDa
que toDas las rosas
Jorge Palma
Pág 6
Historias De río
cuarto, entre toDos*
los primeros obreros
gigenenses
Mariano D. Álvarez
Pág. 7
Dickinsonia,
el fósil más antiguo
Del planeta
Redacción ECM
2. El Corredor Mediterráneo / Página 2
El trabajo poético e inquisitivo que
Comedi ejerce sobre ese registro (más de
cien horas, según dice en un momento)
funciona como un modo de detectar y
luego disipar las apariencias que cubrie-
ron la historia de Jaime antes de que ella
naciera. Para detener la caída del cuerpo
al cual alude el título (puede ser su cuer-
po, el de su padre o el de ambos) no
alcanza con oponer el silencio a las pala-
bras si éstas no son acompañadas y hasta
confrontadas con los registros visuales y
sonoros. Es como si los testimonios de
los amigos de su padre, de compañeros
de generación o incluso de familiares, a
través de los cuales se dice, siempre de
manera lateral o ambigua, que entre los
años setenta y ochenta Jaime militó en
vanguardia comunista y que estuvo en
pareja con un hombre no alcanzaran para
comprender lo que implica el trayecto
que va desde reconocer el deseo y ser
consecuente con él hasta reprimirlo en
nombre de una idea de familia. En las
entrevistas, sobre todo durante el primer
tramo de la película, las cosas se resisten
a ser nombradas. Están los que mencio-
nan la palabra “deseo”, los que prefieren
no hablar de la “vida privada de Jaime” y
los que se ocultan detrás de expresiones
como “Jaime tenía un perfil distinto”
para no pronunciar la palabra “gay”, lo
que obliga a la directora a desplegar un
discurso indirecto. “En síntesis”, dice su
voz, “lo que me contaron los amigos de
Jaime fue que estuvo once años en pare-
ja con un hombre antes de conocer a mi
mamá”. La revelación establece un quie-
bre en la película, como si hubiera llega-
do la verdad para borrar las apariencias y
dibujar sobre la hoja, ahora blanca, una
elipsis entre los primeros fragmentos de
testimonios y los que se verán (o sólo se
escucharán) luego. En la segunda parte
de las entrevistas se hablará del peso de
la moral cristiana en su cruce (o en su
correspondencia) con la moral revolucio-
naria, de la dificultad de conciliar la vida
privada con la lucha política, de las expe-
riencias de quienes fueron detenidos por
las fuerzas armadas sólo por estar en la
calle ofreciendo sexo (o “por incitación al
acto carnal en la vía pública”) y de la
negación como otra forma de persecu-
ción. Una de las hermanas de Jaime,
incluso, dirá que en su barrio había una
línea que separaba una zona residencial
de una zona más popular, ligada a la pros-
titución, a los boliches, a otra sensibili-
dad, y que a Jaime le gustaba habitar esa
zona. La metáfora visual es perfecta.
Comedi la aprovecha para revestirla de
imágenes en super ocho (es decir, para
convertirla en una metáfora cinemato-
gráfica), en las que se ve a jóvenes habi-
tando los rincones de la ciudad y los espa-
cios huérfanos debajo de los puentes, y
también para conectarla con un video en
el que su padre se sube a un mirador para
demostrar que la ciudad de Córdoba,
como explica su propia voz, es “un
pozo”.
Lo que se dice en El silencio es un cuerpo
que cae siempre tiene una réplica más
potente, más precisa, en las imágenes,
las que Comedi inventa o las que recupe-
ra del material de su padre. Por momen-
tos pareciera que en ese archivo está
todo lo necesario para darle forma no
sólo a la sensación de doble vida que
posiblemente Jaime experimentaba, sino
también al miedo y al prejuicio de los
otros. Sobre lo segundo basta ver a ese
personaje que se la pasa haciendo chistes
acerca de los que “no van para delante”
o “juegan en el otro bando”. Sobre lo pri-
mero, basta volver al inicio de la película,
al montaje paralelo que va desde los con-
La imagen clandestina
Gastón Molayoli afirma que “El
silencio es un cuerpo que cae” es una
de las películas más potentes y bellas
del cine argentino. En ésta, Agustina
Comedi se adentra en la militancia
política y la disidencia sexual de su
padre. El filme ha recibido varios
premios internacionales, entre ellos,
el Premio Netflix Ópera Prima.
Jaime, padre de Agustina Comedi
Foto familiar
3. El Corredor Mediterráneo / Página 3
tornos de la escultura del David (las pier-
nas, los glúteos, los brazos), que su padre
filma con una mezcla de erotismo y goce
estético, hasta las figuras de su mujer y su
hija, que deambulan alrededor de la obra.
