El alumno típicamente sale de clases caminando o corriendo y va al patio de recreo o al baño. Durante el recreo, come pan con leche y juega con sus compañeros a juegos como la pillada o escondidas, o practica fútbol. Habla con amigos sobre videojuegos o lo que hicieron el día anterior. Cuando suena la campana, el alumno siente tristeza por tener que dejar de jugar y vuelve al salón cansado y de mal humor.