Este documento discute los fundamentos de la educación de mercado en Chile y argumenta que ha llevado a resultados contradictorios con sus principios. Señala que a pesar del aumento de la matrícula, los aranceles universitarios han crecido un 60% en términos reales desde 1997, y son los más altos entre países de la OCDE. También argumenta que el acceso a una educación de calidad depende principalmente de las condiciones socioeconómicas del estudiante, no solo de su esfuerzo, y que el sistema ha generado una segmentación entre
Educacion de mercado vs educacion igualitaria. 1a parte
1. EDUCACION DE MERCADO vs EDUCACION IGUALITARIA
Por Colectivo Despierta!
Los Fundamentos de la Educación de Mercado (1a Parte)
En nuestros ramos de economía nos han enseñado que en un sistema de libre mercado la
competencia entre las empresas tiende a generar precios bajos, equidad en la asignación
de los recursos, mayor calidad de los productos y un equilibrio entre lo que se oferta en el
mercado y lo que la sociedad demanda; tal como si una “mano invisible” se encargara de
convertir el interés privado en beneficio colectivo.
Esta misma lógica neoliberal es la que se ha implantado en Chile para ordenar la economía
en general y la educación superior en particular, siendo la industria del conocimiento una
de las más rentables y con mayor crecimiento a nivel nacional. Luego, este sistema ha
transformado a las Universidades, IPs y CFTs, en (cuasi) empresas de educación superior,
bien sean estas instituciones estatales o privadas.
Al situarse dentro de este modelo económico -que la obliga a competir por recursos del
estado, que la fuerza a adoptar estrategias de marketing para captar consumidores
(estudiantes) y que en definitiva le dicta que sea capaz de autofinanciarse y funcionar
eficientemente-, la nueva Universidad-Empresa y el sistema educativo en su conjunto nos
da indicios de una contradicción entre lo que esta ideología económica propone y lo que
en realidad vivimos cada día como estudiantes:
¿Precios bajos? Estudios del Banco Central (2009) revelan que a pesar del
aumento explosivo de la matrícula en los últimos años, desde el año 1997 al 2009
el nivel promedio de los aranceles universitarios crece en términos reales casi un
60% (descontando la inflación), cifra que en carreras como Odontología y Medicina
se eleva a 120 y 150% respectivamente.
Por otro lado, los aranceles de las universidades chilenas en términos relativos al
PIB per cápita son los más altos del mundo (OCDE 2009). La tasa de crecimiento de
los aranceles universitarios es muy por sobre el IPC, por ejemplo, en este mismo
período 1997-2009 los aranceles promedio en todas las universidades, con y sin
fines de lucro, suben en promedio un 5,5% real. Esto genera una brecha creciente
en las becas y en los créditos que están asociados a los aranceles de referencia que
se reajustan según el IPC.
2. ¿Por qué ocurre este gran aumento de aranceles? ¿Cuáles son los factores de
costos que están detrás? ¿Vemos acaso reflejado este aumento en nuestras
condiciones de estudio?
¿Equidad y libertad de elección? La educación, como parte de la riqueza que se
produce en el país ¿se da realmente a cada estudiante según lo merece? Una
mirada rápida podría decirnos que sí, que quienes se esforzaron por obtener
buenos puntajes PSU tienen derecho a estudiar en mejores universidades y por
ende recibir un conocimiento de mejor calidad. Sin embargo, tal como hemos
venido escuchando desde hace tiempo y con mayor fuerza desde el año 2011, el
acceso a educación de calidad no sólo está determinado por el esfuerzo y la
dedicación propia del estudiante, sino principalmente por sus condiciones
socioeconómicas de origen. Por ejemplo, los colegios Top-60 en la prueba de
selección universitaria tienen promedios en dicho test que permiten a sus
egresados elegir, de verdad, qué y dónde estudiar. Al respecto, en la prueba
rendida el año 2010, el 95% de estos colegios eran particulares pagados; el 3,4%
fueron colegios municipalizados; y el 1,6% de los casos, equivalente a un colegio
era particular subvencionado (Rodríguez E. Ingeniare. Rev. chil. ing. vol.20 no.1
Arica abr. 2012).
Podemos ver además, cómo la implementación de estándares, de rankings y
demás arreglos propios del modelo generan una segmentación del mercado
educativo, esto sin tener en cuenta todavía la existencia de universidades de élite,
ni el actual proyecto del gobierno para dividir aún más la oferta entre
universidades de investigación (alta productividad científica + formación de
excelencia) y universidades docentes o de baja productividad científica;
contribuyendo todos estos factores a condicionar universidades para pobres y
universidades para ricos, aumentando la desigualdad que ya existe, y
contradiciendo la lógica neoliberal de que el estudiante es completamente libre de
elegir dónde estudiar, independiente de su condición económica o social.