1. La función del director es la de crear un conjunto mas allá de las partes, una
institución no es la suma de las partes, sino ese todo funcional armónico,
comparándolo como un director de orquesta, necesita que los diferentes
instrumentos musicales se integren en un todo, que es la obra musical, el director
tiene la partitura musical en sus manos pero no los instrumentos. Como director no
puede sacrificar ningún actor en retrimento de otros, ya que evidenciaría una falta
una desarmonía en la ejecución.
El liderazgo del director debe estar orientado a la tarea y al apoyo socio –
emocional, ninguna direccionalidad debe prioritar sobre la otra o anularla,
probablemente según la situación institucional y los momentos de las mismas
tendremos que orientarnos más una, que a otra, por ejemplo, ante la muerte de un
familiar cercano de alguno de los actores perteneciente a la institución seria un
desacierto, “aquietar las aguas”, o tratar de armonizar la situación direccionando el
enfoque solo a la tarea, en una suerte de obviar el estado emocional de la
comunidad como si nada pasara. El dar un tiempo a la contención de la situación
seria lo aconsejable.
Lo que implica estar en una actitud empática con relación a los actores
institucionales, actitud que le permitirá un acercamiento o alejamiento de los
mismos, según el grado de madurez afectiva individual y colectiva, y su eficiencia
en el logro de sus tareas, para intervenir direccionando su conducta o quehaceres.
En la vida institucional el directivo no puede estar presente en todas las
actividades, tomas de decisiones, para estar en todo y a la vez en nada debería
por un lado organizar sus espacios de mayor incumbencia, o de mayor urgencia o
como también los prioritarios y delegar en otros actores la realización de
determinadas tareas. Las organizaciones, empresas e instituciones son el
contexto en el cual los directivos se desenvuelven y por el cual las empresas
tienen éxito y logran sus metas a la vez que conforman su misión y visión en
beneficio de la sociedad en que se desarrolla.
El directivo del siglo XXI afronta retos que le exigen estar a la vanguardia ante la
globalización, avances tecnológicos y nuevas ideologías, por lo cual debe contar
con habilidades que le permitan vencer los retos que plantea el entorno en el que
se desenvuelve, ya sea este empresarial, político, económico, tanto en la
administración pública como privada como en su vida profesional y personal.
Las habilidades que el directivo debe dominar en primera instancia son la
comunicación, saber tomar decisiones, tener creatividad para innovar y planear,
ser un líder en cada proyecto o actividad que emprenda, saber orientar y motivar
el personal de la organizaciones de su entorno y trabajar en equipo.
Vivimos en un mundo en el que todo se transforma rápidamente en todos sus
órdenes; esta evolución acelerada se produce igualmente en el ámbito
organizacional, en donde el cambio es continuo y evidente, exigiéndole al nuevo
2. administrador una alta calidad en sus competencias profesionales para la
renovación, competitividad y solución de problemas.
Es indudable entonces, que el progreso de una organización, es posible en gran
medida, gracias a la acción cardinal de las habilidades gerenciales de los
administradores, que permiten la transformación y generación de prosperidad, a
través de su capacidad, creatividad y preparación, adaptando sus competencias a
contextos empresariales particulares.
Conclusión:
Ser directivo no es una tarea fácil sin embargo las personas que ejercen este
puesto deben ser directores de excelencia ya que un director de excelencia es
aquel capaz de movilizar a un grupo de profesores para que estos desarrollen sus
capacidades y habilidades, convirtiéndose en profesores efectivos. Sólo así
conseguiremos alumnos exitosos en sus aprendizajes y de esta forma la
educación será cada vez mejor.