Proceso de realización de tres obras plásticas mediante recursos digitales (programa de tratamiento de la imagen), empleando una sola fotografía. Las construcciones fotográficas resultantes se denominan “Incomunicación”, “De cuento” e “Icono”, y pertenecen a la exposición “Reproduciendo/Recreando Argentina y Chile”.
Ver otros procesos de realización:
http://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/2-proceso-de-construcciones-fotograficas/
4. 4
1.1.1. Con el propósito de acometer tres construcciones foto-
gráficas diversas empleando una sola fotografía propia,
empleo esta toma efectuada a un mimo con otro individuo
en la Plaza de Armas de Santiago de Chile.
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1.1.2. Utilizando las reglas, inicio el trabajo simplemente eje-
cutando un mejor encuadre recortando la imagen. No lo
hice al tomar la foto para poder sacarle partido al detalle
de la escultura del fondo derecho, como veremos más
adelante.
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1.1.3. Seguidamente, acabo de mejorar la imagen aumen-
tando levemente el enfoque. Por último, aplico una serie
de ajustes en diferentes grados: intensidad, brillo, satura-
ción de amarillos y aumento de tonos oscuros y claros.
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1.2.1. Una vez mejorada para su presentación la foto origina-
ria 1.1.1., con el resultado de la imagen 1.1.3., denomina-
da “Mímica para el mimo”, procedo a recortar ambos per-
sonajes; para ello hago dos copias de la imagen anterior
1.1.3. y recorto uno en cada una. Posteriormente suavizo
levemente sus bordes.
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1.2.2. A continuación, con una idea compositiva bastante
clara, sitúo a los protagonistas de espaldas, para lo que
invierto sus posiciones horizontalmente; luego, aumento
el tamaño de uno y disminuyo el del otro a conveniencia.
Después, disponiendo una línea en el centro del espacio
compositivo, coloco al mimo junto a ella y lo giro sutilmen-
te hacia la derecha para darle un poco de inclinación, do-
rándolo algo más añadiéndole amarillo. Finalmente, sitúo
al otro personaje separado de la línea central.
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1.3.1. Con el fin de confeccionar un fondo al personaje más
relevante, genero un degradado a partir de los colores se-
leccionados (rojo oscuro sobre negro) en una capa nueva
vacía. La otra zona queda aún desocupada.
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1.3.2. Para ambientar al otro personaje utilizo el detalle de
escultura (ver imagen 1.1.1.). Con este objetivo procedo
realizando varias operaciones: 1ª efectúo una copia de
esa imagen; 2ª la sobredimensiono hasta que el pie de la
escultura alcance la parte inferior; 3ª selecciono el sector
que me interesa (la zona vacía de la imagen 1.3.1.) y eli-
mino el resto de la imagen; 4ª mejoro el enfoque; 5ª la
oscurezco, y para sintonizarla con la tonalidad de la otra
franja le cambio el tono por el rojizo y la saturo.
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1.3.3. Teniendo las dos zonas de ambientación activadas y
con la intención de crear una base en la de la izquierda y
modificar la de la derecha, en una capa vacía selecciono
el sector oportuno y lo relleno con el tono rojo más claro
(ver 1.); después, desplazo la misma selección hacia la
zona de la escultura elegida y en una copia de la imagen
la recorto (ver 2.).
1.
2.
12. 12
1.3.4. Las dos franjas creadas anteriormente aparecen situa-
das ya en sus respectivos lugares.
13. 13
1.3.5. A continuación, intensifico la oscuridad de la base iz-
quierda, y modifico la de la derecha mediante clonaciones
en distintos lugares (oscurezco la parte izquierda de ésta
para conseguir una transición regular a la otra franja).
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1.4.1. Una vez generado el ambiente escénico, activo las ca-
pas de ambos personajes y veo como queda su instala-
ción.
