1. Introducción
El franquismo fue el régimen político instaurado por el General Franco a lo largo de la Guerra Civil de
1936, consolidado y desarrollado institucionalmente en los años posteriores a su victoria. El sistema político
vigente en España desde 1939 a 1975 fue una dictadura personal, en la que todo el poder se concentraba en
la persona del General, con paralelismos con los regímenes fascistas de Alemania e Italia.
Fuentes ideológicas del nuevo régimen
El nuevo régimen instaurado tuvo unos fundamentos ideológicos muy claros:
a) Desechadas por Franco la idea de la República y la restauración monárquica, se inclinó hacia una
fascistización de su sistema político. Lo hizo más por oportunismo que por convencimiento. Mussolini
estaba en la plenitud de su poder y el partido fascista lo dominaba todo en Italia; la grandilocuencia fascista
y su afán de imitación del antiguo Imperio Romano le fueron gratos a Franco.
- Si Mussolini se apoyaba en un partido único, Franco decretó en 1937 la unificación forzosa de falangistas,
carlistas y demás fuerzas de la derecha en lo que llamó Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de
Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS).
- Si Mussolini se hacía llamar con un título nuevo: Duce; Franco se hizo llamar, también, con un título
novedoso en Derecho Político: Caudillo
- Si Mussolini hablaba de Imperio Romano añorando el desaparecido imperio romano, Franco decía
“tenemos voluntad de Imperio” o aquello citado de “Por el Imperio hacia Dios”, queriendo dar a entender
que se proponía alcanzar la grandeza del viejo imperio español.
b) El anticomunismo, era al final de la Guerra Civil una de las causas que según el propio régimen
franquista justificaba su existencia: se había hecho la guerra para evitar el triunfo de la revolución comunista
que según los sublevados se estaba preparando. Por ello, poco antes de finalizar la contienda la España de
Franco se adhirió al Pacto Antikomintern o pacto frente a la Internacional Comunista del que ya formaban
parte Alemania, Italia y Japón. Y cuando en junio de 1941 Alemania atacó a la URSS sin previa declaración
de guerra la alegría del régimen de Franco no tuvo límites, ya que dicho ataque justificaba su
anticomunismo (“Rusia es culpable”) y enviaba a la División Azul.
La guerra fría desde 1945 hizo que el régimen franquista reforzara aún más este aspecto para ser aceptado
en el mundo occidental.
c) el tercer eje ideológico sobre el que se forjó el nuevo régimen fue el catolicismo. Forjó el concepto de
Nacionalcatolicismo. La Iglesia fue la gran legitimadora de la dictadura franquista. A cambio dominó la
vida social y la educación. Una estricta moral católica en lo público y en lo privado se impuso en el país.
La configuración del régimen franquista: las “familias” del régimen
La configuración del régimen de Franco se va realizando durante un largo proceso en el que experimenta
una continua remodelación, muy influida por los acontecimientos que se producen en el contexto político
internacional. Algunos elementos son una constante en los casi cuarenta años de gobierno:
- Concentración total de poderes (ejecutivo, militar, legislativo e incluso resortes del judicial) en manos de
Franco
- El rechazo de los principios democráticos y negación del sufragio universal, del pluralismo político y de la
separación de poderes
- Restricción de las libertades de expresión, asociación y reunión.
- Ausencia de Constitución escrita y lentitud en el proceso de institucionalización plena del régimen, cuya
legislación fundamental fue elaborándose entre 1938 y 1967.
- Defensa de unos principios propios del tradicionalismo español (Reconquista, Imperio, Defensa del
catolicismo)
Este poder personal contaba con un apoyo institucional, ideológico y social. En esencia fue, como todos los
fascismos, un régimen totalitario donde el Estado intervenía en todos los aspectos de la vida social
(económica, cultural, etc.).
A pesar del monolitismo ideológico del régimen, Franco tuvo que apoyarse en distintos sectores sociales
que integraban el bloque dominante: falangistas, monárquicos (tradicionalistas o donjuanistas), militares,
franquistas puros o tecnócratas. No sustentó su régimen sobre un grupo ideológico o político, sino que se
manifestó en tres vertientes (civil, militar y eclesiástica) que a lo largo de la dictadura estuvieron presentes
en los distintos gobiernos franquistas. En la práctica, todas estas familias tuvieron un papel secundario
Franco siempre impidió que alguien acaparara demasiado poder y buscó un equilibrio que garantizara su
2. poder omnímodo. Habría que diferenciar entre las familias institucionales y “familias” no institucionales
del régimen.