En ese fragmento, que la cineasta desmar-
ca del material bruto, personal y domésti-
co registrado por su padre, no hay dema-
siada manipulación, sólo la que implica
situar esas imágenes junto a otras para
dotarlas de sentido. Tanto en estos regis-
tros como en aquellos en los que su padre
habla del tiempo que se deja atrás o de la
dificultad para enfrentar, desde los cua-
renta años, “la segunda parte de tu vida”,
están encapsulados el pasado oculto y
silenciado y el presente familiar, que en
ningún momento se reviste de tragedia
sino de nostalgia, como si una cortina
separara lo que fue, y debe permanecer
fuera de lo visible, de lo que es.
Comedi comprende (y es notable que ella,
estando tan involucrada en lo que vemos,
pueda comprender tanto) que hay que
plegar la cortina, desnaturalizar las imáge-
nes falsas como las que abundan en los
viajes a Disney que hizo con sus padres,
para finalmente mostrar un modo de vivir
la sexualidad que una buena parte de la
sociedad, todavía hoy, prefiere condenar
a espacios secretos. Por eso en diferentes
tramos el discurrir de las imágenes se aleja
del relato íntimo y se conecta con espectá-
culos privados o públicos (como los del
Grupo Kalas) que los amigos, los compa-
ñeros o los amantes de su padre protago-
nizaron en algún momento. Son fragmen-
tos en los que se configura una sensibili-
dad y se describe una serie de lugares
donde la diferencia podía existir.
En cada plano siempre se devela una
ausencia, siempre hay algo que falta.
Incluso en el más evidente la mirada
puede sospechar algo, extraer un misterio
y sostenerlo como tal para nunca resolver-
lo. En El silencio es un cuerpo que cae la dis-
tancia entre un padre y su hija, entre una
generación y otra, entre una época y otra,
se resuelve a partir de un puente: el padre
se muestra sin saberlo y la hija ordena lo
mostrado con sabiduría y amor, para que
el cuerpo detenga la caída y su imagen
deje de ser clandestina.
gastón molaYoli
ESTRENO
CENTRO CULTURAL
LEONARDO FAVIO
15 DE NOVIEMBRE 21 HS.
Dickinsonia,elfósilmás
antiguodelplaneta
Los paleontólogos afirmar que hace 550
millones de años había en la Tierra criaturas
tan extrañas, que parecían venidas de otros
planetas. Estas criaturas, como las pertene-
cientes a la fauna “Ediacara”, estaban for-
madas por organismos cuya complexión y
simetría eran completamente distintas a las
de los animales actuales. “Algunos –afirma
Jochen Brocks, geoquímico de la
Universidad Nacional de Australia en la
revista Science- tenían formas fractales [la
fractal es un objeto geométrico, cuya
estructura aparentemente fragmentada o
irregular se repite a distintas escalas] o
semejaban galaxias en espiral con ocho bra-
zos, que los biólogos aún no saben expli-
car”.
Algunos estudiosos creen que se trataban
de líquenes producidos por la simbiosis
entre un hongo y un alga, otros que eran
seres unicelulares gigantes, e incluso ani-
males de aguas cálidas y poco profundas.
Todas estas hipótesis siguen vigentes, lo
que hace que estos fósiles sigan siendo
hasta ahora un verdadero enigma paleon-
tológico.
Sin embargo, Brocks y su equipo de investi-
gadores creen haber encontrado algunas
respuestas a partir del análisis de restos
orgánicos hallados en el interior de un
género de fósiles llamado Dickinsonia y del
cual se conocen unas doscientas especies y
que es tenido por el más antiguo de la
Tierra. Según explica el geoquímico austra-
liano, estos organismos de la fauna
“Ediacara eran ovalados y simétricos que
podían medir hasta 1,4 m de longitud”.
Los investigadores encabezados por
Jochen Brocks obtuvieron numerosos
ejemplares de Dickinsonia obtenidos de las
paredes de un acantilado del Mar Blanco
(Rusia) y los analizaron con un cromatógra-
fo comprobando que tenían un elevado
contenido de colesteroides (derivados del
colesterol) que, sin embargo, no estaban
presentes en los microorganismos que los
cubrían y que, al parecer, les servían de ali-
mentos.
