1. .
Desde el punto de vista de (Descombe, 1985) el aula
cerrada representa el recinto del conocimiento, es el lugar
que aísla a los actores de la educación del medio y con ello
de los distractores externos que en determinado momento
entorpecen el proceso educativo, entre ellos el mas común,
ósea el ruido.
Así, el grado en que el aula cerrada refleja y refuerza la
responsabilidad individual del maestro. El aula cerrada ha
sido considerada un “santuario” del maestro, contra la
interferencia de administradores, padres y colegas en asuntos
propios del salón de clase, y como un “margen estructural” en
la organización burocrática de la escuela que intensifica las
aspiraciones del maestro a una autonomía profesional.
Los maestros hábiles ya saben que el ruido plantea un
problema para su actividad rutinaria y adoptan medidas para
mantener el ruido dentro de lo que ellos consideran un límite
aceptable.
De esta manera, el grado de silencio que perdure en el
salón de clase es una expresión del grado de control que
tiene el maestro para con su grupo. Por lo que en la actividad
docente, se debe tener en cuenta hasta que grado puede
haber ruido en el salón de clase, es decir, no se trata de tener
el salón en total silencio donde no se permite ni respirar, sino
mas bien se trata de permitir a los estudiantes emitir ruidos
2. normales y aceptables –pasar de pagina o pedir material al
de a lado- que no entorpezcan el proceso de enseñanza –
aprendizaje.
Aunque el estar en un aula cerrada tiene sus ventajas,
también es una limitante para el contacto directo con algunas
experiencias de aprendizaje, pero la total autonomía al
docente brindando así la llamada libre cátedra.