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Revisión
Anticuerpos antiqueratina
Antonio Gómez, Raimon Sanmartí y Odette Viñas*
Servicios de Reumatología e *Inmunología. Hospital Clínic. Barcelona.
Introducción Lloyd en 1970 (datos no publicados). Con posterio-
ridad se llevaron a cabo estudios preliminares en
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad cró-
10.589 sueros en los que, además de la determina-
nica sistémica de origen desconocido que afecta
ción de los AKA, se determinó una batería de auto-
aproximadamente al 1% de la población mundial1.
anticuerpos relacionados con otras enfermedades
Su diagnóstico sigue siendo difícil, sobre todo en
sistémicas conocidas. En este primer estudio pudo
los estadios precoces, cuando la prescripción de un
comprobarse la presencia de AKA en 552 sueros. El
tratamiento podría ser más efectivo o al menos po-
hecho de que 380 de dichos sueros fueran positi-
dría retrasar su evolución2. El diagnóstico se basa
vos también para el FR, llevó a Young a realizar el
en una serie de hallazgos clínicos, radiológicos y
primer análisis dirigido a estudiar la presencia de
biológicos, cuyo análisis ha conducido a la defini-
AKA en el suero de pacientes afectados de AR.
ción de un reducido número de criterios (criterios
Young et al4 demostraron en 1979 mediante técni-
de la American College of Rheumatology [ACR])
cas de inmunofluorescencia indirecta (IFI) la pre-
que constituyen hasta la actualidad la referencia in-
sencia de AKA en el 58% de los sueros de pacien-
ternacional para su diagnóstico3. Entre dichos crite-
tes afectados de AR estudiados. Con posterioridad,
rios el factor reumatoide (FR) es el único criterio
diversos estudios han confirmado estos resultados.
serológico aceptado. Por desgracia, su potencia
diagnóstica es baja debido a la escasa capacidad
discriminativa entre distintas enfermedades que a Especificidad antigénica
menudo cursan con títulos significativos de FR.
En un principio se pensó que los AKA iban dirigi-
Al igual que otras enfermedades sistémicas, la AR
dos contra la queratina situada en la capa querati-
se caracteriza por la presencia de múltiples autoan-
nizada del esófago de la rata, de ahí su nombre.
ticuerpos en el suero de los pacientes. Sin embar-
En 1993 Girbal et al5 comprobaron que dichos au-
go, la mayoría de dichos autoanticuerpos son poco
toanticuerpos no iban dirigidos contra la queratina
específicos y no han demostrado ninguna relación
sino contra dos proteínas del esófago de la rata
con la fisiopatología de la enfermedad.
con pesos moleculares entre 90-120 kDa y 210 kDa
En 1979 Young et al4 describieron un nuevo marca-
relacionadas estructuralmente con la profilagrina y
dor serológico en la AR, los anticuerpos antiquera-
la filagrina humanas. Este mismo grupo de traba-
tina (AKA), que hasta la fecha son los anticuerpos
jo demostró en 19956 que los AKA y los anticuer-
más específicos en la AR.
pos antifactor perinuclear (anti perinuclear factor
En esta revisión analizaremos el valor diagnóstico y
[APF]) compartían en gran medida los determi-
pronóstico, así como la utilidad clínica de dichos
nantes antigénicos contra los que iban dirigidos,
autoanticuerpos.
siendo estos determinantes las isoformas neutras y
ácidas de la filagrina, por lo que propusieron deno-
Revisión histórica minar a los anticuerpos APF y AKA, conjuntamente
como anticuerpos anti(pro)filagrina (AFA).
La primera referencia a la presencia de anticuerpos
La filagrina (filaggrin: filament-aggregating protein)
antiqueratina en el suero humano la realizó RS
es una proteína estructural producida durante los
últimos estadios de la diferenciación terminal de las
células epiteliales de los mamíferos. Se sintetiza en
Correspondencia: Dr. A. Gómez. forma de un precursor insoluble llamado profilagri-
Servicio de Reumatología. Hospital Clínic i Provincial. nan y se almacena en unos cuerpos densos llama-
Villarroel, 170. 08036 Barcelona. dos gránulos de queratohialina situados en la capa
Manuscrito recibido el 18-1-2001 y aceptado el 19-1-2001. granular del epitelio queratinizado de las células
epiteliales. La profilagrina es una proteína ácida
Rev Esp Reumatol 2001; 28: 71-77 muy fosforilada rica en arginina. Contiene entre 10
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REV ESP REUMATOL VOL. 28, NÚM. 2, 2001
Figura 1. Sección de esófago de rata visto mediante microscopia de Figura 2. Inmunofluorescencia de un suero AKA– donde no se apre-
fluorescencia, donde se aprecia el patrón lineal del epitelio estratifi- cia el patrón lineal del epitelio estratificado del esófago.
