Crisis educativa México: Falta formación docentes y acceso tecnología
1. Actualmente, México está viviendo una crisis en la
educación en todos los niveles; desde el básico
hasta el superior; esto no solo se ve reflejado en la
carencia de habilidades, aptitudes y conocimientos
de los estudiantes, sino también en la formación de
los maestros.
A los docentes mexicanos les falta una preparación
más profunda sobre cómo enseñar, planear y guiar,
para que el alumno por sí solo sea capaz de
construir y descubrir su propio bagaje de destrezas
que lo ayudarán a solucionar problemas en su vida
cotidiana.
2. La escuela se concibe como una estructura rígida
y el único tipo de problemas que se le
plantean al alumno es el de satisfacer las
exigencias de cada uno de sus profesores, sin
darles la oportunidad de experimentar por sí
mismos; es decir, realizar proyectos,
observaciones directas y tomar un papel más
activo en la construcción de su bagaje de
herramientas, que no solo sean académicas
sino útiles para la vida.
3. En la actualidad, la ciencia y la tecnología
llegan a sorprender tanto con sus avances;
por lo que los centros educativos y tanto el
profesorado como el alumnado tiene que ir a
la par de sus progresos; de otra forma se van
rezagando dentro del fenómeno tan fuerte de
la globalización, que más que generar
igualdad, marcaría más las diferencias entre
el primer y tercer mundo.
4. Evidentemente, en muchas escuelas de las comunidades
más pobres y marginadas de México, aún no existe
acceso a las tecnologías básicas como son las
computadoras; herramientas que de ser bien utilizadas,
son un universo de posibilidades y acceso a un gran
cúmulo de conocimientos especializados.
También basta con pensar en esos
miles de niños y niñas que no
tienen siquiera el acceso a un
espacio físico, es decir, una
escuela donde poder estudiar.
5. Otro reto de nuestra educación es la formación
del profesorado. A este respecto, habría que
hacer una diferencia sustancial entre los
maestros de educación básica y los maestros
de educación media y superior.
En ambos debe dejar de concedérsele el papel
protagónico al maestro. Su figura no
desaparece del proceso, pero sufre una
transformación. Pasa de ser el transmisor
para convertirse en un facilitador, guía,
supervisor, tutor y compañero.
6. La relación maestro-alumno debe basarse
en otros principios, que son básicos y
esenciales en toda relación humana; de
esta manera, si el profesor intenta
mantener relaciones armoniosas con
cada uno de sus aprendices se dará un
aprendizaje mucho más significativo.
La tarea docente no se limita a la
enseñanza de los contenidos; se le
enseña al estudiante a vivir la vida con
alegría y se le ofrece la posibilidad de
descubrir lo que significa ser humano, el
tomar conciencia de que con su trabajo
va a fortalecer todavía aún más a esta
sociedad.
7. Lo esencial en la educación tradicionalista era la formación
del alumnado para la adquisición de un cúmulo de
conocimientos ya determinados por alguien más, sin tomar
en cuenta las necesidades académicas de los estudiantes;
sus deseos, metas y sentimientos. Eso debe cambiar.
Aún hacen falta muchos elementos para que la educación de
México sea una educación de calidad y útil para la vida.
La responsabilidad de aquellos que trabajan en la educación
es innegable y no solo es iluminar cerebros o educarlos
para trabajar; sino educarlos para la vida,
fundamentándonos en el conocimiento de nosotros
mismos, del amor por lo que se hace y la alegría de vivir.
8. La educación se convierte en el reto más importante dado el impacto
que tiene en el resto de los retos, tanto en el nivel básico, como en
el medio superior y superior que he añadido.