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1.4.2. Seguidamente, de igual modo que en el paso 1.3.5.,
suavizo la transición de todo el lateral del fondo formal al
negro, para lo que borro suavemente el borde de este últi-
mo (ver las imagen anteriores). Posteriormente, aumento
discretamente el amarillo al mimo, la saturación al otro
personaje y el enfoque al detalle de escultura.
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1.5. “Incomunicación”, primera construcción fotográfica reali-
zada con la foto “Mímica para el mimo” (ver imagen
1.3.3.), queda así finalizada después de aplicar sombras
a los personajes y de depurar aún más la transición cro-
mática de una base a otra mediante clonaciones de redu-
cido porcentaje de opacidad. Esta última tarea de homo-
geneización la hago sobre una copia del bloque de capas
trabajadas combinadas en una sola capa.
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TÍTULO: “Incomunicación”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE REALIZACIÓN: Junio de 2020.
FOTOGRAFÍA EMPLEADA: Una sola captura propia efectua-
da a un mimo con otro individuo en la Plaza de Armas de San-
tiago de Chile.
TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
La obra muestra dos personajes de diferente escala dán-
dose la espalda, subidos en una escasa plataforma, con fon-
dos muy diferentes para cada uno. El individuo de mayor en-
vergadura es un mimo y el de menor era su interlocutor en la
fotografía de la que procede este trabajo, siendo quien verda-
deramente hace mímica; por ello dicha foto de referencia se
denomina “Mímica para el mimo”. La imagen creada se com-
pone con esos personajes como protagonistas y con una am-
bientación dispar: una rápida degradación de rojo oscuro a ne-
gro para el mimo, y parte de una escultura de hormigón y gra-
nito para el que gesticula; ambientación contrastada que busca
diluirse mediante una armónica transición, leve en el eje divi-
sorio de los dos planos creados y plena en el estrado inferior.
Incomunicación, antónimo de comunicación, es la acción y
el efecto de incomunicar o incomunicarse, o sea, de no expre-
sar algo a alguien o de no intercambiar expresión con alguien
en alguna modalidad expresiva. En la fotografía mencionada la
comunicación se produce desde el momento en que hay un
individuo que está expresándose oralmente, mientras gesticu-
la, y otro que le escucha; sucediendo, además, que éste tiene
la ocupación de ser mimo, intérprete teatral que paradójica-
mente expresa no precisamente mediante la mímica (gestos o
movimientos corporales), sino con su inmovilidad caracteriza-
do de alguien. Pero la situación de comunicación propia de la
mímica gestual y del lenguaje oral, así como la peculiar que
plantea el mimo, queda aquí anulada por el posicionamiento de
espaldas de ambos personajes.
Se da la circunstancia de que el mimo en su exhibición re-
presenta a Buda, ese asceta, filósofo y sabio, de nombre
Siddartha Gautama que vivió entre los s. V y IV antes de Cristo,
en cuyas enseñanzas se fundamentó el budismo; ese gran co-
municador que contradictoriamente aquí opta por darle la es-
palda altivamente a quien esforzadamente intenta comunicarse
con él. Ocurre, así mismo, que el hombrecillo se coloca también
de espaldas a su interlocutor, pero persiste absurdamente en
seguir comunicándose con él manteniendo un soliloquio como
cuando se está rezando en voz alta. La comunicación, pues,
que de este modo resulta irremediablemente condenada, esta-
ba ya dificultada por el sobredimensionado de uno y el infradi-
mensionado del otro, situación propia de la relación de los em-
pequeñecidos feligreses con sus endiosados ídolos.
El detalle de escultura, perteneciente al Monumento a los
pueblos indígenas, obra de E. VILLALOBOS (1992) que con-
memora el 500 aniversario de la llegada de Colón a América
representando los orígenes prehispánicos, permanece inmóvil
como el mimo, y renuncia igualmente a comunicar puesto que
su fragmentación se lo impide (un detalle de una obra deja de
expresar lo que pudiera comunicar el conjunto cuando se aísla
de él). De mismo modo que esta ejecución plástica remite a la
incomunicación que realmente se produce entre los devotos
orantes y sus ídolos, alude a la que se produjo entre los pue-
blos originarios de América y sus conquistadores y colonizado-
res, aunque también pueda o pudo ocasionarse comunicación.