cado del esófago en un suero AKA+.
y 12 unidades de isoformas de filagrina ordenadas transformación parece ser la que confiere a los
en forma de tándem y separadas por un pequeño fragmentos peptídicos de la filagrina la capacidad
heptapéptido de unión. Las isoformas de filagrina de ser reconocidos por los AFA9,10.
integrantes de la profilagrina presentan una gran
heterogeneidad en su secuencia aminoacídica. En-
Técnica de detección de los anticuerpos
tre el 10 y el 39% de sus 324 aminoácidos pueden
antiqueratina
variar entre una y otra isoforma. Para convertirse
en filagrina funcional, la profilagrina debe ser defos- La técnica más utilizada para la detección de los
forilizada y escindida del heptapéptido de unión, y AKA es la inmunofluorescencia indirecta. Se utilizan
pasa entonces a realizar su función de puente como sustrato criosecciones de esófago de rata.
transversal entre proteínas fibrilares. A pesar de la existencia de AKA IgM multiespecífi-
De forma sorprendente los AKA no reconocen la cos, sólo los AKA IgG son específicos para la AR,
profilagrina en el inmunoblot7, ni a los 33 péptidos por lo que se aconseja la utilización de antisueros
sintéticos de distintas secuencias de filagrina, que específicos de la cadena pesada gamma de las in-
integran la secuencia consensuada de filagrina8, lo munoglobulinas humanas (específicos para la re-
que sugiere que los antígenos reconocidos por di- gión Fc de la IgG) en la determinación de dichos
chos anticuerpos se generan por modificaciones autoanticuerpos.
postranscripcionales de la profilagrina y/o la filagri- Los sueros positivos producen un típico patrón es-
na. Entre dichas modificaciones destacan dos en tratificado en el epitelio queratinizado del esófago
particular: la defosforilización parcial de los resi- de rata, como se muestra en la figura 1, perfecta-
duos de serina y la deiminación de los residuos bá- mente distinguible de otros patrones de inmuno-
sicos de arginina para convertirlos en residuos neu- fluorescencia (fig. 2).
tros de citrulina, transformación producida por la Al ser la inmunofluorescencia indirecta una técnica
enzima peptidilarginindeiminasa (PAD). Esta última en la que la interpretación del resultado es subjeti-
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A. GÓMEZ ET AL.– ANTICUERPOS ANTIQUERATINA
va y en gran medida dependiente de la experiencia Valor pronóstico
del observador, se aconseja una lectura doble, por
dos observadores distintos y establecer una pun- La presencia de AKA no se relaciona con la edad,
tuación semicuantitativa dependiendo de la intensi- género o duración de la enfermedad.
dad de la inmunofluorescencia. El umbral de posi- Estos autoanticuerpos están presentes desde el ini-
tividad de la técnica (dado que la intensidad de la cio de la enfermedad. En estudios realizados en
inmunofluorescencia es un valor continuo) la debe- Finlandia, Kurki et al20 detectaron la presencia de
rá establecer la experiencia de cada equipo (siendo AKA mediante técnicas de inmunofluorescencia in-
ésta una de las partes más delicadas de la puesta a directa en 10 de 39 individuos que con posteriori-
punto de la técnica). dad desarrollaron una AR seropositiva, y en uno de
Debido a la laboriosidad de las técnicas de inmu- 15 individuos que desarrollaron una AR seronegati-
nofluorescencia, así como la subjetividad de su in- va. Estos datos, según los autores, sugieren que di-
terpretación, se ha intentado la detección de los chos autoanticuerpos podrían tener un papel pato-
AKA mediante técnicas de inmunoblot11 y ELISA12, génico en la enfermedad.
con poco éxito hasta ahora. No se ha relacionado la desaparición o la variación
de los títulos de los AKA con la respuesta al trata-
miento ni con los distintos tratamientos utilizados.