Esta observación ha llevado a los científicos
a afirmar que estos seres son los animales
más antiguos que hasta hoy se conocen del
planeta e informan “cómo sucedió el paso
entre el mundo microoscópico de las bacte-
rias y el de los animales grandes”. Al pare-
cer Dickinsonia podía moverse, pero no se
ha podido saber si compartía otras caracte-
rísticas propias de los animales, como ali-
mentarse de otros organismos, ser multice-
lulares, poseer tejidos especializados y sis-
temas nervioso y digestivo. La carencia de
boca y ano ha llevado a concluir que estos
animales primarios se alimentaban a través
de la piel, que eran unicelulares y que si lle-
garon a alcanzar grandes dimensiones se
debió a la ausencia de depredadores. La
animalidad se ve reforzada por la presencia
de los colesteroides, ya que el colesterol
forma parte de la membrana que cubre las
células, les da forma y filtra los compuestos
que entran y salen de ellas. “No sería extra-
ño –afirma Brocks- que el colesterol cum-
pliera en Dickinsonia la misma función, lo
cual reforzaría la presunción de que es el
“animal más antiguo que se conoce en el
registro geológico”, cosa que otros científi-
cos consideran exagerado afirmar. Para
éstos, Dickinsonia era un organismo que
anticipa al animal pero que no era un animal
propiamente dicho, ya las nuevas formas
de vida que hoy conocemos como animales
se produjeron durante el Cámbrico, hace
541 millones de años, época en que aquél se
habría extinguido.
reDacción ecm
4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
¿De cuándo datan sus primeros textos?
Empecé a garrapatear palabras en la
adolescencia, pero supe un poco des-
pués que la cosa iba en serio: más o
menos a los 17 o 18 años. Mi primer libro,
innecesariamente precoz, lo publiqué en
Salta cuando estaba haciendo el servicio
militar, que por entonces era obligatorio.
Me ayudó a armarlo Raúl Aráoz
Anzoátegui con su generosidad invenci-
ble, pero creo que lo que se puede resca-
tar de aquel libro, no es el resultado, sino
mi pasión por la palabra escrita, mi fervor
por escribir. Yo estaba literariamente
muy crudo, no tuve la precaución de
nacer genial así que tuve que formarme,
y eso me llevó un tiempo; de modo que
todo lo que tenía para decir, y la forma
de hacerlo, era más bien prestado.
¿cuáles fueron sus primeras influencias
y cuáles lo son ahora?
Mis primeras lecturas fueron el Siglo de
Oro español, como consecuencia del
colegio secundario en el que estudié: el
Bachillerato Humanista, donde se da
mucha importancia a los clásicos, con
latín y griego incluidos. Pero en la época
de mis primeras publicaciones, las lectu-
ras más recurridas eran Vallejo, Neruda y
la generación española del 27. Hoy man-
tengo la lectura de los clásicos españo-
les, sobre todo Quevedo, y ya no tanto la
de los otros mencionados, aunque por
supuesto el respeto sigue intacto. Mis
lecturas actuales son variadas, y con los
años que tengo ya ni sé cuáles son las
influencias: con los años uno va apren-
diendo a disimularlas; pero sí es cierto
que desde hace mucho predomina en mí
una tendencia a lo reflexivo, a lo mental,
más que al lirismo o a la metáfora, y
entonces tengo que hablar de Borges, de
Drummond de Andrade, de Eliot, y ya
más cerca de Giannuzzi, entre muchos
otros.
¿cree en la inspiración?
Como ya se ha dicho, creo que la mejor
inspiración es el trabajo. Esto consiste en
vivir en un estado de atención que facili-
ta y provoca ese “darse cuenta” que está
en el núcleo de la poesía. Sin embargo,
nada anula un cierto imponderable, algo
fortuito que llega imprevistamente, y
que se revela en esos momentos en los
que parece más fácil resolver lo que es
complejo. La idea de inspiración ha caído
en descrédito por el abuso que hizo un
tipo de romanticismo, que llegó a asimi-
lar al poeta con un médium: un señor al
que no sabía qué le pasaba, que después
de un estado de gracia, algo así como
una posesión divina, veía sobre la mesa
un poema escrito por su mano. Dejando
de lado esta caricatura, me parece que
hay cosas a sumar para que se dé lo
mejor: trabajo+imponderable+conoci-
miento del oficio.
¿cuál es su manera de trabajar el texto?
¿toma apuntes, lo memoriza?
Siempre digo que escribo rápido y corrijo
despacio. Tomo notas en una libreta que
tengo en el bolsillo, y después veo qué
esconden esas premuras.
¿Hace muchas correcciones?
Muchas, y es un momento de gratifica-
ción para mí. Creo, con alguna arbitrarie-
dad, que lo que distingue a una persona
que escribe de un escritor de verdad, es
que el escritor siente precisamente el
gozo de corregir: es el momento del
juego, de la voluntad de divertirse con
las palabras, de ir buscando el sentido de
todo lo que hace.
¿qué es la literatura para usted?
Vista desde aquí, resultó ser nada menos
que mi destino. Supongo que suena
grandilocuente, pero es cierto. Mi vida
hubiera sido totalmente distinta sin ese
elemento fundamental; la literatura me
ha servido para vivir de cierta manera: un
modo de tener amigos, de conversar, de
viajar, de leer, de estar solo. Sin la litera-
tura, y sobre todo sin la poesía, hubiera
vivido otra vida; y como la vida que llevo
viviendo me gusta bastante, hubiera sido
una pena.
¿relee sus libros publicados?