Existe otra obra homónima, un relieve policromado de
2005, que sirviéndose de dos teléfonos “de espaldas” con sus
cables desconectados, dos piezas de calzado con calcetines,
una maya aislante y un marco delimitador intenta evidenciar la
incomunicación en nuestra civilización de los mass media.
19. 19
2.1.1. Aunque con conexiones narrativas con la construcción fotográfica precedente, el planteamiento plástico de ésta, que se titu-
lará “De cuento”, será diferente. Inicio la creación tomando el mimo recortado de la imagen 1.2.1., lo giro 90º hacia la izquierda
para colocarlo en posición tumbada, y amplío sus dimensiones hasta que ocupe casi todo el largo de la imagen.
20. 20
2.1.2. Con la intención de disponer los ropajes un poco caídos para adecuarlos a la nueva posición del personaje, efectúo varias
operaciones; primero recorto el saliente superior (ver el detalle).
21. 21
2.1.3. Después, efectúo dos copias de la imagen y corto en cada una sendos detalles de pliegues (1.1 y 1.2); a continuación, des-
plazo cada uno al lugar donde deseo acoplarlos; posteriormente, practico borrados y clonaciones a conveniencia (2.1 y 2.2); por
último, unifico los detalles trabajados con la imagen acoplando las capas y remato los pliegues con clonaciones.
1.1 1.2
2.1 2.2
22. 22
2.2.1. Para confeccionar-
le un lecho al personaje,
hago una copia de la
imagen 1.1.1, tomo el
trozo que me interesa
del detalle de escultura y
lo giro 90º a la derecha
(ver el detalle); seguida-
mente acometo diversas acciones: lo llevo a su lugar y aumento su tamaño hasta cubrir la imagen de lado a lado; incremento el
enfoque y elimino lo que no es escultura; recreo clonando la parte superior izquierda; y, para finalizar, adjunto tono rojo y verde y
elimino luminosidad.
23. 23
2.2.2. Como pretendo añadirle al lecho algo de cromatismo naranja de forma diseminada, integro color naranja en una capa vacía,
la recorto con el contorno del lecho y le aplico una fusión de oscuridad; posteriormente suavizo los bordes de ambas capas.
24. 24
2.3.1. Ahora abordo el trabajo con
el otro personaje de la imagen
1.2.1., que consistirá en disminuir
considerablemente su tamaño (ele-
mento 1.) y en crear otros tres a
partir de él; para lo que efectúo tres
copias, una para cada uno. En la
ejecución del 1.1 invierto la gorra,
anulo un brazo y el otro lo giro hacia
abajo, enderezo su tronco y hecho
hacia atrás las piernas, y modifico la
mano. En la del 1.2 subo notoria-
mente la gorra, recreo la cabeza,
creo las manos juntas ante el pecho
y enderezo un poco su postura. Y
en la elaboración del 1.3 levanto un
poco la gorra, rehago y subo la ca-
beza, enderezo el tronco y las pier-
nas, anulo un brazo y el otro lo re-
creo para colocar la mano en el bol-
sillo; para ello he tenido que: girar la
manga, rehacer la chaquetilla, girar
el brazo, bajar y abrir algo el bolsillo
deformándolo y luego aplicando en-
foque y haciendo arrugas, cortar la
mano y recrear el bolsillo simulando que está en su interior. La técnica general que he aplicado consiste en seleccionar el detalle
concreto a trabajar y ejecutar giros, desplazamientos, clonados, borrados, aclaración, etc., según corresponda. Para concluir este
laborioso proceso, suavizo de bordes de las cuatro figuras.
