2. Pitágoras dijo “las cosas son números” y con ello, afirmó que algo sólido y permanente es la base de las apariencias cambiantes de las cosas. Generaciones más tarde, Anaxágoras avanzó un poco más al afirmar que ‘‘la mente tiene poder sobre todas las cosas vivas''. Su discípulo Sócrates aceptó y elaboró aún más este argumento, y rogaba a sus seguidores que tuviesen un amor ardiente por la verdad, no porque ella fuese útil para el éxito mundanal, sino porque es un ideal que debe ser buscado por sí mismo. La vida plena en el apogeo de la civilización griega incluyó no sólo los principios éticos de valor, temperancia y justicia, sino también la sabiduría, virtud alcanzada por el libre ejercicio de las facultades racionales del hombre.
3. Sin excepción, toda la tradición filosófica griega se basa en el supuesto de que sin el conocimiento y el libre ejercicio de la razón, no hay felicidad absoluta para el género humano. Al creer por sí mismos en el espíritu de libre curiosidad intelectual, los griegos en gran medida pudieron elaborar con fortuna normas razonables para dirigir la vida y sus fuerzas creadoras. Esta fe en la razón también dio a las artes una lógica íntima propia, pues cuando las manos de un artista son guiadas por un espíritu despierto, su obra puede ir más allá del juego superficial de las impresiones sensoriales y penetrar en niveles más profundos de la experiencia.
4. En retrospectiva, la arquitectura griega resultó ser una de las piedras miliares en la solución racional de problemas de construcción. La unidad integral del templo griego satisfizo la necesidad griega de que una obra de arte fuese completa en sí misma. Sus relaciones cuidadosamente controladas pero flexibles, entre líneas verticales y horizontales, sólidos y vanos, principios estructurales y ornatos decorativos, le dan una consistencia y estabilidad interna inexorable. Las proporciones armónicas del Partenón reflejan la imagen griega de un universo armoniosamente proporcionado, muy semejante a un sistema lógico. En la arquitectura de estilo griego, en las estatuas de Policleto, en los dramas de Esquilo, Sófocles y Eurípides y en los diálogos de Platón, el enfoque racional fue empleado principalmente como un proceso dinámico para sugerir formas de resolver una diversidad de problemas humanos y estéticos