Trabajar en equipo requiere escuchar las opiniones de los demás y respetar valores como la tolerancia y la solidaridad. Un buen equipo construye confianza, establece objetivos comunes, genera un sentido de pertenencia y permite la participación de todos en las decisiones. Aunque algunas tareas pueden ser menos atractivas, lo importante es motivar a todos a lograr los objetivos compartidos utilizando las competencias individuales de cada miembro.