1. 1.1 1.2 1.3
25. 25
2.3.2. Después de preparados los hombrecillos, los coloco en los lugares elegidos.
26. 26
2.3.3. Dado que quiero ubicar dos de ellos (el 1.1 y el 1.3) detrás de un pliegue (obsérvese que no lo están en la imagen prece-
dente), hago una copia del mimo de la imagen 2.1.3. con sus ajustes, recorto la zona de los pliegues que han de tapar discreta-
mente los zapatos izquierdos y coloco la capa sobre las de los respectivos personajes.
1.1 1.3
27. 27
2.4.1. Con el propósito de crear un ambiente para la composición realizada, produzco dos copias de la imagen 1.1.1; de una se-
lecciono el detalle de escultura ( la 1.) y de la otra el follaje de los árboles (la 2.).
1.2.
28. 28
2.4.2. Acometo primero la ejecución de una especie de muro con el fragmento de escultura; procedo realizando cuatro copias y
seleccionando y cortando los detalles que muestro, modificando luego pertinentemente sus posiciones y recortando algunos de
sus bordes.
1. 2.
29. 29
2.4.3. Una vez preparado el material compongo el muro y lo adecento. Lo hago con varias intervenciones: primero coloco los cua-
tro elementos como decido; posteriormente unifico las capas (las imágenes) en una sola y mejoro el enfoque; y, por último, oscu-
rezco sutilmente el conjunto, elimino un poco de brillo y aumento considerablemente la intensidad y saturación cromática.
30. 30
2.4.4. La construcción del muro queda de este modo, después de suavizar sus bordes, al activar el conjunto de capas del lecho,
del mimo y de cada uno de los hombrecillos, con los ajustes alojados en cada una de ellas.
31. 31
2.4.5. Concluyo la ambientación tomando la parte superior de la imagen 2.4.1.2., eliminando por clonación la farola, sobredimen-
sionándola hasta alcanzar los laterales de la imagen, mejorando el enfoque y aumentando la saturación selectiva de amarillos y
rojos.
32. 32
2.4.6. Estando ya ultimando el trabajo, este es el resultado de lo que llevo de construcción añadiendo a la imagen 2.4.4. el verde
natural de fondo de la 2.4.5.
33. 33
2.4.7. Con el fin de que queden algo personalizados cada uno de los hombrecillos, dejo el originario como estaba y modifico el co-
lor de las distintas prendas de los otros (gorra, camiseta, chaleco, pantalón y zapatos). Procedo sencillamente seleccionando cada
una y mutándola por el color deseado.
34. 34
2.5. Así queda acabada
la segunda recreación
de la fotografía “Mímica
para el mimo”, con el
nombre de “De cuento”,
una vez realizadas las
sombras de los persona-
jes sobre el “piso” y au-
mentado levemente el
brillo al conjunto. Al cambiar de orientación al mimo, y sobre todo al haber multiplicado el elemento detalle de escultura, cambian-
do igualmente las posiciones de las piezas obtenidas, las sombras quedan inevitablemente trastocadas; lo que no deja de añadir
ilógica surrealidad a la escena creada.
35. 35
TÍTULO: “De cuento”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE REALIZACIÓN: Julio de 2020.
FOTOGRAFÍA EMPLEADA: Una sola captura propia efectua-
da a un mimo con otro individuo en la Plaza de Armas de San-
tiago de Chile.
TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
La escena ofrece una curiosa imagen, como si fuera una
ilustración o instante de un relato, en la que un personaje, pa-
rangonando un Buda yacente, está “ocupado” por cuatro hom-
brecillos muy parecidos entre sí. El acto está ambientado por
una irregular pared rocosa tras ellos y unos árboles por encima
del muro y al fondo. Al igual que la recreación precedente
“Incomunicación”, está generada con la fotografía “Mímica pa-
ra el mimo” sirviéndose de sus elementos, y conserva algo de
su narrativa pero cambia el planteamiento plástico.