A veces, y no a todos. Por ejemplo, tengo
tres libros iniciales a los que no vuelvo
nunca. No por desprecio o temor, ni
mucho menos para discutir con el
muchacho que he sido, sino porque ya
no me siento en sintonía con ellos. De
hecho, no los he incluido cuando me
tocó hacer alguna antología de mis pro-
pios poemas.
¿tiene cábalas o supersticiones a la hora
de escribir?
Si tomar notas todo el tiempo es una
cábala, ahí tengo una. Pero creo que más
que cábala es procedimiento. No, no
creo tener esas cosas, ni creo en ellas.
¿cuáles son los temas que lo obsesiona-
ron en su obra?
El mundo en el que vivo y el paso del
tiempo: lo demás viene por añadidura.
¿nutre su literatura con otros campos
del arte como ser el cine, la pintura, la
fotografía?
Todo sirve, la poesía viene de todas par-
tes, no sólo del arte. Conozco buenos
poemas sobre el fútbol, las fiestas patro-
nales, el dolor de muelas y la mala fe.
¿cómo ve el actual panorama literario
en nuestro país?
Variado, como la propia época. Ésta es
una de las épocas más mestizas de la his-
toria, y se nota en todo. Hay mucha poe-
sía que me gusta y mucha que no me
gusta: es lo inevitable cuando todavía el
tiempo no ha hecho su criba. El presente,
cualquier presente, es siempre mezclado
y sin orillas fijas, y para mayor descon-
cierto nos toca a nosotros hacer la selec-
ción. Yo la hago para mí, para mi uso par-
ticular, con mucha alegría por lo que me
gusta, y sin ninguna piedad con lo que no
me gusta.
Entrevista a
Santiago Sylvester
“La literatura resulta ser mi destino” dice el poeta salteño, Premio
Nacional de las Artes, respondiendo a una de las preguntas formula-
das por el periodista de El Faro, revista federal del programa de cul-
tura editada del CFI (Consejo Federal de Inversiones).
….
Santiago Sylvester nació en Salta en 1942, ha ejercido el periodismo cultural y su
obra poética ha merecido importantes premios nacionales e internacionales.
Santiago Sylvester
5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
Más o menos hasta agotarse el siglo XX el
concepto de Cultura Universal implicaba un
compromiso con el conocimiento general
sobre el mundo en su más polifacético
espectro: su origen, antropología, evolución,
sociedad, escatología, trascendencia… su
estilo abarcador de la humildad y la rebeldía
apostaba, de mínima, al deber del sacrificio,
al poder de la voluntad y al derecho de obte-
ner al menos una noción básica que nos
abriese los ojos, que nos aclarase la mente,
que nos iluminase el corazón en pro de la ale-
gría de ir aprendiendo y, de máxima, que nos
rescatase del riesgo de las tinieblas impues-
tas por los oscuros nacionalismos fanatiza-
dores, de los dogmáticos chauvinismos opri-
mentes.
Un enciclopedismo propicio hacía compren-
der el precio de la libertad propia y el valor
de la integración como premisa.
Hoy, encumbrada la globalidad cibernética, a
partir de la primacía de la imagen y desde la
voracidad del consumismo, (merchandaise
incluido) el universo se ha poblado de vacío.
Ahora nada es gratuito; imperante la sublimi-
nalidad del mensaje, arraigado el embustero
sesgo de la posverdad, es tan costosa la aris-
ta prosaica como el facto amoroso.
Entonces, desde el culto por las comunica-
ciones, cada vez informamos más pero nos
formamos menos; amén de conectarnos de
manera eminentemente insalubre. Desde el
altar de la sobreinformación practicamos un
culto pleno de pasiones desorbitadas; desde
la liturgia del ensimismamiento, cada vez
nos comportamos menos racionalmente
sensibles, por ende, más pauperizados.
Permítaseme, invirtiendo en algunos ejem-
plos más o menos definidos, esgrimir como
referente la desculturalización flagrante
implantada por los Mundiales de Fútbol con-
temporáneos.
Partamos, prescindiendo de tantas otras, de
la deliberada práctica de la Federación
Internacional de Fútbol Asociado (intereses
acaparadores mediante) de gestar cada can-
ción alusiva al magno acontecimiento que
nada tenga en relación con el país anfitrión;
lo imprescindible es que entusiasme (que
venda) y no que posicione. Entonces la músi-
ca no alude a la cultura local ni mucho
menos, es ajena a las tradiciones, al arte y a
los hábitos y costumbres donde el magno
acontecimiento deportivo ocurre (y esto por
no ahondar en los burdos lirismos pentagra-
mados que se exponen).
