CLASE 2 PPT MODELOS DE INTERVENCION DEL TRABAJO SOCIAL.pptx

Modelos y estrategias del
Trabajo Social
Modelos de intervención y problemáticas sociales

Modelos y estrategias del Trabajo Social
Modelos de intervención y problemáticas sociales
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Modelos y estrategias del Trabajo Social / Modelos de intervención y problemáticas sociales

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Escuela de Desarrollo Social
Director de Escuela / Carmen Gloria Beroiza Williamson
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ELABORACIÓN
Experto disciplinar / Vania Guajardo Hurtado
Diseñador instruccional / Camila Palacios Dussuel
VALIDACIÓN PEDAGÓGICA
Jefa de diseño instruccional y multimedia / Alejandra San Juan Reyes
Experto disciplinar / Liria Marileo
DISEÑO DOCUMENTO
Equipo de Diseño Instruccional AIEP

Contenido
Aprendizaje esperado de la semana.....................................................................................
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Ideas Clave.......................................................................................................................
6
1. Teoría en el Trabajo Social .............................................................................................
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2. Modelos de intervención.................................................................................................
8
3. Modelos de intervención a largo plazo.............................................................................
9
3.1 Modelo de intervención humanista existencial........................................................................... 9
3.2 Modelo de intervención sistémico ............................................................................................ 10
3.2.1 Evaluación de los problemas .............................................................................................. 10
3.2.2 Recogida de datos............................................................................................................... 11
3.2.3 Establecer contactos iniciales............................................................................................. 11
3.2.4 La negociación de un contrato............................................................................................ 11
3.2.5 Ejercicio de influencia......................................................................................................... 11
3.2.6 Finalización de la acción de cambio.................................................................................... 11
3.3 Modelo de intervención psicosocial.......................................................................................... 12
3.3.1 Características del modelo.................................................................................................. 12
3.3.2 Etapas del modelo .............................................................................................................. 12
4. Modelos de intervención a corto plazo...........................................................................
13
4.1 Modelo de intervención en crisis............................................................................................... 14
4.2 Modelo de intervención de modificación de la conducta......................................................... 15
4.2.1 Identificación y especificación de la conducta problema................................................... 15
4.2.2 Identificación de las condiciones que controlan los problemas de conducta .................... 16
4.2.3 Evaluación de los recursos terapéuticos............................................................................. 16
4.2.4 Selección y especificación de las metas terapéuticas......................................................... 16
4.2.5 Planificación del tratamiento.............................................................................................. 16
4.3 Modelo de intervención centrado en tareas ............................................................................. 16
4.3.1 Características del modelo.................................................................................................. 16
4.3.2 Etapas del modelo .............................................................................................................. 17
5. Relación entre problema social, teoría ymodelo.............................................................. 18
Conclusiones................................................................................................................... 20
Bibliografía .....................................................................................................................
20
Enlaces y material complementario .................................................................................... 20
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Aprendizaje esperado de la semana
Analizan modelos de intervención social a largo ycorto plazo, considerando fases ymomentos
de aplicación
Ideas Clave
Trabajo Social
Teoría en el
Trabajo Social
Modelos de
intervención
Modelos de
inetrvención a
largo plazo
Modelos de
intervención a
corto plazo
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1. Teoría en el Trabajo Social
El concepto de teoría proviene del griego “theoreo”, que significa “mirar”, “observar”. Con el
tiempo, este concepto comenzó a tener un explicitación practica dada por establecer un
conocimiento que permita reconstruir la realidad, por lo que intenta conocer el mundo y buscar la
verdad. Para ello, la teoría tiene distintas dimensiones:
 Una dimensión práctica, ya que busca a través de un procedimiento una búsqueda
ordenada y sistemática del conocimiento.
 Una dimensión abstracta, mediante la cual se intenta reproducir una realidad que es
observada y de la cual se pretende un conocimiento total.
 Una dimensión sistematizadora, ya que, en función de los antecedentes recolectados y
demostrados, intenta sistematizar dicho conocimiento haciéndolo conocido hacia las
demás personas.
En función de estos tres elementos, se puede señalar que la teoría es un conjunto de conocimientos
ordenados, sistematizados y comprobados acerca de un tema en específico. La función de la teoría
es facilitar la comprensión de un fenómeno, a través del conocimiento de esa realidad a intervenir.
