Tema 19. Inmunología y el sistema inmunitario 2024
Primera parte.
1. UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ORURO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE PROFECIONALES EN ATENCIÓN TEMPRANA
Y EDUCACION INFANTIL
1 EL USO DE LAS TECNOLOGÍAS EN LA FORMACIÓN DEL EDUCADOR INFANTIL II
DOCENTE : ING. JAQUELINE MARTINEZ CALDERÓN
RESUMEN
La maternidad genera una serie de sentimientos potentes y contradictorios que
van desde la alegría intensa a la fatiga crónica, pasando por explosiones de amor
y momentos de angustia.
Tenemos la autoestima baja cuando no nos aceptamos a nosotras mismas tal
como somos, cuando no nos gusta nuestro cuerpo, dudamos de nuestras
capacidades o tenemos preocupaciones excesivas por el porvenir. Y son muchas
las razones que pueden hacer tambalear la autoestima de una mujer durante su
embarazo. Por ejemplo:
LA IMAGEN CORPORAL CAMBIA: Es inevitable aumentar de peso. Además, los
síntomas hacen que todo el tiempo estemos incómodas. Algunas mujeres sienten
que no se reconocen en el espejo, se ven poco atractivas y sufren.
LA RELACIÓN DE PAREJA SE VE AFECTADA: No importa cuánto hayan
deseado ambos a ese bebé que está en camino, lo cierto es que el embarazo
puede alterar las dinámicas de la pareja. El hombre carga con sus propias
preocupaciones y no todos saben acompañar y contener a su pareja en este
momento tan especial. Ni hablar de lo que ocurre cuando uno –o ambos- pierden
el deseo sexual.
NOS PREGUNTAMOS ACERCA DE NUESTRA FUTURA MATERNIDAD: Es
normal tener dudas, pero algunas mujeres se sienten incapaces de afrontar la
crianza del bebé, tienen miedos o preocupaciones excesivas, y eso las hace sentir
muy mal con ellas mismas.
La maternidad es uno de los cambios más grandes que experimenta en su vida la
mujer. No existe nada más que represente tantos cambios al mismo tiempo:
emocionales, físicos y psicológicos. Convertirse en madre cambia por completo
nuestro mundo, y nada en la vida vuelve a ser igual después de tener hijos.
Es una mezcla extraña y única de subidas y bajadas. Alegrías y tristezas, paz y al
mismo Nutrir la autoestima de tu hijo puede parecer una gran responsabilidad.
Después de todo, es normal que sus niveles de autoestima suban y bajen, ¡y es
algo que les pasa incluso a los adultos más seguros de sí mismos!
A veces nos sentimos bien con nosotros mismos y a veces no. Es importante que
ayudes a tu hijo a cultivar su capacidad de adaptación, y que te asegures que
sienta orgullo y respeto por sí mismo y por sus raíces culturales. Así lo ayudarás a
confiar en su capacidad de enfrentar los retos de la vida.
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Una autoestima baja afecta a la familia, a su entorno social y en gran manera a los
niños ya que puede influir a su desarrollo mental y en su comportamiento diario.
INTRODUCCIÓN
La autoestima es la forma en que cada una se valora a sí misma, la suma de
cómo se siente respecto a su apariencia, a sus habilidades, a su conducta, cómo
integra las experiencias del pasado y cómo se siente valorada por los demás. Es
nuestro mundo interno al completo.
La autoestima no es voluntaria, espontánea o natural, proviene de las condiciones
de vida y de lo que cada una ha experimentado al vivir su vida.
Por lo tanto, la autoestima no es individual, sino social. Las mujeres partimos de
una valoración social inferior que la de los hombres y por esa razón, la baja
autoestima se encuentra más frecuentemente en mujeres, especialmente en
aquellas que han crecido en una familia con roles tradicionales, donde se dan a
menudo los malos tratos psicológicos a todos los miembros del género femenino.
En muchos casos la situation suele ser:
Madres mártires, quejas, reproches, lágrimas, amenazas de enfermar…
Padres dictatoriales estrictos, amenazantes, furiosos, hipercríticos…
Los maltratos no sólo son físicos, sino también psicológicos: silencios, posturas,
gestos, actitudes, expresiones, tonos de voz y miradas significativas o incluso
negación de la mirada… Todas estas formas de maltrato interfieren y condicionan
nuestra autoestima. De hecho, está comprobado que la peor secuela psicológica
de las víctimas de malos tratos es la baja autoestima que padecen y que llega a
hacerlas perder su propia identidad.
A partir de los 5-6 años es cuando empezamos a formarnos una idea de nosotras
mismas y esta primera valoración está basada en la forma en que nos valoran los
mayores (padre, madre, maestros, etc.) Por lo tanto, es la familia, sus modelos y
sus tabúes la primera influencia en la forma en que percibimos a nuestro propio
ser. Más adelante, en la adolescencia empezamos a valorarnos con
criterios culturales: cánones de belleza, valor, osadía, capacidad para controlar a
los demás, etc. Y estos criterios no son casi nunca favorables para las mujeres, de
forma que es más común encontrar a mujeres con autoestima baja que a
hombres, aunque éstos se hayan criado en el mismo ambiente e incluso en el
mismo entorno familiar.
Si de niñas vivimos:
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Una crítica constante de nuestros hechos, de nuestro aspecto físico, de
nuestras capacidades o de nuestro comportamiento, aprendimos a
condenar a otros.
En un medio hostil donde se nos minusvalora, aprendimos a pelear.
