Convivencia democrática, inclusión y cultura de paz: Lecciones desde la práctica educativa innovadora en América Latina
1. Convivencia democrática, inclusión y cultura de paz: Lecciones
desde la práctica educativa innovadora en América Latina
La construcción de la identidad personal como eje de lo formativo
La educación tiene como objetivo principal construir sujetos que poseen mundos
internos, en donde fomenten su autonomía personal y sobre todo a que pertenezcan
a junto con otras personas, asimismo que vayan desarrollando sus percepciones,
argumentos y lenguaje basados en el punto de vista del sujeto para poder responder
la pregunta ¿quién soy yo?. La manera de saber su identidad ¿quién soy yo?, es
por medio de las experiencias significativas que ha tenido durante el paso de su
vida, no es un proceso individual porque participan otros sujetos exteriores en donde
se va aprendiendo a lo que llamamos la adaptación y se va creando unos lazos de
comunicación e interacción con la sociedad para crear una buena convivencia por
medio de reglas.
Por otro lado la convivencia escolar genera grandes oportunidades en donde los
estudiantes se van desarrollando de acuerdo al ambiente y entorno en donde se
encuentre, también van creando lazos de confianza, comunicación e interacción con
sus compañeros, una buena convivencia escolar fomenta el respeto y la libertad de
expresión u opiniones de cada uno de los sujetos.
Al fomentar convivencia escolar fomenta aprendizajes sociales, así como lo dice el
autor Vygotsky en su teoría sociocultural, en donde dice que el niño va adquiriendo
aprendizajes por medio de la interacción social, van adquiriendo nuevas y mejores
habilidades cognoscitivas como proceso lógico de su inmersión a un modo de vida,
aquellas actividades que se realizan de forma compartida permiten a los niños
interiorizar las estructuras de pensamiento y comportamentales de la sociedad que
les rodea, apropiándose de ellas.
Es importante que los maestros hagan su trabajo en fomentar una convivencia sana
y amena, sobre todo que sea inclusiva en donde abarque la totalidad de las
necesidades de los educandos, y con más énfasis la de aquéllos más vulnerables
a la exclusión y marginalización. Aceptar que la diversidad es la norma y no una
excepción, es el punto de partida para desarrollar sistemas educativos inclusivos.