3. Mediaciones para una catequesis pedagógicamente personalizada

4. OBJETIVO Que el catequista reconozca las principales mediaciones pedagógicas que le ayudarán a mantener la atención, el ánimo y la personalización en sus encuentros catequísticos.

6. Método activo El punto de partida de éste es el descubrimiento de que los alumnos sólo aprenden y asimilan bien aquello en lo que están ocupados activamente: lo que moldean, sienten y palpan con sus manos, lo que patean, caminan y pisan con sus pies.

7. Si la catequesis es “activa”, tenemos que saber también qué clase de actividad requiere para conseguir su fin. Aunque haya muchos cantos, bailes, juegos, dinámicas, también ha de haber una capacidad para reflexionar y volver a la calma y quietud cuando corresponde.

8. De por sí las actividades catequísticas son de por sí actividades con gran porcentaje de interioridad. Por eso deben proponerse trabajos que requieran silencio y recogimiento.

9. Además, hay que cuidar que las actividades no sean demasiado difíciles; de otro modo, los catequizandos se ven obligados a prestar más atención al trabajo material que hay que hacer que a la tarea propiamente religiosa. Aquí, una observación válida es que en el caso del dibujo libre se puede pedir alrededor de los 11 años. En ésta actividad los niños realizan una actividad de contemplación, de acción de gracias, de alabanza, etc.

10. El silencio El ruido, es decir, el sonido desordenado, divide la atención e impide la concentración. El silencio brinda la oportunidad de fijar la atención en un solo asunto y así aplicar mejor la mente al problema propuesto.

11. Pero, hay una razón más importante para que tengamos silencio en la catequesis: Según la Sagrada Escritura, Dios se revela en el silencio de la noche, hablamos a Dios en el silencio del amor profundo. Por eso, en nuestros encuentros catequísticos han de conducir a un espacio de tiempo silencioso donde podamos encontrarnos con Dios.

12. Por eso, iniciamos en el silencio de una manera positiva y activa, porque es invitar a un diálogo con Dios en la libertad. El silencio es una actitud y un espacio dispuesto a recibir a Dios. Es auto-vaciarse de sí, para que Él entre.

13. Y es más necesario aún para nosotros, ya que el silencio exterior y el silencio del corazón no son precisamente las características de nuestra civilización y tienen que ser reforzados continuamente.

14. La motivación El descubrimiento del concepto de “interés” por parte de la pedagogía moderna ha sido un gran avance. Pues, partir de lo que les interesa a nuestros catequizandos es una garantía de que prestarán atención y de que aprenderán lo que se les propone.

15. Ese interés ha de suscitar más interrogantes en el ánimo de los oyentes. En nuestro caso, más interrogantes sobre Dios y nuestra relación con él. El conocimiento y desarrollo de esos temas de interés de los catequizandos van a permitir una verdadera motivación. Esto permite establecer un orden lógico de temas que tenga en cuenta esas interrogantes y las inquietudes propias de los destinatarios.

16. A este tipo de catequesis que se enfoca en la motivación y partir del interés se le ha llamado: catequesis situacional. Su metodología es: Se parte de una situación en la cual el catequizando se siente “involucrado”. Se ilumina con la luz de la Palabra. Y se propone su transformación según el espíritu cristiano.

17. El uso de éste método exige un prolongado ejercicio (práctica) y un sentido de fe muy agudo. Su ventaja es que suscita una catequesis que nos ayuda a construir una comunidad creyente que sabe interpretar los signos de los tiempos.

18. Tips extras: Para mantener la motivación inicial: Presentación y aceptación de objetivos. En los jóvenes el objetivo tiende más al hacer que al conocer. Los objetivos o el tema ha de ser funcional. Relación de objetivos con situaciones de la vida diaria.

19. Comprensión del significado de los contenidos que integran el tema a estudiar. Relación con otros aprendizajes previos. Estructura y relación de temas.

20. Para que la motivación sea permanente: Determinación de objetivos menores. Objetivos para tareas parciales. Conocimiento de los resultados. Presentación de logros y des-aciertos, la forma de reforzar lo ya aprendido y de fortalecer lo que aún falta por asumir. La madurez del alumno irá permitiendo el propio autoconocimiento de los resultados, y juzgará sobre los mismos.

21. La experiencia Tan fuerte es la relación entre la catequesis y la experiencia que podemos decir que la catequesis es experiencial. La catequesis tiene que basarse en una experiencia vital que se desarrolla de una manera irrepetible en cada individuo y en cada comunidad concreta.

22. NOTA: Las actividades y las experiencias suscitan el aprendizaje, pero la más importante es la experiencia porque ella es la que realmente suscita el aprendizaje.

23. La vida consiste en una sucesión de situaciones y relaciones propias de una situación que constituye una experiencia. La experiencia hace surgir continuamente nuevas situaciones y nos renueva, sea por los “los golpes de la vida”, sea por el enriquecimiento que nos brinda el mismo andar… A nivel de fe, hay varias situaciones de las cuales no tenemos experiencia, sólo nos queda confiar en Dios.

24. Por otro lado, hay que tener por seguro que cada cosa que experimentamos u aprendemos con los catequizandos se aprenden realmente cuando nuestra vida cambia y la fe se confirma y se hace realidad en nuestra vida.

25. En éste sentido, la catequesis experiencial es válida para el itinerario catequístico permanente. Desde el Sínodo sobre la catequesis, 1975, se ha venido insistiendo en que la catequesis ha de ser un itinerario permanente. Es decir, la catequesis no se ha de reducir a la recepción de un sacramento, sino que ha de abarcar toda la vida del cristiano.

26. El cristiano construye su existencia a través de experiencias que lo van enriqueciendo y que se van haciendo tramas decisivas de su vida. La catequesis ilumina constantemente estas tramas o eslabones para hacer con su andar el camino cristiano. De forma que los acontecimientos y los encuentros lo desafían una y otra vez a dar razón de su esperanza.

27. En fin, la catequesis tiene la necesidad de partir de las experiencias de vida con las que se encuentran los catequizandos y hacerlos capaces de iluminar y transformar los acontecimientos y las experiencias con las que se encuentran.

28. personalización El personalismo es una corriente pedagógica que trata de unir todos los aspectos del ser humano y de la pedagogía en su centro vital que es la persona humana. La pedagogía general, y también la catequesis, se dirigen en última instancia a la persona humana, se dedican a formar la persona y a presentarle las grandes opciones por medio de las cuales puede alcanzar su fin. El educador – en nuestro caso el catequista – ha de ayudar a la persona a buscar su propio fin.

29. Por ello, para una catequesis centrada en la persona hace falta presentar la Palabra de Dios como una llamada a la persona e entrar en comunión e intimidad con Él.

30. Hace falta presentar a los sacramentos como otros tantos encuentros con Cristo.

31. Se necesita presentar los mandamientos como llamados de Dios a vivir en su amor y en el amor al prójimo.

32. Y la oración como diálogo amistoso entre la persona humana y su Dios.