El documento presenta varios principios didácticos sobre la enseñanza de la comprensión auditiva. Explica que la comprensión de mensajes orales no es pasiva sino que requiere estrategias activas por parte del oyente. También destaca que enseñar comprensión auditiva implica enseñar destrezas y estrategias, no sólo comprobar el significado de palabras. Además, señala que para entender no basta con saber el significado literal sino que se debe lograr una interpretación razonable del mensaje.
5. La comprensión de un mensaje transmitido oralmente no es un proceso de recepción pasiva, es decir… cuando escuchamos algo tenemos que activar mecanismos de recepción, de procesamiento de la información, de búsqueda de lo que nos interesa, de discriminación de lo que no es útil, de reconocimiento de sonidos y palabras, de interpretación de segundas intenciones, etc. La comprensión de mensajes orales requiere prestar atención a elementos lingüísticos (los verbos, los pronombres, la fonética, la colocación de los adjetivos, el género y el número…) , paralingüísticos (como el timbre de nuestra voz, la entonación, el ritmo o las pausas) y extralingüísticos (por ejemplo, los movimientos del cuerpo, los gestos o la proximidad entre los interlocutores) .
6. La comprensión de un mensaje se da en estos tres planos, de forma simultánea, y mediante una interconexión entre los tres: literal, transaccional (para transmitir información, discutir o intercambiar contenidos…) y interaccional (para mantener una relación social: saludos, presentaciones…) Entender es incorporar una nueva información a aquélla de la que ya disponemos. Si carecemos de cualquier tipo de información previa sobre un tema, la comprensión se dificulta enormemente. Si yo no sé nada de microcirugía, difícilmente me enteraré de lo que me cuenten.
7. Nuestro conocimiento del mundo está organizado en esquemas y guiones, que nos permiten predecir lo que es esperable que suceda (y, por lo tanto, que se diga), en determinadas situaciones y en determinados contextos. Es decir… si mi hermano me dice: “Tío, ¿tienes un rato?” me preparo para que me cuente un problema. Entender no es dar las respuestas correctas, eliminando las falsas. Entender es hacer una interpretación razonable. Por ejemplo… cuando decimos “¿Y si salimos el jueves?” la interpretación razonable es que me están haciendo una propuesta, algo que va mucho más allá de entender el significado de las palabras. Las actividades de clase para validar dicha interpretación nunca pueden ser meras preguntas de comprensión.
8. Oímos incluso de forma involuntaria. Escuchamos conscientemente y con un propósito… oigo lo que dicen los chicos que juegan al fútbol en la plaza porque tengo la ventana abierta; escucho a mi compañero durante una reunión. Escuchamos para algo, con una finalidad. Lo importante es “entender algo” (lo que interesa, lo que se busca), no necesariamente entenderlo todo. Por ejemplo… incluso en nuestra lengua materna, cuando escuchamos el anuncio de un concierto, nos interesa la hora, el día, el lugar y el precio. Enseñar no es lo mismo que comprobar. Es decir… se nos exige mucho más como docentes que queremos que nuestros alumnos mejores su competencia de comprensión auditiva.