La singular disposición de los personajes: uno tumbado y
los otros de pie sobre él, y la llamativa diferencia de escala: el
tendido agigantado y los levantados empequeñecidos, encie-
rran una intencionada alusión al cuento clásico de “Los viajes
de Gulliver”; y su título, “De cuento”, lo refrenda. Hace referen-
cia al viaje a Liliput en el que Gulliver es apresado por unos
hombres diminutos, para posteriormente contar privilegiada-
mente con los favores de la corte liliputense y, finalmente, caer
en desgracia. Conviene apuntar que el cuento -sus múltiples
adaptaciones- originariamente era una novela del clérigo J.
Swift, de 1726, cuya pretensión era satirizar la naturaleza hu-
mana y el subgénero literario de los “relatos de viajes”.
Un cuento, como género literario narrativo, es un relato
breve de ficción, una narración apoyada en hechos reales o
imaginarios, que se desarrolla por un acto de ficción; o, dicho
de otro modo, es una narración que combina la ficción con he-
chos y personajes reales. Cuenta con un argumento relativa-
mente sencillo y presenta escasos personajes. Esta obra, por
su titulación, una simple locución adverbial, denota que es una
fantasía, algo fabuloso, increíble…; lo que recoge la imagen es
como si fuera de cuento, y, naturalmente, enlaza con la tradi-
ción de los cuentos, concretamente con el desmesurado Gulli-
ver y los infradimensionados liliputenses.
A esta referencia al mencionado cuento infantil hay que
añadirle otra a la religión budista (en justicia sobre todo a las
más idólatras de las monoteístas), pues el mimo originario re-
presentaba en la calle a Buda, estando ambos asuntos interco-
nectados como certifican diversos simbolismos. Así, las des-
equilibradas dimensiones entre el personaje yacente (Gulliver/
Buda) y los hombrecillos (liliputenses/busdistas) refieren a la
habitual colosal dimensión de las representaciones de Buda y
al empequeñecimiento de los fieles budistas ante el ídolo. El
parecido de los hombrecillos entre sí (aunque el colorido de su
indumentaria sea diferente) se asemeja a la similitud que pro-
porciona el uniformismo ideológico-religioso a los partidarios de
un credo. El rocoso muro conformado tras los personajes pre-
tende ser una analogía de la religión, sus instituciones y tem-
plos, sus doctrinas, ritos y costumbres que, creados también,
vienen a funcionar como auténticas murallas. De igual modo
que Guliver fue primero apresado, luego agasajado y por último
rechazado, el idolatrado Buda (los ídolos) puede pasar de ser
amado a odiado por sus correligionarios; curiosamente Swift, al
narrar el enfrentamiento que Liliput mantiene con un estado ri-
val, satiriza los conflictos entre idólatras católicos e iconoclas-
tas protestantes. Por último, los textos tenidos por las distintas
religiones como revelados o sagrados son asimilables a los
cuentos, con la peculiaridad de que siendo como cuentos se
niega la ficción y se obliga su creencia; además, como los
cuentos, se han transmitido durante siglos por tradición oral.
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3.1. Doy paso a la tercera y última construcción realizada
con la fotografía “Mímica para el mimo”, más sencilla de
ejecución y de resultado plástico que las anteriores. Me
sirvo únicamente del mimo de la imagen 1.2.1, del que
recojo la parte superior del tronco a base de aumentar su
tamaño y sacar la figura por el margen inferior.
38. 38
3.2. Seguidamente, hago una copia de la imagen precedente
(la 3.1), la invierto horizontalmente, la desplazo hacia la
derecha hasta que ambas figuras se toquen la nariz y,
finalmente, elimino en vertical la mitad derecha recortan-
do íntegra la oreja.
39. 39
3.3. A continuación, elijo un color azul en la paleta de colores
y lo vuelco en una capa vacía, que ubico bajo la anterior
(la 3.2) en la paleta de capas. Naturalmente, el fragmento
y tamaño de las figuras y la posición que ocupan en el
fondo es la deseada por mis criterios estéticos.
40. 40
3.4. Acto seguido, selecciono un rojo oscuro y lo vierto en
otra capa vacía en la que he dibujado una selección ova-
lada, colocando el resultado en la posición conveniente y
la capa entre la de las figuras y el fondo.
