3. La sola presencia de la tecnología
de la información en la escuela
no produce un interés duradero
en los alumnos ni el mejoramiento
de la “calidad educativa”.
Con las computadoras e Internet
los alumnos no aprenden
necesariamente mejor, ni más
rápido.
4. Actualmente, no es tan difícil
aprender computación como hace
25 años.
Sin embargo, en las escuelas se
sigue enseñando “computación”.
Se usan estas tecnologías con
consignas que difieren para los
alumnos de lo que hacen fuera
del aula.
5. Hoy hay pocas actividades
diseñadas por los maestros que
incluyan el uso de éstas
tecnologías en la escuela primaria.
Los docentes no tienen espacios,
tiempos y asistencia adecuada
para abordar estos fenómenos.
6. La escuela debería fortalecerse
como espacio público donde se
privilegie la enseñanza de los
saberes que sólo se aprenden en
grupo y con un maestro.
La escuela también tiene el desafío
de hacer evidentes usos e
implicaciones no obvias de estas
tecnologías en la vida cotidiana.
7. El docente debe incitar a la
reflexión, tomando a los medios
como mediadores, y no como
meros transportes de información
real, objetiva.
Es necesario capacitar a los
docentes a fin de fortalecerlos
como expertos en los saberes que
deben enseñar y como
evaluadores críticos de sus
herramientas de trabajo.