Valor diagnóstico
Diversos estudios han intentado establecer una re-
El valor diagnóstico de los AKA mediante inmuno- lación entre la presencia de los AKA y el pronósti-
fluorescencia indirecta, lo han establecido 12 gru- co de la enfermedad, con resultados desiguales.
pos de investigadores que han estudiado en con- Así, mientras unos estudios han hallado una rela-
junto más de 4.000 pacientes, incluyendo más de ción entre la presencia de AKA e índices de mayor
1.500 afectados de AR. La sensibilidad diagnóstica actividad de la enfermedad, como son la elevación
global varía entre el 40 y el 55%, con una especifi- de la VSG y la PCR, la positividad del FR, la pre-
cidad diagnóstica entre el 95 y el 99%13. sencia de nódulos subcutáneos y una mayor afecta-
La sensibilidad varía dependiendo de la zona geo- ción de los índices funcionales (lo que podría su-
gráfica; así, existen estudios que han demostrado gerir que la presencia de AKA definiría formas más
una baja sensibilidad entre los africanos14 y los graves de la enfermedad)21,22, otros estudios no han
griegos15, con una prevalencia aproximada del 16% podido demostrar esta relación23.
de las AR, mientras que la mayoría de los estudios En este punto, es importante destacar dos estudios
realizados en pacientes europeos16 y asiáticos17 pre- prospectivos publicados recientemente en los que
sentan una sensibilidad cercana al 50%, datos que se ha evaluado si la presencia de los anticuerpos
coinciden con el estudio realizado en nuestro del complejo AKA-APF-AFA estaría o no relaciona-
país18. En nuestro estudio, hemos podido demostrar da con la intensidad del daño radiológico.
una prevalencia de los AKA del 60% en los pacien- Meyer et al24 estudiaron 86 pacientes afectados de
tes afectados de AR (63% en los pacientes con AR AR en los que se había realizado seguimiento desde
y FR+ y un 50% en los con AR y FR–) y de un 2% el inicio de su enfermedad. En el momento del aná-
entre los pacientes no AR estudiados (espondiloar- lisis la duración media de la AR era de 8 ± 4 años.
tropatías, LES, infección crónica por VHC)19. Dividieron a los pacientes en 2 subgrupos según el
De los anticuerpos estudiados hasta la actualidad, daño radiológico que presentaban en el momento
los AKA son los más específicos para la AR. Su va- del análisis; los que presentaban un daño radiológi-
lor predictivo positivo es alto, y así en una pobla- co importante (definido como Larsen ≥ 2) y los que
ción de pacientes con una enfermedad reumática presentaban un daño radiológico moderado (Larsen
inflamatoria en la que la prevalencia de AR se sitúe < 2). A todos los pacientes se les determinaron dis-
alrededor del 30% (p. ej., población con una po- tintos autoanticuerpos, a la vez que se recogían los
liartritis de inicio), la probabilidad de padecer una parámetros clínicos, biológicos e inmunogenéticos.
AR en presencia de unos AKA positivos sería de Se calculó la odds ratio para cada uno de los pará-
0,9813. metros determinados. El análisis de los resultados
Puesto que los AKA están presentes en un porcen- mediante regresión múltiple demostró que única-
taje no despreciable de AR FR– (entre el 30 y el mente la presencia de nódulos subcutáneos, del
50% según los estudios), y dada su especificidad, la HLA DRB1*04 o DRB1*01 y/o la de AKA, definían
determinación de estos autoanticuerpos tiene im- un subgrupo de AR con un riesgo mayor de pade-
portantes implicaciones diagnósticas en las AR con cer una enfermedad precozmente erosiva.
