Ensayo: La tragedia del kurks. Fredimar Carrasco. Saia F. Medicina Legal UFT Barquisimeto

1. UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICERECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
ESCUELA DE DERECHO
Ensayo: La tragedia del Kursk
Autor: Fredimar Carrasco
25149146
SAIA F
Prof. Dulce Mar Montero
BARQUISIMETO, FEBRERO 2016

2. El K-141 Kursk era un submarino nuclear de la Armada de Rusia, el
cual desapareció con toda su tripulación en una desdicha acontecida en el
mar de Barents, un día sábado 12 de Agosto del año 2000, en este entonces
el submarino más innovador de la flota rusa, el Kursk, se hundió en un
suceso que hasta el día de hoy no tiene un esclarecimiento claro y seguro.
Lo cierto es que el Presidente Wladimir Putin lo registró un día después de
sucedido y en primer lugar rechazó toda ayuda internacional para el rescate;
la que acabaría de aceptar recién el día miércoles del mismo mes y año. El
porqué de tal negativa aun sigue siendo un gran misterio.
La misión emprendió realmente el 12 de agosto de 2000 por la
mañana. Como pieza del ejercicio, el submarino tenía que lanzar dos
torpedos sin detonante a un crucero de batalla de la clase Kirov. A las 11:28
hora local (7:28 UTC), muestra de peróxido de prueba (HTP), una forma muy
concentrada de peróxido de hidrógeno utilizado como aerosol para el
torpedo, se infiltró a través del oxido en el armazón del torpedo. El HTP
reanudó con cobre y latón en el tubo desde el que se había lanzado el
torpedo, originando una reacción en cadena que produjo una detonación.
El portón que aislaba la sala de torpedos del resto del submarino, se
había dejado abierta previo al disparo. Supuestamente, esta era una práctica
frecuente por la abundancia de aire comprimido que era arrojado a la sala de
torpedos cuando se detonaba un arma. La puerta abierta cedió a la onda
expansiva para que trascendiera a través de los dos primeros de los nueve
compartimientos en el enorme submarino, posiblemente matando a 7
hombres en el primer compartimento y al menos lesionando o desorientando
a los 36 hombres del segundo compartimento.
Tras la primera detonación, la onda expansiva se rego, (debido a que
el canal de aire acondicionado era muy liviano) a más compartimentos,
incluyendo el puesto de mando, colmándolos de humo y llamas. En seguida

3. de la explosión, se cree que el capitán trato de ordenar un soplado de
emergencia, el cual crea que el submarino suba rápidamente a la superficie,
pero el humo lo dominó. La boya de emergencia, creada para
desengancharse del submarino de forma automática cuando se descubren
escenarios de emergencia, como un cambio brusco de la presión o fuego, y
que debía auxiliar a los rescatadores a hallar el submarino siniestrado, no se
separó. Había resultado que en el verano anterior, en una misión en el
Mediterráneo, las sospechas de que la boya se desplegara revelando por
tanto la posición del submarino a la flota estadounidense, acarrearon a
desactivarla.
Luego de dos minutos y quince segundos del estallido inicial, tuvo
lugar otro mucho más grande. La averiguación sismográfica de los canales a
lo largo del norte de Europa enseña que el estallido ocurrió a la misma
profundidad que el fondo marino, apuntando que el submarino se había
estrellado con el fondo marino, lo que conjuntamente con las crecientes
temperaturas correspondidas a la explosión inicial, causó la explosión de
más torpedos.
La segunda explosión fue semejante a entre 5 y 7 toneladas de TNT, o
cerca de media docena de cabezas de torpedos, y midió 3,5 en la escala de
Richter. Tras el segunda estallido, los reactores nucleares se desactivaron
para impedir una catástrofe nuclear, a pesar de que la onda expansiva fue
bastante para casi arruinar los reactores.
La segunda explosión generó un agujero de 2 m² en el casco del
navío, que fue diseñado para aguantar profundidades de 1 kilómetro. La
detonación también dejó abiertos el tercer y el cuarto compartimiento. El
agua entró en estos sectores a razón de 90 000 litros por segundo, matando
a todos los que se hallaban dentro, incluyendo 5 oficiales de los cuarteles de
la séptima división. El quinto compartimento contenía los reactores nucleares

4. del submarino, resguardados por 13 cm de acero. El bastidor del quinto
compartimento aguantó la explosión, creando que las barras de control
nucleares se conservaran en su lugar y evitando un desastre nuclear. Los
expertos occidentales manifestaron su admiración por el nivel expuesto por
la ingeniería rusa al hacer un submarino que aguantara tanto.
Diferentes elementos de asfixia dieron muerte a los tripulantes que no
murieron por las explosiones ni quemaduras: Al menos 23 tripulantes
resistieron algunas horas a su naufragio, y sucumbieron de frío o por asfixia
mientras esperaban en vano la llegada de auxilio exterior. Esto fue expuesto
a luz pública por cartas dejadas por los mismos donde los tripulantes
acordaron de que nadie subiría a la superficie.
Aunque, se concluido de que la causa más probable de muerte no es
la asfixia por falta de oxígeno, como se estipula, sino el envenenamiento a
causa del creciente aumento de dióxido de carbono emanado por los propios
marinos. En el mejor de los argumentos, esto simbolizaría un rápido
desfallecimiento. En el peor, puede llevar a un extenso jadeo y respiración
acongojada, una sensación de falta de oxígeno.