En el caso de las ciencias sociales (donde se ubica el Trabajo Social), el desarrollo de una teoría
tiene distinciones en función del objeto que se estudia, el sujeto. Las ciencias sociales estudian la
conducta del hombre en un contexto social. De ahí muchas veces la dificultad de las teorías en las
ciencias sociales, ya que el hombre en sociedad es cambiante y muchas veces un estudio que se
realiza en un período determinado sufre modificaciones por el cambio constante de la realidad
social. Esa es la diferencia con las teorías de las ciencias naturales. Ahora bien, para el abordaje
de esta realidad, las ciencias sociales en sus teorías dedican especial atención al carácter histórico
en las cuales se desarrollan las teorías, puesto que supone que este elemento es crucial para
entender los comportamientos del hombre en un momento determinado, asociado e influenciado
por el contexto social, político y económico del momento que se estudia.
Esa es precisamente la importancia que tienen para el Trabajo Social las teorías que ocupan las
ciencias sociales. De ahí que, como disciplina, el acercamiento a distintas teorías sociales permita
una comprensión, desde el punto de vista científico, de los problemas que ocupan al hombre y su
relación con la sociedad de la que es parte.
Veamos un ejemplo. En las ciencias sociales se ha desarrollado la llamada Teoría del
Interaccionismo Simbólico, que ha tenido gran impacto para la comprensión de las interacciones
de las personas y como ésta se desenvuelve en el contexto social.
En términos generales, el interaccionismo simbólico indica que las personas se definen de acuerdo
a una identidad que se va determinando a través de la relación que establecemos con los demás.
Nuestra percepción de nosotros mismos, entonces, está fuertemente relacionada con cómo nos
ven los demás y donde el lenguaje, es decir, cómo nos comunicamos, entrega insumos para que
construyamos nuestra realidad. En un contexto de vulnerabilidad social, entonces, las personas
que se encuentran en esa realidad construyen sus significados y formas de ver la vida en función
de cómo se relacionan con ese grupo y con otros. De ahí que, para esta teoría, los procesos de
socialización y relación de las personas con los “otros” ocupan un lugar central y la forma en la
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que actuamos, pensamos o conocemos está en directa relación con las representaciones del
mundo de las personas con las cuales interactuamos.
Ahora bien, desde el punto de vista del Trabajo Social, esta teoría aporta en la importancia que
nuestra intervención debe entregar tanto a los procesos de socialización, como del contexto en el
cual se desenvuelve la persona que es sujeto de nuestra intervención. Desde esta teoría, entonces,
encontramos elementos que nos permiten reconocer la importancia de considerar estos factores
(dónde vive la persona, cuáles son sus interacciones, cuál es su comprensión del mundo, entre
otros), ya que adentrarnos en nuestros procesos diagnósticos a estos elementos nos permiten
favorecer la comprensión del fenómeno a intervenir.
En síntesis, siempre estamos, en nuestros procesos de intervención, recogiendo y valorando
distintas teorías que van nutriendo la comprensión de la realidad que supone un problema a
intervenir.
2. Modelos de intervención
Un modelo de intervención puede ser definido como un método o conjunto de procedimientos
ordenados que permiten intervenir una realidad en función de sus características, ayudando a
direccionarla, concretizarla y ordenarla en función de una serie de fases o etapas que configuran
el modelo.
Desde esta perspectiva, la idea de un “modelo” permite concebir la intervención como un proceso
dirigido a modificar una realidad, saliendo de lo asistencial, para llevar a cabo acciones que
permitan el abordaje de una situación que se presenta como un problema para una persona o
grupo de ellas y que sea abordada desde una lógica de promoción de cambio.
Los modelos en trabajo social parten de teorías, es decir, de un conjunto de conocimientos que se
tiene de una realidad, para, a partir de ello, establecer parámetros para planificar y llevar a cabo
el proceso de intervención.
La importancia de conocer los modelos con los cuales trabaja la profesión es que esto permite
guiar y orientar una práctica profesional que garantice una adaptación al problema a intervenir.
Ahora bien, ¿de qué depende la utilización de un modelo? Primero, de la problemática que se
está abordando. No todas las situaciones requieren un mismo abordaje, por lo que se ha de
considerar este elemento a la hora de seleccionar un modelo que se ha de seguir. Por otra parte,
las características del sujeto de intervención también entregan elementos para definir la opción de
un modelo, dependiendo de los recursos, de la profundidad y del cómo la persona comprende y
se relaciona con el problema. Es también necesario mencionar la institucionalidad en la cual
desempeña su quehacer el Trabajador Social. Existen instituciones en las cuales existe de manera
preestablecida el modelo de intervención a trabajar, en función de definiciones que realizan las
propias instituciones y los tiempos de los cuales se dispone para realizar la intervención.
Por último, es importante señalar que el conocimiento de los modelos de intervención permite una
visualización de la realidad en la cual el Trabajador Social se posiciona, permite establecer una
fuente de recurrencia frente a los problemas y permite también realizar una actividad de
intervención con sentido, rigurosidad y que apunte a la profesionalización de la actividad que
realiza el Trabajo Social.
