1. Hola agregando algo mas al tema ya que sigo leyendo .
El concepto de infancia en la modernidad es bien diferente. El niño es
concebido como inocente, sin maldad ni sexualidad. Por ello es pensado como
frágil e indefenso y debe ser protegido del desvío de los adultos. A la inversa
del medieval, concita al máximo el interés de una familia y una sociedad que lo
cuida y lo educa para que "se forme bien". Es una "promesa de futuro". Si se
lee eso como una negación, el niño sólo cuenta en tanto lo que será. El
paradigma princeps de la modernidad fue el del progreso. En su misión de
formar al niño, "el hombre del futuro", la familia moderna fue asistida (¡y
controlada!) por decenas de instituciones. La infancia moderna generó así
niños excelentes como receptáculo de las proyecciones adultas en búsqueda
de un ideal de perfección no ya divino, como en la Edad Media, sino humano.
El niño debía ser en un futuro lo que los adultos no habían sido. La transmisión
generacional va así, en la modernidad, de adultos "iluminados" a niños "a
formarse" para el futuro.
La diferenciación niño/adulto fue tajante. El adulto sólo juega a "cosas de
niños" para "ayudar" a los pequeños a formarse. Los juegos (la literatura, la
gráfica y la vestimenta) fueron especialmente diseñados por adultos con la idea
de que contribuyan a la "buena formación" de niños. Los juguetes típicos
fueron los "didácticos". El maestro y la familia moderna se regocijaban cada
vez que el niño lograba "por sí sólo" arribar a formulaciones preexistentes,
incluso novedosas, que en general no cuestionaban lo establecido.
3- Resulta difícilhablar del niño en la actualidad por la falta de perspectiva y
porque vivimos una etapa de transición (de velocidad sin precedentes) que no
ha alcanzado una forma estable. Por lo tanto deberemos generalizar más de lo
que querríamos. Lo más destacable de los niños en la actualidad es cómo se
apartan de las expectativas modernas. Lo cual es congruente con lo que
acontece en la mente de sus padres y de los adultos que, como nosotros,
hemos sido formados en la ideología moderna: tendemos a pensar que no se
trata de cambios, sino de desvíos o aberraciones. Lo cierto es que, a modo de
síntomas, una a una las caracterizaciones del niño moderno están siendo
contradichas por el niño de la actualidad. El niño da hoy muestras constantes
de no ser adecuadamente representado por el concepto "infancia" de la
modernidad: muestra que no es inocente (como lo anuncian diariamente las
noticias y la popularidad de videojuegos y series televisivas con escenas
inadmisibles 20 años atrás); no se presenta ni frágil ni indefenso (se está
2. revisando la inimputabilidad del menor en casi todos los países); la idea de
proteger a los niños de la influencia de los adultos parece estar invirtiéndose;
no se muestra ni dócil ni maleable y se resiste a ser considerado un "vacío a
llenar por contenidos adultos"; más allá de cualquier indicaciónde los adultos,
los juegos predilectos son aquellos que eluden -como por un bypass- el marco
impuesto por los adultos; la división -otrora tajante- por edades también tiende
a desaparecer, prevalece ahora la idea de que hay una edad (la del joven
adolescente) a la que todos (niños y adultos) deberían parecerse (a esto
parecen apuntar la inclusión permanente de las "transformaciones" en los
juegos infantiles y la pasión adulta por la cirugía estética); la escuela se está
convirtiendo, más que en el sitio de formación de iluminados "ciudadanos del
futuro", en un lugar de provisión de herramientas tecnológicas para la conexión
en el universo informático. Así, la familia, actual no cesa de mostrarse ineficaz
en la función de generar niños al estilo del concepto "infancia" de la
modernidad. La posta de ese "vacío" es tomada por los "Medios". Para ellos el
rol del niño es central en el ingreso y en la transmisión de mensajes a la red.
Es que los niños rápida y eficientemente, sin necesidad de "entender"
demasiado "captan" y "transmiten" toda novedad y hasta se modelan con ella.
Las sustituciones son hoy tan vertiginosas que, al revés que en la modernidad,
son los adultos los que quedan atrás. La transmisión generacional tiende ir
ahora del niño al adulto.