FR–. Además, y dado que estos anticuerpos parecen Sin embargo, en otro estudio llevado a cabo por
estar presentes desde el inicio de la enfermedad20, Kurki et al23, en el que se estudiaron 133 pacientes
su determinación podría ser de utilidad para la ins- seguidos durante 8 años, los autores llegan a la
tauración de un diagnóstico precoz de AR en pa- conclusión de que la presencia de AKA y/o APF no
cientes que acuden a la consulta de reumatología permitía distinguir las formas más graves de la en-
con una poliartritis aguda no filiada. fermedad. Los datos de estos dos estudios sugerian
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REV ESP REUMATOL VOL. 28, NÚM. 2, 2001
que los AKA podrían actuar como marcadores de células superficiales del epitelio escamoso de la
un subgrupo de AR en las que las erosiones se mucosa bucal humana. Se detectan por técnicas de
producen de forma precoz. Cuando analizamos en- IFI. Varios estudios han evidenciado su valor diag-
fermos con poco tiempo de evolución, aquellos nóstico y pronóstico28.
con AKA+ tienen tendencia a presentar un mayor Durante años se consideró que los APF y los AKA
número de erosiones. Sin embargo, a medida que constituían dos familias de autoanticuerpos inde-
evoluciona la enfermedad, esta diferencia se pier- pendientes, a pesar de la gran concordancia obser-
de, y a los 8-10 años de evolución las erosiones es- vada en los estudios en los que se habían determi-
tán presentes en el mismo porcentaje entre los pa- nado ambos autoanticuerpos.
cientes AKA+ y AKA–. Aunque evidentemente se Recientemente, se ha demostrado que los AKA y
precisan más estudios para confirmar estos datos. los APF corresponden a una población de autoanti-
cuerpos altamente superpuesta que reconoce antí-
genos relacionados con la profilagrina y la filagrina
Relación de los anticuerpos antiqueratina con
humana, por lo que se ha propuesto la denomina-
otros autoanticuerpos presentes en el suero
ción genérica de anticuerpos antifilagrina (AFA)6.
de pacientes con artritis reumatoide
En un estudio reciente, Vincent et al29 investigaron
Como se ha mencionado con anterioridad, se han las implicaciones diagnósticas de los AKA, los APF y
descrito multitud de autoanticuerpos en el suero de los AFA. Tras determinar en el mismo grupo de pa-
los pacientes afectados de AR. cientes los tres autoanticuerpos, llegaron a la conclu-
En este apartado analizaremos la relación entre los sión de que aunque su distribución se superpone en
AKA y algunos de estos autoanticuerpos, que de un gran porcentaje, la coincidencia no es completa,
una u otra forma se han relacionado con la AR. y ninguno de los autoanticuerpos por separado re-
conocería la totalidad de los antígenos contra los
que van dirigidos los citados autoanticuerpos.
Relación con el factor reumatoide
Con el descubrimiento por Schellekens et al9 de-
Desde su descripción por Waaler25 y Rose26, el FR mostrando que los AFA van dirigidos contra frag-
se ha constituido en el autoanticuerpo por antono- mentos de filagrina citrulinados y la posterior des-
masia de la AR. cripción de los anticuerpos dirigidos contra
Es el único autoanticuerpo aceptado por la ACR en péptidos cíclicos citrulinados (APcC)30, se puede
sus criterios de clasificación. El FR ha permitido la concluir que los AKA, APF, AFA y APcC forman
distinción entre las AR FR+ y las FR– confiriendo a una familia de autoanticuerpos que detectan antí-
esta diferencia un valor pronóstico, como queda genos muy relacionados o bien distintos determi-
demostrado en diversos estudios. Se ha relacionado nantes antigénicos de un mismo antígeno y, por
su presencia con una enfermedad más grave, un tanto, sería prácticamente sinónimo hablar de
mayor número de complicaciones extraarticulares y ellos. La diferencia se establecería únicamente
la presencia de nódulos reumatoides en estadios en la técnica de detección, siendo los AKA y APF
avanzados. detectados mediante IFI, y los AFA y APcC detec-
Al ser el autoanticuerpo de referencia, los autoanti- tados mediante técnicas de ELISA. En conjunto, to-
cuerpos que se han descrito con posterioridad se dos ellos constituyen los autoanticuerpos más es-
han comparado con él para establecer si estos últi- pecíficos de la AR.
mos aportan ventajas adicionales a las ofrecidas
por el FR.