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3. Modelos de intervención a largo plazo
Considerando la definición realizada sobre los modelos de intervención, revisaremos aquellos que
presentan una mayor extensión en el tiempo, es decir, que requieren para su desarrollo un tiempo
de ejecución prolongado en función de las características que señalan.
1. Modelo de intervención humanista existencial
Este modelo parte de la base del respeto por la diversidad, la cultura, los hábitos, los estilos de
vida, creencias y respeta, por, sobre todo, la cooperación y potencialidades de la persona con la
cual se está generando la intervención. Su objetivo es poder identificar las distintas características
en función del problema, conocer sus vivencias, formas de discriminación de la que puedan ser
parte y, en síntesis, se interesa en conocer todos los elementos que forman parte del problema y
cómo afectan a la persona.
Este modelo humanista existencial propone que el Trabajo Social tenga una intervención en la cual
no se imponga fases o momentos, sino que sea la persona el centro de su interés. En este sentido,
el quehacer profesional está centrado en ser un observador, para que, utilizando técnicas de
empoderamiento y visualización del problema por parte de la propia persona, sea esta la que
encuentre las estrategias para solucionar la situación.
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La labor profesional se centra, entonces, en que la persona pueda reconocer el problema, sus
causas y nivel de afectación, para que, desde esta compresión, pueda generar alternativas de
enfrentamiento. El rol que le compete al trabajador social es de facilitador del proceso. Es un
modelo de largo plazo, puesto que se entiende que los procesos de toma de conciencia del
problema en la persona pueden tardar, ya que muchas veces las personas solo reconocen los
síntomas de una situación que les aqueja. Desde esa perspectiva, el proceso de reconocimiento y
características de la dificultad es necesariamente una oportunidad de crecimiento para la persona,
ya que posibilita su comprensión para la activación de recursos para establecer soluciones a dicha
situación.
2. Modelo de intervención sistémico
El modelo sistémico de intervención en Trabajo Social se basa en la Teoría General de los Sistemas,
desarrollada en la segunda mitad del siglo XX, y pone el énfasis en considerar a la persona y su
familia como un sistema holístico, en el cual se dan transacciones e interrelaciones con el medio
ambiente generan procesos de intercambio.
Veamos un ejemplo. La familia puede ser considerada como un sistema compuesto de sus
integrantes, cada uno de los cuales realiza una serie de actividades en el entorno (asistencia al
colegio, trabajos, compartir con amigos, etc.) que se constituyen en energías que intercambian
con el medio. Así, por ejemplo, un niño asistirá al colegio y, al volver a su casa y compartir con su
familia las actividades realizadas, intercambia energía (información) que tiene un impacto en toda
la familia.
A través de la intervención desde este modelo, el trabajador social evalúa de manera permanente
las situaciones, estableciendo fases que se detallan a continuación:
1. Evaluación de los problemas
Se trata de identificar y caracterizar los factores que se asocian con el problema a abordar. En esta
etapa, se realizan varias actividades y técnicas, según se indican a continuación:
 Identificación y fijación del problema: visualizar las circunstancias sociales y la
representación que para esa persona tiene el problema, identificando como una situación
que se da en los procesos de interacción.
 Análisis de los sistemas que han colaborado en la formación del problema: análisis
familiar, de las relaciones de la persona con el entorno, etc.
 Determinación de objetivos: en conjunto con la persona, se establecen metas que han de
ser trabajados durante el proceso de intervención
 Determinación de tareas y estrategias: el trabajador social establece qué, cuándo, en qué
orden y el tiempo de cada una de las estrategias y tareas propuestas.
 Estabilización de los esfuerzos por el cambio: para visualizar el problema, hay que estimar
con anticipación qué otras dificultades pueden surgir del abordaje del problema principal,
es decir, en función de los esfuerzos que realizará la persona, analizar si existen posibilidad
de que se den otras dificultades a considerar previamente
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2. Recogida de datos
Consiste en levantar información acerca de las personas implicadas para generar los procesos de
cambio. Es decir, consiste en conocer los diferentes actores que participarán en el proceso de
intervención, información que se recoge por medio de:
 Entrevistas
 Observación
 Visitas domiciliarias
 Revisión de información
3. Establecer contactos iniciales
Se trata del primer contacto que se establece con el sujeto de intervención. Interesa conocer cuáles
son sus resistencias al cambio y todas las personas (o sistemas) involucrados en la situación
problema. Se trata entonces de evaluar motivaciones frente al cambio, dificultades que presente,
nivel de motivación, etc. De esta manera, al considerar al sujeto como un sistema, el trabajador
social evalúa de qué manera ese sistema presenta permeabilidad para nuevos movimientos
tendientes al cambio esperado de la situación problema.
