El trabajo grupal en el aula universitaria, como así también en
una reunión de capacitación en una organización, es importante porque facilita el aprendizaje de los educandos o capacitandos y, además, permite desarrollar su capacidad para trabajar con otros.
1. EL TRABAJO GRUPAL EN EL AULA UNIVERSITARIA
Fuentes:
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Ausubel, D. P.; Novak, J. D. y Hanesian, H. (1999). Psicología educativa: un punto de vista
cognoscitivo. México, Trillas, 2ª edición.
Bleger, J. (1979). Psicoanálisis del encuadre psicoanalítico, en: Crisis, ruptura y superación.
Buenos Aires: Ediciones Cinco..
Bruner, J. (1984). Acción, pensamiento y lenguaje. Madrid: Alianza.
Celman, S. (1988). Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de
conocimiento, en Camilloni, A. y otros: La evaluación de los aprendizajes en el debate
didáctico contemporáneo. Buenos Aires, Paidós, 1998.
Celso, A. (2003). Vigotsky en el aula.....¿quién diría?. Buenos Aires: San Benito.
Coll, C. y Solé, I. (1990). La interacción profesor-estudiante en el proceso de enseñanza
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Madrid, Alianza.
De la Fuente, E. M. y Galicer, H. N. S. (1982). Grupo amplio de estructura participativa.
Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo, pp. 33-59.
Edward, D. y Mercer, N. (1988). El Conocimiento Compartido. El desarrollo de la
compresión en el aula. Barcelona, Paidós.
Franzi, A. y Bricchetto, O. S. (2004). Breves reflexiones psicosociales sobre la formación del
docente universitario. Buenos Aires, Jornadas de la Universidad del Museo Social Argentino.
Olmsted, M. S. (1978). El pequeño grupo. Buenos Aires: Paidós..
Pichon Rivière, E. (1985). El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (1).
Buenos Aires: Nueva Visión.
Quiroga, A.(1986). Enfoques y perspectivas en psicología social. Buenos Aires: Ediciones
Cinco.
Souto, M.(1985). La observación de los grupos de aprendizaje. Cuadernos de Ciencia de la
Educación, Nº 5, Facultad de Filosofía y Letras (UBA), OPFyL.
Vygotski, L. S. (1988). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona:
Grijalbo.
Wood, D. J., Bruner, J. S. y Ross, G. (1976). The role of tutoring in problem solving. Journal
of Child Psychology and Psychiatry, 17, pp. 89-100.
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2. Desarrollo:
El trabajo grupal en el aula universitaria, como así también en una reunión de capacitación en
una organización, es importante porque facilita el aprendizaje de los educandos o
capacitandos y, además, permite desarrollar su capacidad para trabajar con otros. El problema
es que utilizar esta práctica de una manera efectiva es una tarea compleja porque requiere del
contexto institucional apropiado, de la capacitación adecuada de los docentes o capacitadores
y de la participación activa de los educandos o capacitandos.
Pichon Rivière (1985) define a un grupo como “un conjunto restringido de personas que,
ligadas por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna,
se proponen en forma explícita o implícita una tarea, que constituye su finalidad,
interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles”. La
tarea grupal es un proceso que permite alcanzar un objetivo y se lleva a cabo en una trama
interaccional donde los integrantes del grupo van construyendo su mutua representación
interna. Esta última, se constituye a través de un proceso de internalización recíproca que
permite a cada integrante del grupo obtener una representación de sí mismo y de los otros en
la estructura grupal. Según señala Ana Quiroga (1986) la tarea y la mutua representación
interna constituyen los organizadores internos de un grupo y en la intersección entre ambos se
produce la adjudicación y asunción de los roles. Al respecto, el rol es definido por Pichon
Rivière (1985) como “un modelo organizado de conducta relativo a una cierta posición del
individuo en una red de interacción en un grupo, ligado a expectativas propias y de los otros”.
Souto (1985) señala que en aula el conjunto de estudiantes constituye un grupo de aprendizaje
y lo define como una estructura formada por personas que interactúan en un espacio y en un
tiempo común, para lograr ciertos y determinados aprendizajes a través de su participación
activa en el grupo. El docente puede trabajar con el grupo total de estudiantes –grupo clase –
o dividirlos en pequeños grupos para que resuelvan problemas, ejercicios o casos que les
presenta el docente en el aula y, también, para que fuera de ella realicen trabajos prácticos. El
trabajo en pequeños grupos permite una mejor interacción entre los integrantes (Olmsted,
1978; Anzieu y Martin, 1992). Esto se debe a que pueden relacionarse cara a cara, tener una
mutua representación interna, proporcionarse apoyo mutuo, aprender a escuchar y a valorar al
otro, etc. Por otra parte, es conveniente que en los pequeños grupos predomine la
heterogeneidad de los integrantes porque las diferencias enriquecen la tarea grupal pues cada
integrante aporta sus conocimientos y experiencias en la construcción del objeto de
conocimiento. Al respecto, Pichon Rivière (1985) señala que “a mayor heterogeneidad entre
los integrantes del grupo, mayor homogeneidad en el tratamiento de la tarea". Por otra parte,
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3. el trabajo grupal se fundamenta en la concepción del aprendizaje como un proceso activo, de
creación y recreación del conocimiento por parte de los estudiantes, que se desarrolla
mediante la solución colectiva de tareas, el intercambio y confrontación de ideas, opiniones y
experiencias entre los mismos con la orientación del docente (Edward y Mercer, 1988).