…Continuemos especificando que los
mapas ilustrativos y ubicacionales están
ausentes: ¡Qué mejor y más acorde sería que
a partir de lo global (y el término resulte defi-
nitorio: `El Globo Terráqueo`, “Conoce alde-
as y conocerás el mundo”) y en cada situa-
ción particular, por ejemplo para todos y
cada uno de los partidos, la pantalla nos ins-
truyera geográfica y socialmente a través de
la gráfica y el concepto!
Objetivemos entonces desde mínimos deta-
lles, los cuales pasan a ser máximos, como el
de que en momento alguno se comentó, al
menos tal una curiosidad ínfima, tal un exo-
tismo, que el cotejo entre España y Portugal
define al “Clásico Celtíbero-Luso
(Lusitania)”, propio de una península tan
social, política y deportivamente particular
en el consenso europeo como la que repre-
sentan España y Portugal.
…Pasemos a puntualizar que los vicios histó-
ricos de prebendismo y comodato ni se
intentan desterrar, ya que casi todos los cua-
dros del local (honrosas excepciones haya)
evolucionan sin solución de continuidad en
las series, y más de una vez hasta campeonar
indefectiblemente.
…Todo ello mencionando apenas que si la
sede y el presidente de la F.I.F.A. están en
Suiza, el primer equipo de La República
Helvética (y esto es puntual) aún cuando no
haya obtenido campeonato alguno, se pone
a sí mismo de “cabeza de serie”, colocándo-
se además en una zona mucho más débil,
por ende más accesible. Es de esa manera
como se da el lujo de clasificar con facilidad,
desplazando del ecuménico acontecimiento
deportivo a naciones con mayor base futbo-
lística y de mucho más probada jerarquía his-
tórica.
…y así infinidad de deslindes y experimenta-
ciones que ponen en evidencia el sentido cal-
culado de muchos de sus propósitos.
Es que los costos son superlativos: represen-
tan economisismos fastuosos, obscenos, y el
sistema no puede darse el lujo de exponerse
en pro de alguna propuesta ilustrativa, ins-
tructiva y reflexiva que saque al entusiasta
(fanatismo circular) de su centro.
Lo importante, para la interesada causa fut-
bolera, es que el individuo se centre, y hasta
se concentre, en el aceitado engranaje de su
funcionamiento por la misión cooptadora.
Lo fundamental, para la voluminosa causa
futbolístico-mercantilista, es que lo informe
de la masa no se convierta en cogitamiento,
en solidaridad, en poesía, en belleza.
el azar Del razonamiento
¿Qué es la suerte? ¿Qué es la fortuna?
¿Acaso no hay que preguntar, analizar, tratar
de exhumar qué son las cosas, las cuestio-
nes, las ponderaciones, antes de comportar-
nos pasionalmente taxativos, como para
luego más o menos rotular con cierto crite-
rio, desde algún margen de pensamiento?
Es una pregunta para la cual intentar res-
puestas: respuestas propias, respuestas
sociales, respuestas sistemáticas, con el pro-
pósito de determinar por qué camino tratar
de llegar al concepto de “mufa”
Prácticamente (y bien podemos soslayar el
potencial) el total de las estigmatizaciones
es perversa, un ejercicio medioevalista; muy
propio de la irracionalidad mística.
¿Hay algo más ambiguo que el azar, algo más
subjetivo que la superstición?
El prejuicio de La Cábala es correlativo de sí:
un mito, una mentira legendaria.
El cabulero llena por lo menos el noventa por
ciento del espectro deportivo; sin embargo
al único que favorece es al que triunfa. Es
más o menos como la creencia religiosa: El
deportista se persigna cuando el director
técnico lo pone en el equipo, cuando el direc-
tor técnico lo suplanta por otro jugador;
cuando entra a la cancha, cuando sale del
rectángulo; cuando marra una jugada de gol,
cuando logra el gol… Pisa el césped con el
pié derecho y gana; pisa el césped con el pié
derecho y empata; pisa el césped con el pié
derecho y pierde. Culmina siendo esclavo de
una contradicción a la enésima, de la que le
es muy difícil rescatarse.
Micke Jagger ha caído al fondo del triste-
mente célebre y efectivo régimen de la
“casería de brujas”: expeditos sociocultura-
les del rito odioso, nacidos a la gracia des-
lumbrante pero enceguecedora, se solazan
tratándolo de mufa, de yeta, de yetatore.
Ponerse a cogitar que los equipos por los
cuales el afamado músico simpatiza no
ganan, mejor dicho, pierden, porque la capa-
cidad, el momento y la circunstancia se lo
impiden, es al soberano una tarea fatigosa;
el grueso teme gastar neuronas en analizar
el contexto que cada brega ha mostrado
hasta su derivación en los consabidos resul-
tados negativos. Mucho más fácil le queda
señalar leprosariamente con la punta del
dedo enguantado dañando de una manera
irracional, cuasi inquisitoria a una persona.
omar barocco lo giÚDice
Caraycruzdelacultura
Mundiales de fútbol
Cultura:
Del latín cultura: conjunto de cre-
encias y pautas interrelacionadas
entre un grupo social.