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4. La negociación de un contrato
El trabajador social en esta etapa debe establecer y fijar las características de la intervención, es
decir, promover un encuadre. La intervención desde este modelo supone una “expectativa” de la
persona que es necesario conocer y modelar en cuanto al cumplimiento de estas expectativas. Por
ello, es importante establecer las “reglas” que supondrán este proceso de intervención.
Se trata entonces de establecer acuerdos, que pueden ser formales (a través de un documento) o
informales. En cualquier caso, el objetivo es que ambas partes (trabajador social y sujeto) conozcan
las características, roles, funcionamiento y requerimientos para el trabajo en conjunto.
5. Ejercicio de influencia
Los procesos de intervención tienen como característica que el profesional ejerce un nivel de
influencia sobre la persona. Este ejercicio de influencia supone siempre una doble vía. Por un lado,
la influencia que el profesional puede ejercer en la persona, y por otro, el espacio de influencia
que la persona entregará al profesional. De esta manera, es necesario, a la luz de este modelo,
generar un proceso de equilibrio entre ambos factores, de manera que la zona de influencia del
profesional sea conocida y aceptada por la persona.
6. Finalización de la acción de cambio
El proceso de finalización de la intervención requiere que el Trabajador Social planifique este
momento. Requiere, por tanto, una habilidad profesional que permita acabar con la relación
establecida con el sujeto de manera pausada, de tal manera que no implique un proceso de
tensión en la persona. Por ello, en la fase del encuadre, es importante que la fecha de término de
la intervención sea conocida por la persona y que el proceso de distanciamiento de la relación

establecida genere también en ella una percepción de cambio o modificación de la situación que
genero la relación con el profesional.
3. Modelo de intervención psicosocial
Es el método más tradicional utilizado por el Trabajo Social. Implica el abordaje de un problema
que tiene un síntoma psicológico arraigado en un medio social específico, o bien, como un
problema social y un consiguiente estado psicológico adverso en los individuos.
Los factores psicosociales que atiende este modelo son aquellos que todos los seres humanos viven
en el transcurso de su vida y que se manifiestan cuando estos factores generan angustia,
insatisfacción y tensión, donde la persona siente que tiene dificultad para resolverla.
1. Características del modelo
 Involucra a dos o más personas, que establecen una relación íntima y altamente
confidencial.
 Esta relación tiene como objetivo generar un cambio de una situación problema.
 El trabajador social busca, como elemento central de la intervención, promover la
capacidad reflexiva, de racionalización y de entendimiento de la persona.
1. Etapas del modelo
Contacto con el problema
Se produce en la primera entrevista, donde es importante la relación que pueda promover el
trabajador social con la persona. Se requiere de un contacto que apele a la confianza y empatía
hacia la situación que se presenta. No necesariamente se puede hablar de relación, ya que este
elemento va surgiendo en la medida que se avanza con el proceso, pero sí es necesario el
establecimiento de este contacto, una vinculación primaria que acerque a ambas partes. Esta etapa
de contacto está marcada por una gran cantidad de información que se obtendrá, de la cual el
trabajador social deberá discernir aquella que es más importante que otra, de tal manera de ir
sentando las bases para la construcción del problema, el cual en una primera instancia será
presentado como de una enorme importancia, puesto que su verbalización por parte de la persona
va acompañada de un componente emocional importante. De allí la necesidad de la contención
por parte del profesional.
Delimitación y focalización del problema
Esta etapa ocurre luego de que el trabajador social ha logrado generar un diagnóstico preliminar
de la situación a intervenir. Se obliga entonces, al generar un proceso de reflexión acerca de la
información recolectada, a distinguir información de juicios, de forma de facilitar una comprensión
real del fenómeno. Cabe señalar que el síntoma manifestado por la persona, es decir, su queja
inicial, aquello que la persona indica como su problema, no necesariamente es el hecho por el
cual se trabajará. Muchas de las situaciones verbalizadas por las personas no necesariamente
implican el problema de raíz. Por ejemplo, puede ser que una madre acuda a atención con el o
la profesional debido a que considera que su hijo llega muy tarde a la casa. Ella se preocupa y
evidencia esto como un problema. El trabajador social, al avanzar en su diagnóstico, se da cuenta
que la situación parte por dificultades a nivel comunicacional entre madre e hijo y es ese el
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problema que se trabajará. De esta manera, no siempre se trabaja sobre la verbalización, sino
que se intenta descubrir el problema central que gatilla otros que se visualizan como molestos.
