2. Cuando las personas se perciben con un poder
inferior, tienden a tener mayor dificultad para
hacerse respetar, aceptando más fácilmente que
las pasen a llevar, actitud que favorece el poder
del otro y el abuso. Generándose de esta manera
un circulo que mantiene el abuso.
Por el contrario, donde las personas
comparten las cuotas de poder, donde
existen posibilidades de expresión y
escucha, y se respeta a cada persona en su
diferencias, disminuye el riesgo de que se
produzcan situaciones violentas
de abuso. Esto es, en palabras de Barud
(1998).
Para lograr una convivencia se hacen
necesarios cambios en diferentes niveles de
la escuela:
Nivel de participación de
cada uno de los elementos:
alumnos padres, profesores,
directivos, administrativos,
etc.
Forma en que se toman las
decisiones
Distribuir el poder
Conocimientos y
traspaso de
información.
Establecimiento de
derechos y deberes.
Normativas instituciones
explicitas e implícitas.
3. Características que posee un clima
social nutritivo
Se reconocen los
logros y predomina
una valoración
positiva de sus
integrantes
Las personas
se sienten
valiosas
Existe identidad
con la comunidad
Se favorece el
crecimiento, el
desarrollo personal y
la creatividad
Existen estrategias
positivas de resolución
de conflictos y se
percibe un clima de
justicia
Las normas y las
consecuencias de su
trasgresión son
conocidas por todos.
Los integrantes se
sienten respetados
en sus diferencia
Hay acceso y
disponibilidad a la
información
relevante
4. Características que favorecen la
existencia de violencia en las
escuelas
Una concepción
autoritaria de
educación
Excesiva rigidez en las
jerarquías
Sistemas de control
donde prevalece lo
coercitivo
Concepción de respeto
unidireccional
Concepción de
obediencia que no
permita la divergencia
No dar espacio y evitar los
conflictos propios de las
escuelas
Podemos diseñar organizaciones escolares que otorguen a los alumnos una
experiencia tal, que enseñe un estilo relacional democrático, nutritivo, capaz de
enfrentar conflictos sin violencia, Esa sería una escuela que cumpla su rol formativo.
En la escuela, decía Dewey (1975), niños, jóvenes y adultos podemos ensayar y
aprender estilos de interacciones y de convivencia.