1. Efrén Martín, gerente de FV y profesor de Deusto Business School
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El león, enfermo y hambriento, pidió a su amiga la zorra ayuda para alimentarse. La zorra encontró al ciervo saltando feliz y le dijo: “El león se muere y te ha nombrado su heredero”. El ciervo, lleno de vanidad, fue a su encuentro sin sospechar. Cuando el león se le abalanzó, sólo logró rasparle las orejas. El ciervo huyó veloz. Más tarde, increpó a la zorra: “Miserable, busca a otros que no sepan de ti para engañarles, no a mi”. Mas la zorra replicó: “Pero señor ciervo, no seas tan flojo y cobarde. No desconfíes de nosotros que somos tus amigos. El león, al tomar tu oreja, sólo quería decirte en secreto sus consejos para gobernar”. Solemnemente prometió: “¡Ven, te juro por toda esta selva que no debes temer nada del león!”. Engañado de nuevo, el ciervo fue devorado. (Esopo) Nº 91 julio 2014 http://confidenciasdeungerente.blogspot.com www.fvmartin.net
¿Por qué es tan fácil engañarnos reiteradamente? ¿Cómo se produce ese truco de ilusionismo, por el que neciamente salimos de nuestro guión y entramos en el juego de otros, metiéndonos en camisa de once varas?
Bertrand Russell afirmaba que caemos en la paradoja lingüística de los Tipos Lógicos, que explicaba con la elegante sencillez de un sabio: «La “HUMANIDAD” no es una persona». Si invertimos los términos, tampoco una persona debería representar a toda la Humanidad, a un grupo, o a otra persona. Cuando lo hacemos, comienzan los problemas. Nuestra arrogancia tiene mucho que ver en esto, al atribuirnos indebidamente –arrogarnos- una posición que no nos corresponde: Ni la zorra debió hablar por el león, ni el ciervo debió creer que él podía ser su heredero. Cuando confundimos o nos dejamos confundir; somos manipuladores o caemos en manos de astutos timadores: Cultura: Los expertos dicen cómo tratar a hijos, pareja, amigos, clientes y colaboradores; pero no existe la “PERSONA PROMEDIO”, ni recetas generales. La solución concreta debe ser encontrada por el interesado, lejos del prejuicio de quien habla por todos, que nos aleja de nuestros semejantes e incapacita para ver cómo son, qué piensan y sienten -de verdad- los seres reales con quienes vivimos. Religión: La plena y auténtica experiencia espiritual no está al alcance de los cabecillas de la infinidad de estructuras religiosas que existen y que bien parecen negociados de supersticiones. Se limitan a prometer un mundo feliz mañana, mientras piden dinero hoy, en nombre de “DIOS”; cuando sólo algunos fieles de cualquier credo son los únicos capaces de llegar, si lo hacen, al éxtasis místico. Política: De la crueldad de los tiranos, se pasó al genocidio por ideología de raza y clase –fascismo y comunismo-. Esperemos no volver atrás, pero también ir más allá de un sistema de representantes electos que no termina de garantizar la libertad individual. El líder populista, prepotente, habla por el “PUEBLO”; promete lo que no cumplirá y manipula la identidad grupal para azuzar a unos contra otros, desde su privilegiado estatus mediático. La libertad es el ejercicio responsable de la soberanía personal; a desarrollar cada uno en sí mismo, pasando del orgullo a la humildad.
Observa, escucha, pregunta y, sobre todo, reflexiona para evitar engaños. Porque dos ojos, dos oídos y una lengua; nada aportan a un cerebro ciego, sordo y mudo, por arrogante. El fin de la demagogia llegará cuando no la deseemos y, entonces, no necesitaremos decir: ¡No me cuentes mi vida!