Determinación de estrategias de solución
En esta etapa, se establece una planificación de las acciones necesarias para abordar la
problemática presentada y analizada. Implica determinar qué hacer y cómo hacerlo. El trabajador
social apuntará a un cambio, entendiendo esto como transformar una situación, modificarla para
apuntar a un mayor bienestar de la persona. En tal sentido, este cambio apela a un conjunto de
acciones que implican de manera activa a la persona. De allí la importancia de movilizar los
recursos que le permitan trabajar en la apertura a este cambio.
Siendo este proceso la determinación del quehacer, le corresponde al trabajador social plantear
objetivos y una hoja de ruta que determine actividades y plazos, de manera de ser eficiente en la
consecución de los objetivos. Estos elementos se plasman en un plan de intervención, que
constituye el planteamiento de este quehacer profesional.
Ejecución de la intervención
Esta ejecución consiste en poner en práctica lo declarado en el plan de intervención. La
comunicación tiene una importancia activa en esta etapa, donde se realizan preguntas,
comentarios, informaciones y consejos que posibiliten el cambio deseado frente a la situación
problema.
En esta etapa, es muy importante hacer una revisión permanente del proceso y tomar nuevas
decisiones si se requieren. Debemos recordar que el plan de intervención no es un elemento
estático e inflexible, sino que, por el contrario, permite la reevaluación permanente que mantenga
la motivación tanto del profesional como de la persona y se mantenga un aseguramiento de que
las acciones realizadas apuntan al objetivo(s) previsto(s).
Evaluación y Cierre
En esta etapa, se evalúa la intervención para tener claro cuál es el nivel de cambio que se produjo
en la situación, si los resultados se alcanzaron y si el problema pudo ser abordado.
Ahora bien, esta etapa también considera un cierre del proceso, que requiere que la persona
comprenda que la intervención ha finalizado, donde pueden concurrir sentimientos de resistencia
en la persona, que visualiza al profesional como un agente importante en su proceso. Aquí, es
necesario que la persona entienda que fue ella quien produjo las situaciones de cambio y que el
profesional es sólo un facilitador de procesos, reduciendo las posibilidades de dependencia con el
profesional.
4. Modelos de intervención a corto plazo
Dentro de los modelos de intervención en Trabajo Social, existen algunos que se consideran de
corta duración, ya que presentan un tiempo de intervención breve y focalizado hacia la resolución
de un problema en particular. Revisaremos a continuación aquellos que presentan dicha
denominación.
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1. Modelo de intervención en crisis
El modelo de intervención en crisis fue desarrollado desde el ámbito de la psiquiatría y adaptado
a los requerimientos del Trabajo Social en función de que, como profesionales, también trabajan
o acuden personas que presentan una situación de crisis.
Parte desde la premisa de que todas las personas a lo largo de su vida enfrentan situaciones de
crisis o participan de dichos acontecimientos, a partir de su relación con otras personas. Algunas
de ellas tienen herramientas para poder enfrentar y solucionar estas situaciones de crisis, mientras
que otras personas requieren apoyo para salir de estas situaciones.
El modelo propone apoyar a la persona en la vivencia de su situación y, a partir de ello, generar
y movilizar sus propios recursos para superar la situación de crisis y restaurar el equilibrio
emocional. Para ello, presenta los siguientes enunciados:
 Las crisis son situaciones y vivencias normales en la vida de las personas, quienes presentan
tensión para lograr el equilibrio frente a la situación vivida.
 El gatillante de la crisis puede estar constituido por factores externos o internos, es decir,
la crisis puede estar gatillada por alguna situación en particular o bien por la sumatoria de
situaciones que la persona no ha podido resolver.
 La gravedad de la crisis propiamente tal tiene relación con la vivencia de la persona y no
necesariamente con una gravedad del estresor que la genera.
 Las crisis presentan una duración limitada en el tiempo, cuatro a seis semanas, luego de
la cual, se puede resolver con ayuda o bien, con mecanismos de adaptación de la persona
a esa crisis.
Para llevar a cabo la intervención, se distinguen las siguientes características:
 La intervención en crisis debe ser inmediata. A menos que la ayuda sea efectuada
rápidamente, las personas bajo estrés pueden iniciar respuestas ante dicha situación que
sean equivocadas, aislándose, tomando sustancias para inhibirse, haciendo daño a otras
personas, etc. Por ello, es importante el rápido acceso del profesional, de forma que no se
pierda la parte de oportunidad que contiene todo proceso de crisis, de crecimiento y
aprendizaje.
