1. ESCUELA NORMAL EXPERIMENTAL DE EL FUERTE.
“PROFESOR MIGUEL CASTILLO CRUZ”.
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA.
PROCESOS DE ALFABETIZACIÓN INICIAL.
ANÁLISIS DE LECTURA.
PROFRA. ROSA IMELDA AYALA IBARRA.
DOLORES PEÑA VELIZ
GRUPO: 3° B.
25 DE OCTUBRE DEL 2015.
2. El aprendizaje de la lectoescritura se integra en un proyecto de educación
lingüística
En el área de lengua se definen los procedimientos como eje troncal del
currículum ya que su objeto es el desarrollo de la competencia comunicativa. Ello
significa que el trabajo en el aula se articula alrededor del uso de la lengua oral y
escrita, en recepción y en producción.
Pero, ¿cuáles son los usos lingüísticos que incorporamos en la planificación del
primer ciclo de Primaria? Desde nuestra óptica, la regulación de la vida del aula, la
obtención y organización de conocimientos y el disfrute con la lengua, tomados
como organizadores de la actividad, permiten diversificar las situaciones de
comunicación en el aula. Por ejemplo, una asamblea en la clase permite organizar
un período de trabajo, al tiempo que supone determinados actos de uso lingüístico
en nuestras aulas -orden del día, discusión, acta de conclusiones; el trabajo de las
unidades didácticas de otras áreas contextualiza los usos lingüísticos que
permiten la búsqueda de información en determinados materiales escritos
específicos: vocabularios elaborados colectivamente, diccionarios, etc.; o
generales: dosieres elaborados por compañeros de otros niveles, etiquetas de los
productos comerciales, publicidad, etc.; la lectura de cuentos en la biblioteca de
aula organiza la actividad lúdica alrededor de la lengua y la comunicación.
La presencia de esta amplia variedad de situaciones comunicativas en el aula,
asegura las tareas de manipulación y acercamiento intuitivo a los textos, el empleo
adecuado y contextualizado de diversas formas y usos del discurso. Sin embargo,
dicha manipulación no asegura el aprendizaje; la reflexión sobre los textos y su
uso se hace necesaria. Dicha reflexión, que se realiza mediante tareas colectivas
en presencia de la maestra, permite al alumnado elaborar conocimientos explícitos
sobre la lengua, así como aproximarse a los conceptos lingüísticos, al tiempo que
colabora en la incorporación de un vocabulario que permita hablar sobre la lengua
y la comunicación. Por ejemplo, en las discusiones que se organizan para elaborar
o para corregir los escritos, aparecen necesariamente palabras como texto, frase,
palabra, nombre, letra, diálogo, cuento, sílaba, pe, erre, etc. En este contexto -
3. producción colectiva de escritos- se organiza la reflexión que necesitamos para el
aprendizaje. Evidentemente los niveles de desarrollo de los alumnos, su
conocimiento del mundo, su proceso de autonomización y de socialización
explican los límites de dicha reflexión, así como las características de las formas
textuales que se presentan y la selección de las temáticas que contienen.
Esta propuesta de enseñanza y aprendizaje de las lenguas, tal como se concibe
para esta etapa, requiere que, en las tareas de selección y secuenciación de los
contenidos, se maneje una clasificación del discurso que remita al uso lingüístico
más que a las características de los textos. No interesa tanto una clasificación del
texto por su estructura, como una que incida en las intenciones del uso del
discurso, ya que ello permite aproximar al alumnado de estas edades la
funcionalidad de los textos, haciendo que las condiciones del aprendizaje
significativo sean posibles.
En cada tipo de discurso -informativo, incitativo, lúdico y expresivo- se han
seleccionado los géneros de texto que se considera posible trabajar en el primer
ciclo de la Primaria.
Los procedimientos de lectura en el primer ciclo de primaria
La selección de géneros de texto que se presenta es insuficiente para organizar la
didáctica en el aula, ya que hemos afirmado que la manipulación no asegura el
aprendizaje. Se han delimitado, además, cuáles son los procedimientos, las
estrategias, que permiten leer y escribir en los cursos iniciales de la Etapa
Primaria. Se trata de definir las estrategias que configuran el aprendizaje inicial de
la lectoescritura e incluirlas como contenidos en el currículum del área. Esta
selección de estrategias se ofrece en el cuadro II.
Cuadro II. Los procedimientos de lectura y escritura
Procedimientos de lectura:
- Discernir entre los propósitos de lectura, determinar con qué intención se lee.
4. - Anticipación del significado a partir del contexto (imágenes, soporte textual,
títulos, etc.) y de índices textuales sencillos (los nombres de los personajes que
aparecen en el texto, de los lugares, etc.).
- Formulación de hipótesis sobre el contenido del texto y su comprobación en la
lectura posterior.
- Adquisición del código de la escritura en situaciones comunicativas en las que se
haga interactuar a los alumnos.
- Uso de procedimientos de consulta sencillos: pedir ayuda al docente o a
compañeros más avanzados para entender alguna lectura y la consulta a
materiales específicos de elaboración colectiva en el aula.
Procedimientos de escritura:
- Planificación del texto: elaboración colectiva de borradores orales que den
información sobre el contenido.
- Consulta de modelos textuales para obtener información sobre los aspectos
formales de la escritura.