6. El Corredor Mediterráneo / Página 6
En la hora que la noche surge, se adelanta el verso
escrito proporcionando miradas más allá de un
papel. Dedicamos el tiempo en profundizar cada
elemento como si un secreto se nos revelara.
Escribir un libro de poemas, parece fácil. Y no lo
es. La magia de la poesía se asienta en una cues-
tión. Escribir por necesidad. Al oírnos, profundiza-
mos en la emoción que está rondando en ese
momento. Oímos y sentimos nuestro mundo.
Pero también lo que nos rodea. Se fusiona en un
único compendio. Una mirada como decía al prin-
cipio.
Un libro de poesía mira al lector, desde un profun-
do examen y una reverencia. Hablemos de uno en
cuestión. Se trata de una hermosura, una belleza
letal como ha escrito Jorge Palma. Una maravillo-
sa metáfora... “La voz de tus ojos es más profunda
que todas las rosas”. Has dado la luz a una mira-
da... A la inocencia, a la utopías, a la vida, el amor
en todas sus vertientes... A la sociedad y sus
vicios. Como un hijo que crea unas expectativas, y
al nacer hay que cuidar, mimar, crecer. Así es este
libro que se presenta en España para todo el
mundo.
Jorge Palma, nace en Montevideo, Uruguay, el 24
de abril de 1961. Periodista cultural. Se ha desem-
peñado en diferentes medios de prensa oral y
escrita. Ha coordinado y dirigido talleres de litera-
tura y de creación (escritura narrativa y poesía).
Su obra abarca los géneros de poesía y narrativa.
Figura en varias antologías
nacionales y extranjeras.
Iconoclasta. Amante del
blues y del jazz tradicional.
Autodidacta. Vinculado
desde temprana edad a la
creación, ha desarrollado
trabajos en orfebrería,
artesanía y
restauración. Lector desor-
denado y ecléctico, empie-
za a ver buen cine mucho
antes de toparse con la
buena literatura. “Aprendí
mucho más con Manuel
Martínez Carril, que en
toda la enseñanza formal.
El ochenta por ciento de lo
que sé, se lo debo a la
Cinemateca Uruguaya;
cuando leí por primera vez
“La metamorfosis”, ya
había visto casi todo
Bergman, Buñuel, Alain
Tanner, Tarkovski,
Zulawski, lo que es decir
una idea del mundo, de lo
plástico, de lo cromático,
de lo sensorial, una especie
de viaje iniciático a través
de la imagen. Fue como una escuela libre, hetero-
doxa, fantástica”.
Y esa mirada enamorada del cine, del arte, ha con-
sagrado una visión creativa de la literatura desde
una imagen auténtica, cercana, fresca alimentan-
do la poesía desde el mundo para el mundo. O
desde el verso al mundo y viceversa. Porque Jorge
es la imagen de un humanismo vital, fuerte lleno
de contrastes.
Hace de la poesía una artesanía. Porque el poeta
no está hecho desde lo alto, desde pedestales o
atriles. Está hecho a plena cocción. Desde el suelo,
el aire, la tierra, el crisol o la belleza. Desde una
habitación donde confiesa que escribe a mano. El
sonido del verso no sólo lo reduce a la palabra si
no al gesto. ¡Qué importante es el gesto!
El título de este libro sacado de un verso de E. E.
Cummings y que resume toda la esencia de un
poemario sutil, pero cargado de simbolismo. Nos
presenta un hijo literario que se asemeja a la reali-
dad de ser padre. Ambas corren paralelas en este
libro. Los hijos son la respuesta a nuestros sueños,
nuestros anhelos, nuestras inquietudes y así en
este soberbio libro nos va llevando pasaje a pasaje
a vulnerabilidad, a la fantasía, a la ternura, de ser
padre y como a la vez, la poesía que emana de esa
singularidad, va pariendo un hijo poético a imagen
y semejanza del autor. De hecho el libro es una
confesión visceral de todas las sensaciones que va
sintiendo como padre, se convierten en una con-
fesión literaria:
No sólo la poesía es necesaria / Para mejorar el
mundo, / También las niñas delgadas / Cómo tallos /
Que bailan en sus cuartos / Con luz propia.
…………..
Las estrellas no saben que quieres / ser astronauta /
Las estrellas no saben que / quieres ser astronauta./
Aunque para entonces, / si es que existe todavía el
cielo,/ tal vez este mundo / necesite más payasos
medicinales / o terapeutas / o pastores de nubes / o
muchachas alegres / que fabriquen bicicletas / y
anden por las calles / frías del mundo, / juntando las
hojas de los / árboles, después de sus empleos. / Si
es que todavía hay empleos. / O tal vez el trueque /
se haya generalizado / (suena sensato). / ¿Cómo
saberlo? / En ese caso, lo más seguro / es que ten-
drás más plantas / que tus padres. / Te reirás el triple
/ que tus abuelos / y tendrás más motivos / que
nadie / para llevar tu marcada inocencia / en un
mundo recién nacido. / Tan solo escuchando / lo que
cante tu corazón.