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 La intervención en crisis debe ser breve. La intervención en crisis implica una rápida
evaluación y una limitación del tiempo de la provisión de servicios. Intervenciones breves
movilizan, refuerzan y focalizan los puntos fuertes de la persona con el fin de reducir la
probabilidad de que aparezcan estados depresivos, de inquietud y/o desamparo frente a
estrés.
 La intervención en crisis es una intervención especialmente centrada y estructurada. Una
vez establecida la relación de ayuda yel contacto, se comienza con la necesidad de obtener
una exposición clara y organizada de los acontecimientos o del hecho que ha precipitado
la aparición de la crisis, una discusión relacionada con las reacciones e interpretaciones
de la persona, la planificación de la acción para resolver las necesidades más urgentes y
pensar sobre los próximos pasos a dar en los días siguientes.
 La intervención en crisis requiere del establecimiento de contactos más frecuentes y de
diversa duración. Los encuentros son programados con intervalos de tiempo más cortos,
con el fin de ayudar a tranquilizar y organizar el pensamiento (desequilibrado y
desorganizado por la crisis), aligerar la presión que ciertos sentimientos ejercen sobre el
individuo y que pueden provocar ciertos comportamientos impulsivos. Las sesiones iniciales
pueden ser tan largas como el tiempo que necesite la persona para contar la historia y
poder conseguir algo de alivio, de ayuda, mientras que las últimas sesiones pueden ser
más cortas, a modo de pequeñas evaluaciones sobre como transcurren las actividades y
como se encuentra la situación.
 La intervención en crisis requiere de un mayor trabajo de asesoramiento y de intervención
que otros problemas. Los profesionales, dependiendo del modelo de intervención que
adopten, informan, aconsejan, guían, estructuran, facilitan, median. En el caso de la
intervención en crisis, los profesionales hacen eso en mayor medida de lo que lo hacen
normalmente. Incluso, pueden acompañar a las personas con el fin de apoyarles en el
caso de que no tengan capacidad para actuar por sí mismos.
2. Modelo de intervención de modificación de la conducta
El modelo de intervención de modificación de la conducta se apoya en la teoría del Conductismo,
que se desarrolla a comienzos del siglo XX. Este modelo se basa en modificar las dificultades en la
conducta de una persona, utilizando dos estrategias:
 Modificar las respuestas de la persona en función de los factores que existen en su ambiente
 Modificar los factores del ambiente en el cual se desarrolla la persona
El modelo parte desde la base de que los problemas que presentan las personas se deben a su
relación con el ambiente. Desde esta perspectiva, no es de su interés central conocer la historia de
vida de la persona, sino más bien las circunstancias actuales en las cuales se manifiesta en
problema. Entrega especial atención a las características del ambiente, dónde vive, cuáles son sus
relaciones con la familia, cuáles son los factores de riesgo, factores protectores, etc. De esto, se
desprende que el abordaje y solución del problema parte por una modificación de la conducta de
la persona en el contexto en el cual se desenvuelve.
Las etapas que considera este modelo son:
4.2.1 Identificación y especificación de la conducta problema
En esta etapa, se trata de reunir la información en torno a los aspectos de la conducta de la
persona, es decir, las respuestas que presenta la persona hacia el problema en particular.
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2. Identificación de las condiciones que controlan los problemas de conducta
Acá interesa señalar cuales son las causas de la conducta que presenta la persona ante el
problema en particular, es decir, qué elementos hacen que la persona reaccione frente al problema
de la manera en que lo hace.
3. Evaluación de los recursos terapéuticos
En esta etapa, se evalúan las potencialidades y limitaciones para el proceso por parte de la
persona. Un aspecto interesante del modelo es descubrir qué evento constituye para la persona un
refuerzo o recompensa presenta el ambiente que pudiera ser reemplazado por otro para la
activación de mecanismos de solución de la problemática.
También durante esta etapa se evalúa la capacidad de autocontrol de la persona, clave desde este
modelo, ya que permitirá establecer los insumos con los cuales se cuenta para trabajar la
modificación de la conducta.
4. Selección y especificación de las metas terapéuticas
Durante esta etapa, se especifican las metas que se desea lograr en el proceso, considerando los
deseos y valores de la persona. Considerando lo anterior, en esta fase se focaliza aquella conducta
que es necesaria modificar para producir un cambio en la situación problema.
5. Planificación del tratamiento
Acá se toman decisiones en relación al tratamiento que se llevará a cabo, los procedimientos y
medidas que se llevaran a cabo en la intervención, teniendo en cuenta los siguientes factores:
 Deseos de la persona, el trabajador social y otras personas que estén implicadas en el
proceso
 Las posibilidades de que la persona pueda modificar su conducta o bien, modificar el
ambiente en el que se desarrolla
 Considerar el tipo de conducta que será modificada
Esta etapa finaliza con la determinación (en conjunto con la persona) de cuáles son los cambios
que se consideraran favorables en relación al problema abordado.