Con respecto a la tarea, Pichon Rivière (1985) considera que hay una tarea explícita que en el
caso de la educación se refiere a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Dicha tarea se
desarrolla en un plano manifiesto y, por lo tanto, accesible a la observación. Por otra parte, el
grupo también debe realizar una tarea implícita que se refiere al abordaje y elaboración de un
conjunto de ansiedades, representaciones psíquicas y defensas que acompañan al desarrollo de
la tarea explícita desde un nivel subyacente y que dificultan su realización. Cabe señalar que,
a diferencia de los grupos pequeños, en los grupos amplios las ansiedades son mayores debido
a los sentimientos de anonimato y aislamiento (De la Fuente y Galicer, 1982). El docente debe
comprender que los grupos deben realizar estas dos tareas y que, por lo tanto, se presentarán
distintos obstáculos en la concreción del trabajo grupal que es necesario considerar y resolver.
Otro aspecto importante a considerar en el trabajo grupal es el encuadre (Bleger, 1979) – tema
que desarrollamos en otra publicación–.
Franzi y Bricchetto (2004) señalan que el docente debe actuar como un orientador del
aprendizaje y conductor de la actividad grupal. El objetivo es que los estudiantes logren un
aprendizaje significativo. El estudiante aprende significativamente cuando establece
conexiones entre el conocimiento nuevo y los ya existentes en su estructura cognoscitiva
(Ausubel, Novak y Hanesian, 1999). Es decir, sus esquemas conceptuales previos se
modifican reorganizando, agregando o suprimiendo componentes e incluso pueden ser
reemplazados totalmente por otros. Este proceso requiere de la actividad mental de los
estudiantes que se ve facilitada por la mediación social (docentes o compañeros) que empuja a
los estudiantes más allá de lo que pueden hacer solos, pero no tanto como para ir más allá de
su comprensión (Celso, 2003). En este espacio, denominado por Vigotzky, Zona de Desarrollo
Próximo (ZDP) es donde se construye el aprendizaje. La misma es “la distancia entre el nivel
real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema,
y el nivel de desarrollo potencial determinado a través de la resolución de un problema bajo la
guía de un adulto en colaboración con otro compañero más capaz (Vigotsky, 1988). Coll y
Solé (1990) señalan que la influencia educativa que ejerce el docente cuando guía o colabora
con sus estudiantes en el transcurso de las actividades en el aula organizadas en torno a la
realización de una tarea, resolución de un problema o el aprendizaje de contenidos, puede ser
promotora del desarrollo cuando consigue trasladar al estudiante a la Zona de Desarrollo
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4. Próximo. Dichos autores consideran que la metáfora del andamiaje introducida por Wood,
Bruner y Ross (1976) sintetiza un conjunto de resultados y conclusiones de investigaciones
que se desarrollaron a partir de los estudios de Vigotsky. Posteriormente, Bruner (1984)
definió con mayor precisión el concepto de andamiaje en la educación formal. Este autor
definió a los procesos de andamiaje como aquellos en los cuales el docente brinda ayuda,
apoyo y guía suficiente que permite a los estudiantes avanzar intelectualmente más allá de lo
que pudieran haber hecho por sí solos. Luego retirará progresivamente el andamiaje a medida
que los estudiantes vayan asumiendo mayor autonomía y control en el aprendizaje.
Es importante que el docente motive y facilite a través de sus intervenciones el trabajo grupal
de los estudiantes. En este caso la organización del aula es diferente y requiere cambios en los
roles tradicionales de docente y estudiantes. Cuando los estudiantes trabajan en grupo, el
docente deja de ser el centro del aula, el único proveedor de información y conocimiento, que
regula y controla constantemente el aprendizaje de los estudiantes. En este caso el docente
desempeña un rol de facilitador, guía y coordinador, y los estudiantes ejercen un rol activo
haciéndose responsables de su aprendizaje. Por otra parte, una organización del aula que
promueva el trabajo grupal de los estudiantes requiere que el docente planifique
cuidadosamente sus clases, ejerza un liderazgo efectivo, utilice metodologías especiales,
intervenga en forma diferenciada y realice análisis posteriores a la experiencia.
Resulta evidente que para orientar el trabajo grupal no existen recetas infalibles. Quizá la
única recomendación válida que proponen los especialistas a los docentes es la de reflexionar
antes, durante y después de la propuesta, sobre si las decisiones que tomaron para lograr los
objetivos fueron las más apropiadas. Es importante registrar sistemáticamente los resultados
de manera que las próximas experiencias de trabajo grupal resulten más productivas.
Una de las principales tareas del docente es ayudar a los estudiantes para que tomen
conciencia de la importancia del trabajo grupal en el aprendizaje y, además, del desarrollo de
capacidades que no solamente se exigen en la educación superior sino también en el
desempeño laboral.
Como señalamos en publicaciones anteriores, la utilización de las TICs en el ámbito
universitario plantea nuevos desafíos. Por ejemplo, el trabajo grupal online de los estudiantes
demanda a los mismos y al docente el desarrollo de nuevas competencias para que los
procesos de enseñanza y aprendizaje puedan realizarse de manera efectiva.
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