SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
Madre no hay si una
1. MADRE NO HAY SI UNA
LA TUYA, LA MIA Y
LA NUESTRA…
Ramiro Muñoz Orozco
Licenciado en Biología y Química
Institución Educativa Técnica San Rafael Santa Isabel
Tolima
2. PULGARIN…
Pulgarin otro de tantos superhéroes a vencido el tiempo y la distancia, y ha
existido en esta y todas las generaciones vivientes de la faz de la tierra. En el
momento generoso y divino de la creación, estuvo Pulgarin, llenándose de
asombro; de la obra magistral: el paraíso terrenal, que abría sus puertas aquel
hombrecillo Adán y por supuesto a la voluptuosa Eva… como reina imprimió el
sabor del pecado original.
Como todo ser viviente en un momento mágico fue engendrado en algún vientre
materno; que brindo un traslucido mundo, donde florecieron en breves instantes,
seres diminutos que poco a poco se multiplicaron en cientos y miles,
poblando en fracciones de tiempo el naciente planeta; pasaron por su mente
como escenas que se repiten en las caricaturas animadas que hacen reír a los
niños, y sobre todo eventos que una y otra vez son la existencia de la vida
misma. Así Pulgarin como en aquel cuento infantil, recorrió episodios que
marcaron una historia.
Una historia con un origen en aquella partícula ¡diminuta! Que poco a poco
recorrió espacios inhóspitos, mientras los giros del tiempo marcaron su huella.
Huellas de armas de piedra, talladas con el poder de la mano que dejaron
cicatrices en aquellos arboles, que según Pulgarin no protestaron a pesar de
derramar su sabia; huellas de juego encendido en aquella hoguera que ilumino
sus sendero mientras que el bosque arde, alagan su invento; el fuego algo
esplendido, pero igualmente peligroso, desbastando a cenizas las fuentes de vida.
Otras batallas, los hombres enfrentan y yo “Pulgarin” he estado en las guerras,
donde unos con otros se enfrentan, por el poder y siempre vence el fuerte,
puesto que el débil está destinado a ser extinto, como aquella especie que solo
dejo huella en la roca fósil o en un buen recuerdo plasmado por aquel
historiador curioso.
En todos estos capítulos Pulgarin siempre fue protagonista, pues estuvo allí,
mientras desgarraban su alma, en cada episodio, pero otros sucesos lo llenaron
de aliento, dibujados con la magia de la vida que germina; mientras ella, se
3. llena de color y belleza, plasmada con exquisitos sabores de los que cada
habitantes puede deleitar y degustar; pues están allí, servidos como aquel bufet
que invita a disfrutar de la fiesta… es en ese momento; que Pulgarin emerge
para recorrer todos senderos, mientras se maravilla de todos sus hermanos,
chicos y grandes y de todas las especies, esparcen su grandeza cubriendo su manto
de infinita belleza.
Especies que estaban allí, como en aquel pasaje bíblico “el arca de Noé”, no
para emprender el viaje, sino para sentir ese gran evento, la historia de mi
madre, de tu madre y por supuesto de nuestra madre… tierra.
Hoy Pulgarin curtido con los sufrimientos y los años se estremece al ver a su
amada tierra, sin fuerzas, agotada, por todo aquello que sus hijos le arrebatan,
desgarran sin piedad su vestidura, cortan sus entrañas mientras devoran todo su ser…
Hijos que no corresponden a los cuidados y desvelos de una madre. Ingratos y
pobres de espíritu, mientras esto sucede, el superhéroe, el mágico Pulgarin nace
en el corazón de cada humanoide, renaciendo en deseos, ganas y voces para
cambiar el rumbo, el destino de nuestra madre…
Pulgarin ya no esta solo, el artista, el gobernante, el joven, el viejo, sin importar
su raza, su cultura de diferentes puntos del mundo, despertamos en amor a
nuestra tierra.
Pulgarin, estuvo siempre en nuestros corazones y hoy emerge con brillo de
esperanza, de fe, de que las cosas van a mejorar. Pasaron los años y los años,
y allí esta reflejado Pulagarin, en las maravillas y riquezas que nos atrevimos a
cuidar, proteger, siendo así el salvador de la existencia en el planeta.
Es así como Pulgarin es alegría en medio de un mundo más humano, fruto de la
apertura a la conciencia renacemos a nuestra tierra.
FIN.