3. Modelo de intervención centrado en tareas
Este modelo de intervención es de corto plazo y ayuda a la resolución de dificultades que
experimentan las personas en interacción con sus situaciones sociales. El modelo pretende
proporcionar a las personas una experiencia de resolución de problemas, de manera de que
mejoren su capacidad de afrontar las dificultades.
1. Características del modelo
 Se selecciona un problema del conjunto de problemas que tiene una persona
 Se utilizan tareas para abordar el problema seleccionado
 Se realiza una continua revisión de la pertinencia y cumplimiento de esas tareas
 Se marca temporalmente la intervención
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4.3.2 Etapas del modelo
Localización del problema: en esta etapa, se exploran los problemas de todas las áreas en la que
la persona requiere de ayuda. En esta etapa no se profundiza en estas dificultades, sino más bien
se observa el conjunto de situaciones que la persona relata y connota como problemas.
Luego de esto, se identifican los problemas más importantes para, desde allí, explorarlos con mayor
detención y discutirlos con la persona en cuanto a su importancia. Aquella dificultad que se ha de
intervenir resulta de un acuerdo o consenso con la persona, ya que se requiere que esta se sienta
comprometida con el proceso y manifieste su conformidad con la jerarquización realizada. Es
importante destacar que el trabajo se centra en el problema que designa la persona y no tanto en
la dificultad que el trabajador social considera que es el problema central.
Posteriormente se definen objetivos que son determinantes para este modelo y apuntan al “qué
necesita” la persona. Por esto, los objetivos son construidos con la persona, debiendo ser
realizables, observables y evaluables.
Limitación temporal: el modelo de intervención centrado en tareas utiliza una limitación temporal,
que la fija entre seis y doce sesiones y, en cualquier caso, no podrá exceder los tres meses. Esta
limitación temporal del modelo busca movilizar y concentrar los esfuerzos tanto del profesional
como de la persona en torno a objetivos concretos, evitando de esta manera un tratamiento a
largo plazo que pueda desgastar a las personas.
Esta fijación temporal es el resultado de una decisión entre el profesional y la persona, quien
establecen días y plazos de cada una de las acciones consensuadas.
Las tareas: las tareas se llevan a cabo después de haber acordado los problemas, los objetivos y
los límites temporales. Estas tareas son desarrolladas por la persona y el trabajador social, de
manera que se transforman en un trabajo conjunto y consensuado de cuál es el mejor camino
para seguir.
Estas tareas deben ser diseñadas para permitir el aprendizaje de nuevas habilidades por parte de
las personas y para evitar la dependencia con el profesional. Se establece, entonces, una serie de
tareas a desarrollar que, en su conjunto apuntan al problema que se pretende resolver.
La secuencia de la realización de las tareas supone estos elementos:
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 Primero se lleva a cabo el “aumento de responsabilidades” en donde el profesional
demanda a la persona que revise los potenciales beneficios de llevar a cabo determinada
tarea, reforzando los beneficios de su utilización
 Luego se pasa al “desarrollo de tareas planificadas” donde se realiza el trabajo
propiamente tal
 Posteriormente se realiza un “análisis de los obstáculos” en el que se visibilizan las
dificultades halladas y se perfilan formas de superarlas
 Eventualmente, el profesional puede utilizar la técnica del “modelamiento”, en el cual se
realizan ensayos con la persona de las tareas que debe realizar.
Contrato: el contrato es un elemento fundamental en este modelo y consiste en un acuerdo
entre el trabajador social y la persona. Se trata del establecimiento de compromisos y
actividades que cada una de las partes se compromete a realizar.
Entre los contenidos que debe considerar un contrato, se encuentran los siguientes:
 Indicación de los principales problemas, priorizados
 Objetivos específicos por alcanzar
 Tareas de la persona
 Tareas del trabajador social
 Programación de las entrevistas o sesiones
 Duración de la intervención
 Localización, es decir, dónde se desarrollarán las sesiones de trabajo
Este contrato debe tener el consentimiento mutuo, capacidad para llevarlo a cano y el objetivo
propuesto debe ser preciso y limitado.
Finalización: esta etapa supone el término de las tareas y contrato establecidos entre el trabajador
social y la persona. Se realiza mediante una sesión de trabajo, de manera de formalizar esta etapa,
donde nuevamente se revisa el problema y se destacan los avances y/o resoluciones que se
produjeron en el tiempo.
Es importante también que esta sesión incorpore los planes futuros de la persona, haciendo énfasis
en los recursos que desarrollo en este proceso y que sirven de base para enfrentar nuevas
dificultades.
