2. El aprendizaje a diferencia de la enseñanza, requiere constantemente de la experiencia. Para Huerta I. el aprendizaje es un “cambio relativamente permanente que se opera en el rendimiento o conducta del sujeto, como innovación, eliminación o modificación de respuestas causado en todo o en parte por la experiencia”.
3. Aprendizaje y medio ambiente están ligados por lazos muy fuertes, pues no hay aprendizaje sin contacto e interacción con el entorno, de esta forma el medio ambiente se constituye en un recurso didáctico para favorecer el aprendizaje dentro y fuera de la escuela. Juan Amos era un pedagogo que promovía la enseñanza del medio ambiente y por eso sostenía que “La idea universal del arte de aprender y enseñar todas las cosas,
4. no debemos ni podemos tomarla de otra parte que no sea la enseñanza de la naturaleza”. Rousseau fue uno de los pedagogos que mas resaltó la necesidad de educar al niño sobre medio ambiente ya que le permite conocer y comprender como funciona, dándole libertad en su aprendizaje de modo que tenga la posibilidad de desarrollar sus sentidos.
5. LOS HÁBITOS DE LA CIVILIDAD. EL LUGAR CENTRAL DE LA FORMACIÓN CIUDADANA EN EL HUMANISMO CÍVICO.
6. Nuestra cultura vive una honda crisis de sentido que se cifra en una crisis de humanismo. Es urgente, por tanto, volver a reflexionar con rigor y profundidad sobre la persona; redescubrir su valor sagrado e indisponible. Solo sobre esta base se puede iniciar el proceso de construcción de una cultura autenticamente humana. El filósofo Español Alejandro Llano, refiere que el humanismo cívico debe ser objeto de una mayor atención de nuestra parte.
7. LA RADICACIÓN ÉTICA Y SOCIAL DE LA LIBERTAD. El humanismo cívico no puede ser pensado ni vivido, debe ser: “Libertad de si mismo o libertad emocional” que es fruto de una labor paciente y esmerada sobre nosotros mismos. Para conquistar este elevado nivel de libertad personal, no es suficiente ejercer acciones libres, es preciso practicar actos liberadores, acciones por medio de las cuales expansione mi yo hacia valores que le trascienden y que le comprometen.
8. Superar la crisis de humanismo, nos exige pensar a la persona a partir de su naturaleza propia con el fin de descubrir qué es bueno para su auténtico progreso y plenitud. De este modo será posible iniciar un proceso de formación ciudadana verdaderamente humanista tal como el que propone el humanismo cívico.
9. HÁBITOS DE VIRTUD CÍVICA Gracias a ellos los sujetos incorporan a su actuación habitual las normas cívicas que prescriben ya sea los modos en que debe comportarse en la sociedad o bien la manera de proceder en sus determinados papeles o a los grupos que pertenecen.
10. LOS HÁBITOS DE LA CIVILIDAD Y LA EDUCACIÓN DE LA LIBERTAD EN EL HUMANISMO CÍVICO El humanismo cívico constituye un nuevo modo de pensar y de comportarse, la educación debe centrarse en las virtudes intelectuales y hábitos prácticos que nos faciliten actuaciones que estén a la altura de nuestro ser espiritual y social .