Relación con ANTI-RA-33
En prácticamente todos los estudios realizados con
los AKA se ha determinado el FR, comprobándose En 1989 Hassfeld et al describieron un nuevo auto-
que existe una gran correlación entre ellos. La ma- anticuerpo que reaccionaba en los inmunoblots
yoría de los estudios encuentra la positividad del con una proteína nuclear de aproximadamente 33
FR en dos tercios de los pacientes AKA+. A pesar kDa31. Dado que dicho autoanticuerpo se detectó
de la gran concordancia entre ambos autoanticuer- inicialmente sólo en sueros de pacientes afectados
pos, un tercio de los pacientes AKA+ son FR–, lo de AR, se denominó al antígeno como RA-33. Más
que indica que ambos autoanticuerpos no identifi- tarde se ha comprobado que dicho antígeno es
can la misma subpoblación de pacientes. Algunos idéntico a la proteína A2 del complejo ribonúcleo-
estudios, además, han establecido que la presencia proteico nuclear heterogéneo (hnRNP).
de AKA en las AR FR– tendría un valor pronóstico, Utilizando la hnRNP-A2 parcialmente purificada, se
identificando a aquellas AR con peor pronóstico27. han identificado autoanticuerpos contra dicha proteí-
na en el LES, y en la enfermedad mixta del tejido co-
nectivo (EMTC), además de en la artritis reumatoide.
Relación con el complejo APF-AFA-APcC
Dos estudios realizados con los anticuerpos anti-
Los APF son autoanticuerpos dirigidos contra antí- RA-33 como marcadores diagnósticos de AR han
genos situados en los gránulos perinucleares de las ofrecido resultados similares, indicando una sensi-
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A. GÓMEZ ET AL.– ANTICUERPOS ANTIQUERATINA
bilidad del 35% y una especificidad entre el 85 y el estudio de Kessel et al37 en el que se demuestra la
88%32 para la AR. utilidad para distinguir las AR de las poliartritis pro-
No se ha podido establecer una relación entre la vocadas por la infección crónica del virus de la he-
presencia de los AKA y la del anti-RA-33. El anti- patitis C con factor reumatoide positivo.
RA-33 tampoco se relaciona con otros autoanticuer-
pos como el FR y los APF33.
Significado fisiopatológico
La eterna discusión sobre si los autoanticuerpos
Relación con anti-Sa
son causa o consecuencia en las enfermedades au-
Descritos por Despres et al34 en 1994, los anticuer- toinmunes sigue estando vigente en la actualidad.
pos anti-Sa tienen una sensibilidad del 42% en la Sin embargo, existen una serie de datos que debe
población de AR con una especificidad entre el 78 hacernos reflexionar sobre el posible papel patogé-
y el 99%. Se desconoce el antígeno contra el que nico del complejo AKA-APF-AFA en el desarrollo
van dirigidos, aunque se sabe que su peso molecu- de la AR. En primer lugar, diversos estudios han
lar es de 52 kDa y que es distinto de la proteína de conseguido demostrar la presencia de AKA al inicio
52 kDa del sistema Ro/SS-A. de las manifestaciones clínicas de la enfermedad, e
En pacientes con AR de larga evolución, Hayem et incluso en pacientes asintomáticos20 que posterior-
al35 han encontrado una asociación significativa en- mente han desarrollado una AR. Estos hallazgos
tre la presencia de anti-Sa y AKA, así como entre la apoyarían que estos anticuerpos ejercen un papel
presencia de anti-Sa y de FR, APF y HLA DRB1*04 patogénico en el desarrollo de la AR, aunque no
o DRB1*01, aunque se desconoce el significado de puede descartarse que se trate de un simple epife-
dicha asociación. Por el contrario, no observaron nómeno de un proceso patológico todavía desco-
relación entre la presencia de anti-Sa y la de anti- nocido que se iniciaría tiempo antes de comenzar
RA-33. las manifestaciones clínicas de la AR.