41. 41
3.5. Para rematar la obra, de nombre “Icono”, genero un
efecto de resplandor interior en el óvalo para insinuar una
aureola.
42. 42
TÍTULO: “Icono”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE REALIZACIÓN: Julio de 2020.
FOTOGRAFÍA EMPLEADA: Una sola captura propia efectua-
da a un mimo con otro individuo en la Plaza de Armas de San-
tiago de Chile.
TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
La idea de este “Icono”, última construcción fotográfica de
la terna creada a partir de la foto “Mímica para el mimo”, junto
con “Incomunicación” y “De cuento”, surge de forma natural de
éstas. Teniendo el propósito de generar variedad plástica y de
explotar la presencia del personaje principal, el mimo caracteri-
zado de Buda, mi empeño me condujo a la plasmación de un
icono. Si bien, no pretende ser un icono budista, ni siquiera do-
tarle de similitudes con él, sino ofrecer sencillamente una ima-
gen libre con resonancias icónicas del cristianismo ortodoxo -
bizantinas-, asimilable al budismo por la presencia de un per-
sonaje que representa a su ídolo.
Por icono se reconoce al signo que mantiene una relación
de semejanza con la realidad que representa. A pesar de que
coloquialmente se aplica a personas u objetos aceptados co-
mo representativos de algún aspecto cultural, urbano, geográ-
fico... concreto, o a símbolos gráficos que aparecen en las
pantallas y en otros medios, en esta construcción fotográfica
toma el sentido estricto de su etimología griega y lo interpreto
como imagen, más específicamente como imagen de carácter
religioso, aunque no he procurado que lo sea. Sabido es que
los iconos son representaciones que se consideran sagradas,
habitualmente pintadas con motivos de Jesús, María, los san-
tos y demás iconos de religiosidad cristiana, y que especial-
mente se aplica a las pinturas sobre tabla de este género pro-
pias del arte bizantino.
El budismo, por su parte, dispone asimismo de amplio re-
pertorio iconográfico, tanto de objetos de culto como decorati-
vos. Pese a que Siddartha Gautama, conocido como Buda, no
buscó ser venerado por sus discípulos, después de su falleci-
miento su figura y sus creencias fueron objeto de culto a través
de representaciones antropomórficas suyas y de signos o sím-
bolos auspiciosos, es decir de iconos de buen agüero o favora-
bles; imágenes que en la expansión territorial de sus doctrinas
fueron variando sus contenidos y ampliando su semántica, al
tiempo que multiplicando las corrientes budistas. A ello alude
discretamente el que en mi “Icono” aparezca el ídolo frente a
otro que sale de él, enfrentados, que experimenta cabios sien-
do el mismo, y que se muestra en desconfiada alerta auditiva;
así como la existencia de otras 25 versiones y variaciones de
este “Icono”. Recojo la especie de aureola o nimbo, que denota
la iluminación e irradiación del personaje deificado, a pesar de
que el budismo sea una doctrina filosófica y espiritual no teísta,
como uno de los elementos simbólicos característicos del trata-
miento de su imaginería, aunque no sea exclusivo de ella.
El icono religioso es una muestra de que lo artístico adquie-
re en él categoría sagrada; pero lo artístico, fuera del ámbito de
la religiosidad, se torna igualmente en sagrado, no sólo porque
las obras de arte se sacralicen en los museos, sino también
porque las imágenes artísticas convertidas en iconos y en mitos
por la ingeniería de la sociedad de consumo, son sacadas del
recinto sagrado para asociarse a cualquier artículo consumible
y así poder todos democráticamente disfrutar de un poquito de
sacralidad y eternidad. La cultura moderna no dispensa mucho
culto a los iconos sagrados, pero crea y pone en circulación un
amplio surtido de imágenes mágicas de todo tipo que devota-
mente veneramos en una obvia manifestación de iconofilia, que
enseguida con el desecho se vuelve en iconoclasia iconofóbica
para que pueda seguir perviviendo la iconofilia.