En un ambiente dominado por el miedo, aprendimos a vivir temerosas.
Si fuimos objeto de lástima por nuestro aspecto físico o por la falta de
capacidades intelectuales, aprendimos a sentir lástima de nosotras mismas.
Si nos ridiculizaron, aprendimos a ser tímidas.
Si crecimos en medio de la envidia y de la vergüenza, aprendimos a ser
envidiosas.
Porque todas las personas necesitamos:
Sentirnos seguras.
Ser amadas y aceptadas incondicionalmente.
Formar parte de un grupo.
Sentirnos aceptadas por cómo somos, reconocimiento y aprobación.
Ser autónomas, tener capacidad para escoger nuestras opciones.
Que potencien nuestras capacidades y que no las limiten continuamente
encasillando nuestra actividad vital en función del sexo.
Y cuando estas necesidades básicas para nuestro correcto desarrollo emocional
no se cumplen, crecemos con una serie de carencias que repercuten
negativamente en nuestra concepción de nosotras mismas.
La madre es el espejo del niño desde que nace y a través de esta relación se
refleja cómo y quién es el niño.
Por lo cual la autoestima de la mujer tiene gran importancia en la vida de los niños
ya que como mujeres se encargan de su pleno desarrollo.
En caso que una mujer con una autoestima no estable del todo influiría en el
comportamiento físico y mental del niño formando un trauma o un mal rendimiento
tanto emocional mente y socialmente.
OBJETIVOS
Tomar conciencia de la imagen que tenemos de nosotras mismas y la
forma que influye en la vida de los niños.
Identificar nuestras características más positivas y como estas pueden
ayudar en el desarrollo de nuestros niños/as.
No avergonzarse de nuestros aspectos más negativos.
Valorar nuestras acciones y las de los demás de la forma más adecuada
ya que será una forma de influir en la vida del niño.
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CARACTERISTICAS
Se caracteriza por dos formas una es la de LA AUTOESTIMA ALTA EN LA
MADRE y otro LA BAJA AUTOESTIMA EN LA MADRE.
LA AUTOESTIMA ALTA DE LA MADRE
SER CONSCIENTE DE LAS NECESIDADES DE CADA EDAD
Se debe tener en cuenta que un bebe, un niño y un adolecente no requieren el
mismo cuando por lo cual se debe mantener un seguimiento al crecimiento de los
niños dando paso a todos los cambios durante este proceso.
APOYAR LOS INTERESES DE LOS HIJOS
Motivar a los hijos a desarrollar las actividades que les interesan es una
forma de fortalecer su autoestima y además ayudarlos a construir sus vocaciones.
PACIENCIA
En cualquier momento del desarrollo de los hijos pueden surgir desacuerdos. Si
ellos son pequeños y deben obedecer, la paciencia servirá para explicarles por
qué deben obedecer o bien para sostener la posición sin retroceder ante sus
quejas
ADMITIR ERRORES
No es necesario mostrarse como un ser infalible para conservar el respeto de los
hijos. Por el contrario, admitir los errores y pedir disculpas es una forma de
fomentar el diálogo, la confianza y el respeto.
PONER LÍMITES Y MANTENERLOS
Los límites que se deben imponer a los hijos (antes de la adultez) varían con la
edad pero también con cada hijo en particular. No todos los niños y adolescentes
necesitan los mismos límites. Estos se determinan teniendo en cuenta su
seguridad, la posibilidad de potenciar sus capacidades de desarrollo y también el
bienestar familiar.
PROMOVER BUENOS HÁBITOS
Los hábitos cotidianos enseñan mucho más que los largos discursos. La madre
puede transmitir sus principios y valores en las situaciones de todos los días,
promoviendo tanto valores (por ejemplo el respeto o la constancia) como
determinadas actitudes (la expresión de cariño, la alegría).
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LA BAJA AUTOESTIMA EN LA MADRE
No se aman, valoran y aprueban así mismas.
Piensan que “No Pueden”, que no lo van a poder conseguir. Se sienten
impotentes para manejar los problemas cotidianos.
Son indecisas, tienen miedo exagerado a equivocarse. Sólo toman una
decisión cuando están completamente seguros de obtener resultados al
100%.
Tienen miedo a los cambios. Son rutinarias y evitan correr riesgos. Son
pasivas.
Cargan con el pasado y sufren excesiva ansiedad por el futuro. No se
conectan con el presente. 25 características de las personas con baja
autoestima.
Tienen pocos amigos y evitan compartir en círculos de personas que
desconocen.
Temen emitir opiniones personales diferentes a las del grupo donde se
desenvuelven.
Dependen de otros, para realizar un sin número de actividades, inherentes
a la vida diaria.
Se dan por vencidas, al primer obstáculo.
No son asertivos. No saben expresar de manera clara y precisa sus
pensamientos, sentimientos y emociones, sin necesidad de descalificar o
irrespetar al otro.
No están satisfechas consigo mismas, piensan que todo o casi todo lo
hacen mal.
No conocen sus emociones, por lo que no pueden expresarlas.
Desprecian sus dones. No valoran sus talentos, ni sus posibilidades. No
valoran sus talentos, ni sus posibilidades. Se sienten disminuidos ante los
demás; a quienes engrandecen.
Inseguros y con falta de confianza en sí mismos.
Se dejan influenciar por los demás. Actúan a la defensiva. No aceptan
críticas, aún las constructivas.
Culpan a los demás por sus faltas y debilidades.
Se autocritican de manera exagerada.