Por otro lado, la identificación de los antígenos
contra los que van dirigidos estos autoanticuerpos
Relación con otros autoanticuerpos
y de los epítopos reconocidos, en particular la
No existen estudios que demuestren la asociación identificación de los péptidos ricos en citrulina,
o la falta de asociación entre los AKA y otros auto- abre nuevas fronteras en la explicación fisiopatoló-
anticuerpos descritos en la AR, como son los anti- gica de la AR38. Una posibilidad, como argumentan
cuerpos anticélula endotelial, los anticuerpos an- Schellekens et al9, sería la pérdida de la inmunoto-
ticardiolipina, los anticuerpos anticitoplasma del neu- lerancia. Esta teoría se basa en que durante el de-
trófilo (ANCA), y los anticuerpos anti-Ro (SS-A). sarrollo se establece una inmunotolerancia hacia
determinadas proteínas. La modificación de dichas
proteínas, por un daño celular masivo, o por una
Utilidad clínica
apoptosis incontrolada en el contexto de algún
Con los datos que disponemos en la actualidad, proceso inflamatorio, produciría modificaciones en
podemos decir que la principal utilidad de los AKA determinados aminoácidos. Los aminoácidos modi-
es la posibilidad de realizar un diagnóstico precoz ficados podrían producir una respuesta inmune al
de la AR. exponer antígenos «nuevos» al sistema inmunológi-
El hecho de que los AKA aparezcan precozmente co. Esta respuesta sería la responsable de la prolife-
en la AR36, así como su gran especificidad, permi- ración policlonal frente al nuevo antígeno, manifes-
ten que su determinación dentro de la rutina de la- tándose con la presencia de los autoanticuerpos en
boratorio realizada para el diagnóstico de las po- el suero del paciente. Es probable que esta reac-
liartritis ayude a establecer un diagnóstico de ción autoinmune esté restringida a individuos sus-
certeza, sobre todo en aquellos casos dudosos ceptibles genéticamente, y así, por ejemplo, la mo-
como son los que tienen FR–, bien sea por ser AR dificación de la arginina convirtiéndose en citrulina
seronegativos o bien porque se trate de una enfer- puede romper la tolerancia a determinados pépti-
medad de muy poco tiempo de evolución en la dos, al igual que sucede en otros tipos de modifi-
que todavía no se detecte el FR. Existen estudios caciones postranscripcionales (como la fosforiliza-
que han comparado la determinación de diversos ción de autoantígenos) que se observa durante la
autoanticuerpos en las AR de inicio y han podido apoptosis39.
demostrar la utilidad de determinar los AKA (o La enzima que transforma la arginina en citrulina
APF), además del FR, consiguiéndose así una ma- en una cadena proteica, la PAD, se expresa en una
yor sensibilidad, especificidad y un mayor valor amplia variedad de tejidos y de tipos celulares, su-
predictivo en el diagnóstico de la AR. Así, los AKA giriendo que la deiminación de la arginina en las
permiten distinguir las verdaderas AR de otras enti- proteínas no es un fenómeno raro. Por ello, la pre-
dades nosológicas que podrían remedarlas en al- sencia de dicha enzima en el tejido sinovial, no es
gún momento. Demostrativo de este punto es el improbable, y de hecho se ha demostrado su pre-
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sencia en las células hematopoyéticas que infliltran Antikeratin antibodies in rheumatoid arthritis. Br Med J
1979; 2: 97-9.
la sinovial durante los procesos inflamatorios. Así, 5. Girbal E, Sebbag M, Gomès-Daudrix V, Simon M, Vincent C,
cobra plausibilidad la teoría de que un daño celu- Serre G. Characterisation of the rat oesophagus epithelium
lar masivo o bien la respuesta inflamatoria a una antigens defined by the so-called «antikeratin antibodies»,
agresión o a un agente patógeno podrían ser los specific for rheumatoid arthritis. Ann Rheum Dis 1993; 52:
749-57.
desencadenantes de un proceso que al perpetuarse 6. Sebbag M, Simon M, Vincent C, Masson-Bessiere C, Girbal
en sujetos predispuestos acabaría con el desarrollo E, Durieux JJ et al. The antiperinuclear factor an the so-ca-
de una AR. lled antikeratin antibodies are the same rheumatoid arthritis-
Otro de los hechos que pueden indicar el papel specific autoantibodies. J Clin Invest 1995; 95: 2672-9.
7. Simon M, Vincent C, Haftek M, Girbal E, Sebbag M, Gomès-
patogénico de los AKA en la AR es que éstos se Daurix V et al. The rheumatoid arthritis-associated autoanti-
producen localmente en las células plasmáticas del bodies to filaggrin label the fibrous matrix of the cornified
pannus sinovial, como se ha demostrado reciente- cells but not the profilaggrin-containing keratohyalin granu-
mente40. les in human epidermis. Clin Exp Immunol 1995; 100: 90.