Finalmente, este libro está llamado a recorrer
tiempos, espacio, momentos que todos los lecto-
res deben conocer.
isabel rezmo
La voz de tus ojos es más
profunda que todas las rosas
jorge palma
Maclein y Parker,
Sevilla, 2018
reseña
7. El Corredor Mediterráneo / Página 7
Como consecuencia del aumento en la pro-
ducción primaria en esta privilegiada región
de la provincia de Córdoba, los comercian-
tes de granos pugnaban por la contratación
de nueva y calificada mano de obra.
Conocidos como estibadores y hombreado-
res, las cuadrillas integradas por estos obre-
ros eran las encargadas de manipular el
cereal embolsado proveniente de la zona
rural, cuyo movimiento se concentraba en
los galpones de almacenaje ubicados en el
predio de la estación Gigena del Ferrocarril
Central Argentino.
Por entonces, las condiciones laborales
eran totalmente precarias, al no contar con
una legislación que los protegiera: excesi-
vas horas de trabajo, bajos jornales, con un
panorama poco alentador en el corto plazo.
En consecuencia, comienzan los reclamos
por parte del proletariado, surgiendo los
movimientos obreros en busca de una justa
reivindicación de sus derechos, poniendo
en marcha una activa movilización en dis-
conformidad con el llamado “Pliego de
Condiciones”: precario instrumento
mediante el cual pactaban con los patrones
los salarios y modalidad de trabajo.
El incumplimiento de estos convenios por
parte del empresariado era moneda
corriente, acarreando numerosos inconve-
nientes debido al descontento de los jorna-
leros ya que, al no tener justas respuestas a
sus demandas, promovían diversos planes
de lucha que derivaban en paros que inte-
rrumpían por completo la actividad.
Las huelgas de 1920 y 1929 fueron las más
graves en la historia de Alcira Gigena,
auténtica gesta en procura de la dignifica-
ción laboral de la clase obrera.
la Huelga De 1929
En los umbrales de 1929, el comercio de gra-
nos se encontraba totalmente paralizado
como consecuencia de la huelga de estiba-
dores y hombreadores, quienes reclama-
ban una remuneración equitativa y sustan-
ciales mejoras en las condiciones de traba-
jo.
Esta situación trajo aparejado un activo
accionar por parte de la policía local.
Noticias periodísticas daban cuenta de que
“en las últimas horas se han producido cier-
tos hechos que dejan muy mal parado al
comisario de Gigena, el cual se habría con-
vertido en instrumento venal para mante-
ner a raya a los obreros en huelga y compli-
carles la situación por medio de falsas acu-
saciones”.
Si bien este escenario no afectaba de mane-
ra directa a la población, existía una calma
tensa en los trabajadores, ya que los acopia-
dores habían resuelto sustituir el personal
en huelga con mano de obra no especializa-
da, trabando todo tipo de negociaciones.
Otro artículo señalaba que “...tal vez en
estos acontecimientos no sean los obreros
locales los más culpables, sino delegados
extraños a este medio, que lejos de promo-
ver un arreglo satisfactorio para sus compa-
ñeros, han traído como única misión crear
un mayor distanciamiento entre patrones y
obreros, rechazando de plano toda media-
ción de terceros que han pretendido servir
de árbitros(…)el gremio en huelga, que
cuenta con 153 afiliados, ha sabido mante-
nerse dentro del orden(…) desarrollándose
la huelga en forma pacífica.
Quienes han resultado más perjudicados
han sido los colonos, que han perdido gran
cantidad de cereal, que a causa del agua se
les ha podrido ya en las parvas, ya embolsa-
do”.
En efecto, los más afectados por esta medi-
da eran los productores ya que, a esa altura,
las pérdidas eran considerables como con-
secuencia de las adversas condiciones cli-
máticas.
Si bien habían logrado arribar a un principio
de acuerdo, los comerciantes no reconocí-
an al flamante sindicato, por entender que
les impondría obreros sin experiencia,
cobrando iguales jornales e impidiendo la
elección de mano de obra especializada.
En medio de estos acontecimientos, la poli-
cía local procedió a detener a los cabecillas
y agitadores de este movimiento, elemen-
tos foráneos delegados de la FORA
(Federación Obrera de la República
Argentina), poniéndolos a disposición del
Juzgado del Crimen de los Tribunales de Río
Cuarto.