a) Las “familias” políticas institucionalizadas:
- el ejército, fue fiel aliado del régimen, por su ideología anticomunista, centralista y dureza en el
mantenimiento del orden público. Los valores militares se imponen a la sociedad española. El
ejército, como garante del orden público, adquiere jurisdicción sobre los delitos políticos; además, el
número de oficiales entre la nueva clase política es importante. El ejército fue siempre la columna
vertebral del sistema y nunca discutió el poder del Generalísimo. Éste solo tuvo algunos problemas
con los generales partidarios de una pronta restauración de la monarquía. La fidelidad de las Fuerzas
Armadas fue la condición esencial de la supervivencia política. Es el Nacionalpatriotismo, una
visión unitaria y centralista opuesta a cualquier separatismo que hiciera peligrar la unidad de la
patria.
- La Falange fue otro pilar. Proporcionó el principal arsenal ideológico y simbólico (patriotismo
tradicional y autoritarismo de corte fascista) y ocupó una parte esencial en la escena política, al
menos durante las primeras décadas. Se convirtieron en parte del aparato burocrático y acabarían
controlando el mundo obrero, a través del sindicalismo vertical. Es el Nacionalsindicalismo,
régimen totalitario del partido único.
- La Iglesia representó el elemento sancionador de la legitimidad del franquismo, desde el mismo
momento que califica la sublevación de “cruzada”. La convivencia entre franquismo e Iglesia
católica fue en esos primeros tiempos casi perfecta; Franco entraba en las iglesias bajo palio y
proponía al Vaticano el nombre de los obispos; la iglesia recibió a cambio el control de la enseñanza,
el restablecimiento de las retribuciones económicas a los eclesiásticos, e incluso el control de los
profesores o de los políticos locales, ya que el informe favorable del correspondiente sacerdote era
requisito indispensable para el nombramiento como funcionarios de los maestros o el de los alcaldes
de pueblo y el de los jueces de paz. Intervendrá muy directamente en las instituciones, educación, la
censura o el mantenimiento de la moral pública y se convierte en un eficaz instrumento para
propagar la ideología del régimen, identificando el catolicismo como la médula del ser español; esa
identificación entre la Historia española y el catolicismo se reflejó en el lema “Por el Imperio hacia
Dios”. Es el Nacionalcatolicismo, una visión fundamentalista y ultraconservadora del catolicismo,
en la cual Franco era el hombre providencial elegido por Dios para la salvación de España.
Desde el Concilio Vaticano II (1962-65) la Iglesia empezó a alejarse del gobierno y de la visión
nacional-católica del régimen.
b) Las “familias” políticas no institucionalizadas
- Los monárquicos eran otra fuerza importante en las filas del franquismo y estaban divididos en
dos tendencias: carlistas y donjuanistas. Los primeros, en línea con el tradicionalismo católico y
conservador, recibieron importantes cargos públicos. La relación con los segundos no fue fácil, y
poco a poco fueron apartándose del régimen. Algunos defendieron la solución de una monarquía
franquista en la persona de Juan Carlos (hijo de don Juan)
- Los católicos. Muchos de los colaboradores de Franco procedían de las asociaciones religiosas,
únicas permitidas al margen de la Falange. La Asociación Católica Nacional de Propagandistas al
principio, y más tarde instituciones como el Opus Dei suministraron cuadros y dirigentes, en su
mayoría jóvenes, y caracterizados por tener un nivel de formación técnica superior al de otras elites
del régimen. Estuvieron siempre representados en el Gobierno, y algunas carteras, como Educación,
eran tradicionalmente suyas. Son los denominados “tecnócratas” (Político o funcionario que
considera las cuestiones técnicas o económicas por encima de las humanas). Para ellos el desarrollo
económico generaría un bienestar que sustituiría la política ideológica y estas transformaciones solo
se podían dar en un régimen autoritario, pero modernizado.
- Los franquistas puros o integrales, cuya seña de identidad era la adhesión incondicional al
Caudillo. El representante más claro de este grupo fue el almirante Carrero Blanco. Para este grupo
el franquismo aparecía como inalterable. Formarán en los últimos años del régimen y en los inicios
de la transición el llamado “bunker”.
Podemos decir que lo único que unía a estas instituciones y “familias” era la fidelidad al Caudillo. Por esta
razón, el franquismo no será posible sin Franco y, a su muerte, lo que debía “estar atado y bien atado” –en
frase del General-, o sea, el franquismo político-institucional, tuvo que ceder su lugar a un proceso
democratizados que la propia sociedad española exigía.