8. Gan S-Q, McBride WO, Idler WW, Markova N, Steinert PM.
Por todo lo expuesto en los párrafos anteriores, po- Organization, structure, and polymorphism of the human
dríamos pensar que los AKA desempeñan un papel profilaggrin gene. Biochemistry 1990; 29: 9432.
en la fisiopatología de la AR aunque no existen 9. Schellekens GA, De Jong BAW, Van den Hoogen FHJ, Van de
pruebas definitivas al respecto. Putte LBA, Van Venrooij WJ. Citrulline is an essential consti-
tuent of antigenic determinats recognized by rheumatoid arth-
ritis-specific autoantibodies. J Clin Invest 1998; 101: 273-81.
Conclusiones 10. Girbal-Neuhauser E, Durieux JJ, Arnaud M, Dalbon P, Seb-
bag M, Vincent C et al. The epitopes targeted by rheumatoid
De los datos señalados hasta aquí, podemos sacar arthritis-associated antifilaggrin autoantibodies are posttrans-
lationally generated on various sites of (pro)filaggrin by dei-
varias conclusiones. Los AKA, junto al grupo APF, mination of arginine residues. J Immunol 1999; 162: 585-94.
AFA, APcC, son los anticuerpos más específicos en 11. Gomes-Daudrix V, Sebbag M, Girbal E, Vincent C, Simon M,
la AR. Aparecen en períodos muy tempranos de la Rakotoarivony J et al. Immunoblotting detection of so-called
enfermedad, incluso antes de que ésta empiece a ‘antikeratin antibodies’: a new assay for the diagnosis of
rheumatoid arthritis. Ann Rheum Dis 1994; 53: 735-42.
dar manifestaciones clínicas, y permiten distinguir 12. Gripenberg M, Linder E. Demonstration of anti-keratin anti-
las AR de enfermedades con rasgos clínicos comu- bodies by ELISA using keratin or thiol-containing com-
nes, siendo especialmente útiles en los casos de pounds in urea as antigens. J Immunol Methods 1984; 75:
poliartritis seronegativas y en aquellas enfermeda- 65-72.
13. Serre G, Vincent C. Filaggrin (keratin) autoantibodies: En
des que pueden simular una AR. Peter JB, Shoenfeld Y, editores. Autoantibodies. Amsterdam:
Queda por establecer si verdaderamente identifican Elsevier Science B.V., 1996; 271-6.
un subgrupo con distinto pronóstico, pese a que 14. Adebajo AO, Hazleman BL, Williams DG, Maini RN. Diag-
existen estudios que han asociado su presencia a nostic role of antikeratin antibodies in rheumatoid arthritis
[carta] Ann Rheum Dis 1992; 51: 1264.
formas AR precozmente erosivas. 15. Boki KA, Kurki P, Holthofer H, Tzioufas AG, Drosos AA,
El impresionante desarrollo terapéutico que nos Moutsopoulos HM. Prevalence of antikeratin antibodies in
toca vivir en el tratamiento de las artritis, y en espe- Greek patients with rheumatoid arthritis. A clinical, serologic
cial de la AR con la irrupción de los nuevos trata- and immunogenetic study. J Rheumatol 1995; 22: 2046-8.
16. Hajiroussou VJ, Skingle J, Gillett AP, Webley M. Significance
mientos biológicos, si cabe hacen más necesario el of antikeratin Antibodies in rheumatoid artritis. J Rheumatol
establecimiento de un diagnóstico precoz y certero. 1985; 12: 57-9.
Por ello, cualquier herramienta que nos permita 17. Sharma BL, Rani R, Misra R, Aggarwal A. Anti-keratin antibo-
realizar este diagnóstico será de suma utilidad para dies in patients with rheumatoid arthritis. Indian J Med Res
2000; 111: 215-8.
establecer una correcta estrategia terapéutica. Es en 18. Ordeig J, Guardia J. Diagnostic value of antikeratin antibo-
este punto donde cobran importancia los distintos dies in rheumatoid arthritis. J Rheumatol 1984; 11: 602-4.
marcadores de la AR, tanto diagnósticos como pro- 19. Gómez A, Viñas O, Sanmartí R, Salvador G, Cañete JD, Ore-
nósticos, y entre ellos los AKA, que son en la actua- llana C et al. ¿Es posible mejorar la sensibilidad diagnóstica
lidad los anticuerpos más específicos en la AR. de los AKA en la artritis reumatoide? Rev Esp Reumatol
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