Destacar que la mayoría de los trabajadores
se manifestaban en contra de las fuerzas
del orden, por el respaldo brindado a los
empleadores: “Desgraciadamente él (el
comisario) ha sido nuestro más encarniza-
do enemigo. Arbitrariamente la policía se
ha constituido en defensora de los patro-
nes, persiguiendo continuamente a los
huelguistas (…) no habiendo cometido un
solo acto tendiente a alterar el orden”.
Lorenzo Cevallos, ex Inspector Municipal
devenido en Jefe de la Comisaría local, justi-
ficaba su accionar manifestando que “yo no
he molestado al obrero mientras no ha pre-
tendido coartar la libertad de trabajo no
habiendo detenido a ningún obrero de no
existir una denuncia concreta en su con-
tra”.
Ante la imposibilidad de destrabar el con-
flicto, el Gobierno de la Provincia se hizo
cargo de la situación, enviando a Enrique
Corvalán para actuar de mediador. Luego
de prolongados debates, se logró arribar a
un acuerdo. En virtud de este arbitraje, los
huelguistas lograron algunos beneficios,
quedando establecido lo referido a horas
de trabajo, ritmo y jornales. Un apartado
específico prohibía la portación de armas,
tanto cortantes como de fuego, y el consu-
mo de bebidas alcohólicas. En tanto, los
cerealistas se comprometían a conceder
empleo a los obreros involucrados en esta
medida de fuerza, facultándolos para con-
tratar personal no afiliado al nuevo gremio.
El citado convenio quedó supeditado al
arbitraje de Enrique Corvalán y Francisco
Mare, representantes de los obreros y
patronal respectivamente. En caso de no
llegar a un entendimiento, se derivaría a un
tercero cuyo fallo sería inapelable. Luego
de ser acatado por las partes, dicho com-
promiso fue refrendado por Angel Perchi
como apoderado de los trabajadores y por
las seis empresas acopiadoras de la locali-
dad. Después de casi cincuenta días de inac-
tividad, la huelga llegaba a su fin.
Nuevamente el sector de cargas de la esta-
ción Gigena iba recobrando su habitual
ritmo de trabajo.
mariano D. álvarez
**Historias de Río Cuarto, entre todos, es
un proyecto regional impulsado por el
Gobierno Municipal, la UNRC y la Red de
Ciudades Educadoras.
Historias de Río Cuarto, entre todos*
Los primeros obreros gigenenses
8. El Corredor Mediterráneo / Página 8
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El hecho plástico
El Renacimiento
(aspectos generales II)
por miguel carlos zupan
Conjuntamente con el desarrollo paralelo que significó el
Renacimiento en las expresiones artísticas encontramos
una inquietud que desarrolló frente a esta gran tendencia y
se denominó “manierismo”. Coincidente con los aspectos
clasicistas renacentistas exploró la profundidad representa-
da para favorecer en mayor escala el ingreso del espectador
al plano pictórico, recurrió a la línea diagonal en lugar de la
empleada rectangular de los renacentistas. Esta línea adop-
tará movimientos curvilíneos envolventes en las figuras.
La influencia institucional de la Iglesia ejerció una orienta-
ción considerada necesaria frente a la Reforma, por ello el
nacimiento del Arte Barroco creó dos direcciones: hacia el
más allá y hacia el mundo en que vivimos, ambas gestaban
actitudes místicas para interpretar a Dios.
El empleo de grandes espacios y el exceso de recursos
representativos buscaban introducir al espectador a través
de las arquitecturas, las esculturas y las pinturas, las cuales
exhibían exagerados claroscuros.
Posterior a esta expresión artística encontramos a los
románticos que generarán la escuela con ese nombre y bus-
carán lograr un retorno a la admiración de la naturaleza y
todo su esplendor ante el avance de la industrialización. Los
viajes y el descubrimiento de nuevas tierras han de brindar
el aprecio a nuevas culturas, arquitecturas y formas de
expresar.
Como reacción a los cánones o leyes establecidas por la aca-
demia y la influencia de corrientes filosóficas y políticas
hallamos al Romanticismo como un vuelco a la naturaleza, a
los temas considerados anteriormente pueriles, insignifican-
tes o poco dignos. Dentro de la gran lista de creadores
románticos encontramos a Géricault y Delacroix, quienes
darán paso a Corot, Rousseau, Daumier, Millet, Courbet y a
muchos más cuya continuidad e influencia se reflejará en
posteriores años en un movimiento que para muchos teóri-
cos fue la única revolución que tuvo la pintura.
El día que una mujer pueda no amar
con su debilidad sino con su fuerza,
no escapar de sí misma sino encon-
trarse, no humillarse sino afirmarse,
ese día el amor será para ella, como
para el hombre, fuente de vida y no
un peligro mortal.
simone De beauvoir
SUPLEMENTO CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERÉS CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE DE RíO CUARTO
LEÍDO AL PASO