6. Con un autoconcepto ajustado
y una autoestima positiva.
“Cuando el hombre se exalta a sí mismo
como regla absoluta o se hunde en la
desesperación, cae en las dudas y
ansiedades” GS 12
Es necesario por tanto que nuestros
alumnos sean capaces de aceptar su propia
imagen y sus posibilidades, agradeciendo
todo lo que Dios les ha concedido,
relacionándose con los demás sin
prejuicios ni discriminaciones de ningún
tipo, e insertándose en su entorno como
única manera de ser complementado en
sus debilidades y complementar con sus
fortalezas.
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7. Abiertos a la Trascendencia
Es imprescindible ayudar al alumno a ser
capaz de ver más allá de lo aparente y
superficial, reconociendo lo esencial de la
vida y posibilitándolo a abrirse al
encuentro personal de amistad con Jesús,
el cual “le dará un nuevo horizonte a la
vida y, con ello, una orientación decisiva”
DCE 1.2
8. Autónomos en el aprendizaje.
Libres para salir de sí mismos en busca de la Verdad
Potenciaremos en nuestros alumnos el
dinamismo de “salida” de sí mismos, de
sus seguridades, cerrazones, modas (cf EG
21) “abandonando el cómodo criterio… del
“siempre se ha hecho así” para invitarles a
ser audaces y creativos en esta tarea de
repensar los objetivos, las estructuras y el
estilo…” EG 3
3
9. Con un espíritu crítico.
Deben ser capaces de realizar un análisis
sistemático del mundo que le rodea, y
superando el relativismo, discernir lo
erróneo de lo verdadero, proponiendo
nuevas soluciones a aquellos aspectos que
sean mejorables.
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10. Capaces de dar respuesta a las
diferentes situaciones de la vida.
Los desafíos que nos marca la vida son
oportunidades para crecer (cf. EG 84), por
eso nuestros alumnos deben poder vencer
“la conciencia de derrota que nos
convierte en pesimistas quejosos y
desencantados...” EG 85 valorando el
esfuerzo y la voluntad, y confiando en
todas las herramientas que a lo largo del
proceso educativo se le han ido ofreciendo
para dar respuestas claras, coherentes y
eficaces a las diversas situaciones que en
el día a día les pueden ir surgiendo.
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11. Desarrollando armónicamente todas
las ramas del conocimiento según
sus capacidades.
Pretendemos que nuestros alumnos
desarrollen todo su potencial intelectual y
alcancen un dominio pleno de los
contenidos de las diferentes materias que
se trabajan, de forma que les capaciten
para la continuidad de sus estudios o para
su inserción en la vida activa de forma
satisfactoria según su proyecto de vida.
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12. Con altas capacidades
comunicativas.
La comunicación entendida como un
proceso social y no como mera transmisión
o información, exigirá de nuestros alumnos
el encuentro empático entre personas
capaces de entender el idioma del otro,
escuchar con una mentalidad abierta,
expresarse con corrección y saber acoger
lo sustancial de lo comunicado.
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13. Con capacidad para
vivir el trabajo cooperativo.
“El individualismo postmoderno y
globalizado favorece un estilo de vida que
debilita el desarrollo y estabilidad de los
vínculos entre las personas” EG 67 por eso
“La profunda y veloz transformación del
mundo exige con gran urgencia...la
capacidad de contribuir al bien común
según la propia capacidad y las
necesidades de los otros” GS 30
“Superando la sospecha, la desconfianza
permanente, el temor a ser invadido, la
actitud defensiva… que nos hacen escapar
hacia la privacidad cómoda” EG 88
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14. Comprometidos con
la transformación de la sociedad
Alumnos capaces de ver la realidad
sufriente de este mundo y mostrar, como
nuevos “samaritanos”, compasión por las
necesidades de los demás,
comprometiéndose personalmente y
sabiendo hacer de su vida, capacidad,
profesión y situación, posibilidad para
ayudar en la creación de “un cielo nuevo y
una tierra nueva” a imagen del Reino de
Dios.
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15. Capaz de reconocer
la vocación a la que están llamados.
La vocación es la forma en que se concreta
para cada uno la llamada a ser
plenamente persona. Reconocer esta
concreción y tener libertad y capacidad
para responder a ella nos conduce a un
proyecto de vida pleno.
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