El poema describe la soledad y la melancolía que viene con ella. El autor ha experimentado la soledad y sabe cómo se sienten los ecos de la tristeza cuando las paredes caídas dominan un ambiente que sufre. Aunque se queda en un mercado infructífero, se mide hasta dónde puede soportar el desafío de la soledad. La soledad es lo que permanece más allá del final sin merecer los recuerdos que viven con la vida.

1. Vaciando los suspiros
Ya conozco lo que es examinar la soledad a solas,
oliendo el vacío. Vaciando los suspiros. Suspirando un
ahogo profundo. Desolado por el contrabando en tristes
desiertos. De arena más que de monótona esterilidad.
No desabrigados de calor, sino de tormento. Donde todo
lo ves merced a las ausencias remotas; los restos de
todo te miran porque la atención que avivas no es otra:
final derrota en ardentía.
Ya conozco cómo suenan los ecos de la melancolía,
porque las paredes caídas dominan un ambiente que
padece, sufriendo de monomanía. De lo que afea y
reprende en persona, despoblada de las turbas que
deserto. Cuando las velas se oscurecen y brilla la
umbría, cualquiera languidece. Derrite su brío, coraje y
osadía. Claroscuros de miradas intrigantes, cuya
tonalidad ocupa todo el sigilo. Intransigentes con el
júbilo perecedero, pero con pensamientos nobles,
eternos.
Ya conozco cuál es la huida que se produce. Sin
moverse de un infecundo mercado, me mido hasta
dónde puedo soportar el desafío. Frío y desarrapado.
Valgo mucho más en lo íntimo cual compañía sin
escolta, o escolta sin vallado. Menos cuando desconfío
haciéndome aliado de mí mismo, por orgullos contrarios
en maldita lid. Males del mal acompañado. Hay que
encontrar algo por lo que morir, y existir hasta la cabal
muerte. Y en lo cierto me encuentro si con miedo me
dirijo hacia dicha penitencia. La soledad es la que
subsiste más allá del final, sin merecerse los recuerdos
que viven con la vida.
Domingo, 09 de septiembre de 2018
Félix Sánchez
Un ciudadano más.