- Textualización, con incorporación de una relectura constante de la producción en
proceso, para evitar omisiones, saltos, etc.;
- Trazado de las letras, disposición del texto en el soporte, etc.
- Corrección: reflexión sobre el uso del código alfabético, sobre la ortografía
entendida como preocupación por escribir correctamente, con utilización de
consultas diversas.
Esta definición de procedimientos encierra una concepción de lectura que va más
allá de la simple traducción de códigos. No se trata, pues, de enseñar a codificar y
descodificar los escritos, sino de aprender a comprender y a producir textos
reales, que funcionan como tales en situaciones de comunicación.
¿Cómo se presentan estos contenidos a los alumnos?
5. En general se pretende que la presentación de los textos se haga en condiciones
de autenticidad. Ello supone que la entidad del texto sea respetada: no son textos
preparados para enseñar a leer y a escribir según una selección de dificultades
hecha desde cualquier óptica: morfológica, sintáctica, fonológica, etc.
Se ofrecen a la interpretación de los alumnos textos que han de ser comprendidos
en el contexto adecuado y con la finalidad que les es propia. La única
manipulación que sufren los textos con los cuales aprende nuestro alumnado a
leer es la selección, para la cual se consideran criterios como el conocimiento del
mundo del alumnado, sus intereses -incluidos los intereses que como docentes
pensamos que tienen en función de su vida escolar- y la dificultad intrínseca de
determinados textos.
Dichos textos se presentan en su contexto de uso:
1. Para organizar la actividad del aula: calendarios de actividades, registros de
actividades realizadas, documentos que necesita el alumnado para la
autoevaluación, normas que surgen de acuerdos, etc. Se presentan en el taller o
en el espacio del aula donde sea necesario su uso.
2. Para obtener información al respecto de los temas que se trabajan en el aula -
dosieres, libros temáticos, vocabularios, etc.- organizados en la sección de
consulta de la biblioteca de aula o en murales visibles aquellos que son de
consulta permanente -listados de nombres, etc.-; la información de carácter
general tiene también su sección en la biblioteca: diarios y revistas, programas de
fiestas, libros de fallas, etc.
3. Para disfrutar con la lectura -cuentos, colecciones de poemas o de canciones,
etc.- que se organizan en la biblioteca de aula.
La intención que perseguimos al situar los textos en su marco de uso es trabajar
procedimientos básicos de lectura, como son discernir los propósitos de la lectura
y anticipar el significado utilizando la información que proporciona el contexto.
Cuando queremos informarnos leemos unos textos, si queremos divertirnos
6. utilizamos otros, cuando necesitamos saber cómo actuar en el aula vemos qué
nos explican otros diferentes.
La biblioteca de aula, considerada taller de aprendizaje, recoge la misma
organización diversificada de los materiales: zona de consulta, zona de
información general, zona de literatura. Con ello colaboramos en el aprendizaje de
los procedimientos antes reseñados, al tiempo que iniciamos el trabajo de
clasificación que en ciclos posteriores se va diversificando hasta llegar a la
organización decimal de las bibliotecas.
Se considera el aula un lugar idóneo para la comunicación, donde no es
únicamente el docente quien transmite conocimientos, quien enseña a leer y a
escribir, sino que el alumnado en interacción comunicativa con sus iguales y con
ayuda del adulto es capaz de acceder a la interpretación y producción de textos.
Por ejemplo, en el taller de cuentos se construyen borradores orales
colectivamente con ayuda de la maestra. Se pasa luego a escribirlos de manera
cooperativa, discutiendo las hipótesis infantiles sobre cuál es la palabra adecuada,
cuál la letra que hay que emplear, qué parte del discurso va antes o después,
consultando con la maestra o en modelos los problemas, etc. La corrección
conjunta permite pasar los borradores a la edición definitiva que ha de ser cuidada
al máximo, ya que ha de servir para que otros lo lean.
En el transcurso de dicho proceso se pretende que los procedimientos que
constituyen la producción textual sean aprendidos. En las fases de planificación y
corrección se da la reflexión necesaria para el aprendizaje y ésta ha de realizarse
en presencia de la maestra.
Este tipo de trabajo nos permite la observación de las hipótesis infantiles sobre la
manera de representar la lengua escrita, determinar el momento del proceso en
que está cada alumno y cada alumna y, por lo tanto, intervenir de manera
adecuada.
El profesorado es el organizador del hecho comunicativo en el aula, quien planifica
adecuadamente el ambiente de aprendizaje -espacios, tiempo y materiales-, quien
7. selecciona los textos y propicia su producción funcional, quien muestra el error,
alienta en la búsqueda de soluciones y ofrece modelos al aprendiz. Para ello
hemos organizado talleres de aprendizaje diversos: la biblioteca de aula, la tienda,
el taller de juegos, el taller del cuento, etc. Cada uno de ellos presenta
características diversas en cuanto al número de alumnos que trabajan, en cuanto
a la duración de las tareas, en cuanto a la disposición de los materiales, pensado
todo ello en función de los objetivos generales y de los contenidos que organizan.
A todo ello conviene añadir que cada escolar tiene su bagaje personal de
conocimientos desde los cuales aprende, su propio ritmo de aprendizaje, su estilo
particular de acercarse a los conocimientos, y por ello la intervención ha de
diversificarse y adaptarse a las diferencias.