2. Historia de la Locura (1961)
Las palabras y Las Cosas
(1966)
La Arqueología del Saber
(1969)
Vigilar y Castigar (1975)
Microfísica del Poder
Historia de la Sexualidad
( 1984)
3. I. Los Cuerpos Dóciles
II. Los Medios del Buen
Encauzamiento
III. El Panoptismo
4.
5. Ha habido en el curso de la edad clásica
un descubrimiento del cuerpo como objeto
y blanco de poder. Cuerpo que se
manipula, al que se da forma, que se
educa, que obedece.
Es dócil un cuerpo que puede ser
sometido, utilizado, transformado y
perfeccionado.
6. Por lo tanto, llamamos DISCIPLINAS a
estos métodos que permiten el control
minucioso de las operaciones del cuerpo,
que garantizan la sujeción constante de
sus fuerzas y les imponen una relación de
docilidad-utilidad. Estas han llegado a ser,
en el transcurso de los S XVII y XVIII
fórmulas generales de dominación.
7. Una “anatomía política”, una “mecánica del
poder” está naciendo, definiendo cómo se
puede hacer que los cuerpos operen como se
quiere.
La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y
ejercitados, cuerpos “dóciles”. La disciplina
disocia el poder del cuerpo, hace de este
poder una “aptitud”, una “capacidad” que
trata de aumentar la potencia, convirtiéndola
en una relación de sujeción estricta.
8. La disciplina procede a la distribución de los
individuos en el espacio. Para ellos emplea
varias técnicas:
I. La clausura (instituciones de encierro)
II. La localización elemental o división en
zonas, espacios. A cada individuo su lugar.
Hay que evitar las distribuciones por grupos,
analizar las pluralidades confusas.
9. III. Emplazamientos funcionales. La disciplina
genera un espacio que también es funcional
y productivo (por ejemplo la organización del
espacio en función de la división técnica del
trabajo en la fábrica).
IV. El rango. El rango es la unidad de medida,
el sujeto ocupa un lugar en una clasificación
jerárquica. Se individualiza y se vigila a los
cuerpos, se los distribuye en en un sistema
de relaciones.
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16. La primera de las grandes
operaciones de la disciplina es
pues la constitución de “cuadros
vivos” que transforman las
multitudes confusas, inútiles o
peligrosas, en multiplicidades
ordenadas.
17. I. Control estricto del tiempo, el tiempo
debe ser productivo y busca asegurar la
calidad del tiempo empleado: control
ininterrumpido, presión de los vigilantes,
supresión de todo cuanto puede turbar y
distraer, se trata de construir un tiempo
íntegramente útil.
18. II. La elaboración temporal del acto.
El acto queda descompuesto en sus
elementos; la posición del cuerpo, de los
miembros, de las articulaciones se halla
definida. El tiempo penetra el cuerpo, y
con él todo los controles minuciosos del
poder. (Taylorismo)
19. III. Establecimiento de correlación del
cuerpo y del gesto. En el buen empleo
del cuerpo, que permite un buen empleo
del tiempo, nada debe permanecer
ocioso o inútil. Un cuerpo disciplinado es
el apoyo de un gesto eficaz. Ejemplo:
Buena Letra.
IV. Articulación, cuerpo y objeto
V. Exhaustividad del uso del tiempo,
máxima rapidez, máxima eficacia
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23. El tiempo se divide en segmentos que se
organizan según un propósito de avance. Es un
tiempo lineal, un tiempo evolutivo.
Por ejemplo: supervisión de los aprendizajes,
planes de estudio, acreditación.
Se desarrolla la idea de Progreso, progreso de
las sociedades, progreso de los individuos. La
historicidad "evolutiva" tal como se constituye
entonces está vinculada a un modo de
funcionamiento del poder.
El ejercicio gradual.
24. Aparece así una exigencia nueva para la
disciplina: construir una máquina cuyo efecto
se llevará al máximo por la articulación
concertada de las piezas elementales de que
está compuesta. La disciplina no es ya
simplemente un arte de distribuir cuerpos, de
extraer de ellos y de acumular tiempo, sino
de componer unas fuerzas para obtener un
aparato eficaz.
Ej: La masa disciplinada para la guerra
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28. El poder disciplinario tiene como función
principal “enderezar conductas”. No
encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace
para multiplicarlas y usarlas.
“Encauza” las multitudes móviles, confusas,
inútiles de cuerpos y de fuerzas en una
multiplicidad de elementos individuales
La disciplina “fabrica” individuos como
objetos y como instrumentos de su ejercicio
29. El éxito del poder disciplinario se debe al
uso de instrumentos simples:
La vigilancia jerárquica.
La sanción normalizadora.
y su combinación en un procedimiento
específico: el examen.
30. El ejercicio de la disciplina supone un aparato
en el que las técnicas que permiten ver
inducen efectos de poder y donde los medios
de coerción hacen visibles aquellos sobre
quienes se aplican.
Miradas que ven sin ser vistas.
El aparato disciplinario perfecto permitiría a
una sola mirada verlo todo
permanentemente: ojo al cual nada se
sustrae.
