¿Qué es SALUD?
SIN SALUD MENTAL NO HAY SALUD
La OMS define salud como: Un estado completo de
bienestar físico, mental y social y no solamente la
ausencia de enfermedad o dolencia.
La salud mental es definitivamente una parte integral
de esta definición.
¿Qué es SALUD MENTAL?
“Un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta
de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones
normales de la vida, puede trabajar productiva y
fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su
comunidad”.
En este sentido positivo, la salud mental es la base para el
bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una
comunidad.
¿Por qué llegan las enfermedades mentales?
La salud mental y las enfermedades mentales están
determinadas por muchos factores de interacción social,
psicológica y biológica, de la misma forma en que lo están la
salud y la enfermedad en general. La evidencia más clara de esto
se relaciona con el riesgo de las enfermedades mentales, las
cuales, en el mundo desarrollado y en vías de desarrollo está
asociado con indicadores de pobreza, incluyendo bajos niveles
de educación y, en algunos estudios, con malas condiciones
habitacionales y bajo ingreso.
La mayor vulnerabilidad que tienen las personas en desventaja,
en cada comunidad, a las enfermedades mentales, se puede
explicar mediante factores tales como la experiencia de vivir en
inseguridad y desesperanza, el rápido cambio social y los riesgos
de violencia y problemas de salud física.
La SALUD MENTAL está vinculada
con la CONDUCTA
Los problemas mentales, sociales y de conducta pueden
interactuar en forma tal que intensifican sus efectos sobre la
conducta y el bienestar.
El abuso de sustancias, la violencia y los abusos de
mujeres y niños por una parte, y los problemas de salud
tales como enfermedad cardiaca, depresión y ansiedad por
la otra, tienen mayor prevalencia y son más difíciles de
afrontar cuando existen condiciones de altos niveles de
desempleo, bajo ingreso, educación limitada, condiciones
estresantes de trabajo, discriminación de género, estilo de
vida no saludable y violaciones a los derechos humanos.
RECOMENDACIONES
Compartir las cosas de cada día con una o más personas de
confianza protege de los trastornos mentales.
Los animales de compañía pueden ayudar.
Compartir los problemas con otras personas que han pasado por
circunstancias parecidas a las nuestras. Esto ayuda a encontrar
una solución a nuestro conflicto y a sentirse menos solos.
Dedicar tiempo a la familia y a los amigos, alimentando estas
relaciones constantemente y buscando ese tiempo necesario
para dedicarles.
Procurar hacer nuevas amistades y conservar las ya existentes.
Los amigos ayudan a sentir mayor confianza en uno mismo. La
amistad presupone un intercambio: dar apoyo a los demás y, a la
vez, recibir su soporte.
Relativice las preocupaciones que le crea su trabajo.
Procure “desconectarse” tras la jornada laboral.
En ocasiones, sin embargo, aún intentando cuidar el
equilibrio mental, las personas sienten que su salud se
resiente y se ve afectada por diversas circunstancias: el
trabajo, las dificultades económicas, los conflictos de la
relación con los demás, los problemas de salud (propios o
de los allegados) o por alguna razón no identificada. En
estos casos conviene tomar una decisión que puede ser
crucial para no alargar un sufrimiento, evitable en la
inmensa mayoría de los casos.
Haga ejercicio.
Lleve una dieta balanceada.
Duerma bien.
Enfrente sus miedos.
Resistirse al entorno consumista. Gastar más en los deseos
que en las necesidades puede generar decepción y
ansiedad.
Dedicar parte de nuestra actividad a labores relacionadas
con la solidaridad con los demás.
Disfrutar del tiempo libre cuando se dispone de él,
empleándolo en actividades de ocio que sean satisfactorias.
Lleve una dieta balanceada.
Duerma bien.
Enfrente sus miedos.
Resistirse al entorno consumista. Gastar más en los deseos
que en las necesidades puede generar decepción y
ansiedad.
Dedicar parte de nuestra actividad a labores relacionadas
con la solidaridad con los demás.
Disfrutar del tiempo libre cuando se dispone de él,
empleándolo en actividades de ocio que sean satisfactorias.