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5. Relación entre problema social, teoría y modelo
Las teorías y los modelos son las explicitaciones conceptuales por las cuales el ser humano articula
el conocimiento que obtiene de la experiencia. Por lo tanto, son esenciales para describir,
caracterizar, analizar y pensar una realidad determinada, intentado también predecir fenómenos y
situaciones que se dan en un contexto social.

El Trabajo Social es una disciplina directamente relacionada con los problemas sociales, siendo
parte del objeto de su intervención. Sin embargo, para llevar a cabo su quehacer profesional,
necesita nutrirse de las complejidades que traen consigo estas problemáticas. De ahí la necesaria
relación con las teorías que en las ciencias sociales intentan explicar una situación desde el punto
de vista social.
No es posible concebir una intervención si no es a través de la profundización de aquello que se
está interviniendo. De ahí que la practica considere siempre aquello “ya estudiado” del fenómeno,
en relación con las teorías. Considerando la dinamicidad de las problemáticas sociales y sus
inherentes complejidades para la intervención, la teoría tiene un sentido dialéctico, es decir, si bien
puede explicar un fenómeno que se está interviniendo, tiene a su vez la capacidad de nutrirse e
incorporar nuevos conocimientos que surjan de su aplicación práctica. Es así como la teoría, como
constructo de conocimiento, siempre es permeable a nuevas informaciones, nuevos hallazgos que
la complementen para servir en nuevas prácticas sociales.
Por otra parte, los modelos incorporan en su diseño teorías. Un modelo es una estrategia o
herramienta para el Trabajo Social para generar una intervención ordenada y requiere verse
fortalecido por medio de la incorporación de información que apoye la teoría.
Ciertamente, teoría y modelos de intervención están intrínsecamente conectados, en función de:
 Ambos confluyen hacia un mejor y más profunda comprensión de una realidad social
 Se funden en la necesidad de generar prácticas que apunten a un mayor impacto para los
sujetos que la vivencian
 Los tres conceptos tienen a su haber la posibilidad de siempre mejorar, actualizar y
favorecer de mejor manera su utilidad, por cuanto la práctica o quehacer profesional
encuentra siempre nuevos conocimientos y herramientas que robustecen tanto la teoría y
los modelos
19

Conclusiones
El material que se presenta nos ha permitido profundizar en aquellos elementos que forman parte
de la práctica del Trabajo Social. Comprender el quehacer profesional en el marco de una acción
ordenada, sistematizada y rigurosa permite situarla como una acción pensada y razonada. Es por
ello por lo que la comprensión de la relación entre teoría, problemas sociales y modelos de
intervención hace que nuestra profesión avance en lo asistencial y lo ubique como una disciplina
que profundiza en su quehacer, entrega nuevos elementos y permite diferenciarla de otras acciones
profesionales.
Por otra parte, la revisión de los modelos de intervención permite también reconocer la
multiplicidad de problemáticas a las cuales atendemos, las características de las personas y su
relación con los problemas. En este sentido, es importante reconocer las características de cada
uno de estos modelos, sus momentos de utilización y la justificación técnica para su desarrollo.
Solo en la medida que exista una profundización del problema a intervenir podemos visualizar la
importancia y la pertinencia de cada uno de los modelos vistos en este material.
Bibliografía
 ANDER EGG, Ezequiel. Metodología del Trabajo Social. España: Instituto de Ciencias
Sociales Aplicadas, 1982.
 CASTRO M. Metodología de Intervención en Trabajo Social”. Universidad Autónoma de
Yucatán, 2017
 MENDEZ, M. Trabajo Social de Caso. Universidad de Concepción. 2006
 ROZAS, Margarita. Una intervención teórico-metodológica de la intervención en Trabajo
Social. Argentina: Espacio, 1998.
 SARMIENTO, Julio “Teoría Social y Trabajo Social”. Universidad Nacional de la Plata.
2005
 VISCARRET, J. Modelos y Métodos de intervención en Trabajo Social. Editorial Alianza,
2007
Enlaces y material complementario
MÓDULO: Modelos y estrategias del
Trabajo Social
Unidad: Modelos de intervención y problemáticas
sociales
Recurso Descripción
Video
En este video encontraras más detalles sobre las Estrategias de Intervención:
https://www.youtube.com/watch?v=FqlbytqH5nc
20

Presentación
Para profundizar en la lectura, te sugerimos este artículo de María Donoso Díaz,
donde encontrarás más detalles acerca de los Modelos de Intervención para el
Trabajo Social Familiar:
http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/congresos/reg/slets/slets-016-059.pdf
21

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