31. La vigilancia jerárquica funciona como un sistema de relaciones de
arriba abajo, pero también de abajo arriba y lateralmente (en redes):
vigilantes perpetuamente vigilados.
El poder en la vigilancia jerarquizada de las disciplinas no se
transfiere como una propiedad; funciona como una maquinaria. La
organización piramidal le da un “jefe”, pero es el aparato entero el
que produce “poder” y distribuye los individuos en ese campo
continuo.
Lo cual permite al poder disciplinario ser indiscreto, siempre alerta,
no dejando ninguna zona de sombra y controlando a aquellos
mismos que están encargados de controlarlo; y discreto ya que
funciona en silencio.
32. El castigo disciplinario no busca reprimir al
trasgresor (Ej: Sistema judicial: multas,
látigo, calabozo), sino que busca la
NORMALIZACIÓN.
Tiene por función ser correctivo, reducir
las desviaciones y reencauzar la conducta.
33. El castigo disciplinario utiliza un sistema doble:
gratificación-sanción.
“El maestro debe evitar usar de castigos; por el
contrario, debe tratar de hacer que las
recompensas sean más frecuentes que las penas”
(de un reglamento escolar de 1716).
Este mecanismo de dos elementos permite la
calificación de las conductas y de las cualidades a
partir de dos valores opuestos, del bien y del mal;
se organiza una distribución entre un polo positivo
y un polo negativo.
34. El arte de castigar, en el régimen del
poder disciplinario busca diferenciar a los
individuos en función de una regla de
conjunto. Medir en términos cuantitativos y
jerarquizar
Se miden las capacidades, el nivel, la
“naturaleza” de los individuos.
35. Es una penalidad perfecta que atraviesa
todos los puntos, y controla todos los
instantes de las instituciones disciplinarias,
compara, diferencia, jerarquiza,
homogeniza, excluye. En una palabra,
normaliza.
36. Lo Normal se establece como principio de
coerción y se torna uno de los grandes
instrumentos de poder de la modernidad.
Permite identificar las “desviaciones” y
reencauzarlas.
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41. El examen combina las técnicas de la
jerarquía que vigila y las de la sanción que
normaliza. Es una mirada normalizadora,
una vigilancia que permite calificar,
clasificar y castigar.
La superposición de las relaciones de
poder y de las relaciones de saber
adquiere en el examen toda su notoriedad
visible.
42. El examen invierte la economía de la
visibilidad en el ejercicio del poder.
Tradicionalmente, el poder es lo que se ve.
En el examen es al revés, se visibiliza a
los dominados, cada individuo es un
“caso” ( acumulación de documentos -
individuos como objetos de estudio-
historia clínica)
43. En un régimen disciplinario la individualización es
“descendente”: a medida que el poder se vuelve
más anónimo y más funcional, aquellos sobre los
que se ejerce tienden a estar más fuertemente
individualizados; y por vigilancias más que por
ceremonias, por observaciones más que por
relatos conmemorativos, por medidas
comparativas que tienen la “norma” por referencia,
y no por genealogías que dan los antepasados
como punto de mira; por “desviaciones” más que
por hechos señalados.
44. En un sistema de disciplina, el niño está más
individualizado que el adulto, el enfermo más que
el hombre sano, el loco más que el normal. Es
hacia los primeros a los que se dirigen en nuestra
civilización todos los mecanismos
individualizantes; y cuando se quiere individualizar
al adulto sano es siempre buscando lo que hay en
él todavía de niño, la locura secreta que lo habita,
el crimen fundamental que ha querido cometer.
Todas las ciencias, análisis o prácticas con raíz
“psico-” tienen su lugar en esta inversión histórica
de los procedimientos de individualización.
45. El individuo es el átomo ficticio de una
representación “ideológica” de la sociedad; pero
es también una realidad fabricada por esa
tecnología específica de poder que se llama la
“disciplina”. Hay que cesar de describir siempre los
efectos de poder en términos negativos: “excluye”,
“reprime”, “rechaza”, “censura”, “oculta”. De hecho,
el poder produce; produce realidad; produce
ámbitos de objetos y rituales de verdad. El
individuo y el conocimiento que de él se puede
obtener corresponden a esta producción.
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47. El Panoptico de Bentham es la expresión
arquitectónica de la sociedad disciplinaria.
En el panóptico la eficacia del poder está del lado
de su aplicación. El que está sometido a un campo
de visibilidad, y que lo sabe, reproduce por su
cuenta las coacciones del poder, las hace jugar
espontáneamente sobre sí mismo, inscribe en sí
mismo la relación de poder en la cual se juega
simultáneamente los dos papeles; se convierte en
el principio de su propio sometimiento, sin
necesidad de medios de fuerzas para inducirle
buena conducta.
48. Nuestra sociedad es la de la vigilancia,
bajo la superficie de las imágenes, se llega
a los cuerpos en profundidad, detrás de la
gran abstracción del cambio, se persigue
el adiestramiento minucioso y concreto de
las fuerzas útiles. El individuo se halla
cuidadosamente fabricado, de acuerdo
con toda una táctica de las fuerzas y de
los cuerpos.