1. Informe elaborado por la Fundación
educación y Sociedad, 2013
EL PRESTIGIO DE LA
PROFESIÓN DOCENTE
2. El prestigio se define como la reputación o estima
popular derivada de ciertas características y logros
personales.
El estatus se define como la posición e importancia
relativa que una persona ocupa en la sociedad y
dentro de un grupo social y puede predicarse de los
individuos o de los grupos sociales.
El prestigio de los individuos depende de las posiciones
sociales que ocupen, de su desempeño de las
funciones que les correspondan y de sus
características personales.
El prestigio de una posición social representa el
consenso de una sociedad sobre la utilidad o bondad
relativa de la misma.
3. El 81,2 % está bastante de acuerdo con que un mayor
prestigio de la profesión atraería mejores candidatos.
Un 78,3 % está bastante de acuerdo en que un mayor
prestigio mejoraría los resultados del sistema
educativo.
Un 72,2 % cree que un mayor prestigio de los
profesores incrementaría su autoridad.
4. El 93,5% considera que la responsabilidad que
asumen los docentes es el factor más relevante de
atribución de prestigio.
El 92,2% menciona su competencia profesional.
El 88,8% se refiere a la contribución que hacen los
profesionales a la sociedad.
El 63,3% considera que los ingresos de una profesión
afectan a su prestigio y el 71,4% lo atribuyen a su
creatividad.
5. Un 44,2% se refiere a los padres de alumnos como
responsables de la imagen y valoración social del
profesorado.
Un 42,9% creen que son los políticos quienes influyen en
el prestigio del profesorado.
El 31% menciona a profesores y maestros y el 21,4% a
los alumnos.
Ello pone de manifiesto que se otorga más relevancia al
papel de los agentes externos que a los internos.
Un 14,3% menciona a los medios de comunicación.
6. Se pregunta sobre el prestigio que el encuestado cree que tiene
la profesión docente de una lista dada.
El prestigio medio estimado para los profesores de primaria es
del 68,2%. Para los de secundaria, de 68,4%. El bombero y
médico especialista (81,4%), médico de familia (79,7%), piloto
de aviación (77,5%), arquitecto (77,2%), químico (76,5%),
físico e ingeniero superior (76,4%) y profesor de universidad
(73,6%).
El prestigio de los docentes es semejante al de muchas
profesiones liberales: juez (72%), enfermera/o (70,7%),
profesor de FP (70,6%), farmacéutico (70,4%), notario
(70,1%), economista (78,9%), psicólogo (67,9%), abogado
(67,2%).
El prestigio de profesores es estadísticamente superior al de una
lista de 59 profesiones que comienzan por la de conductor de
autobuses (60,5%) y concluye con repartidor de publicidad
(32,5%)
7. Una mayoría (61,2%) atribuye el mismo prestigio a profesores y
profesoras. Sólo un 24,6% dice que tienen más prestigio los
profesores que las profesoras, y un 13,3% dijo que es mayor el de
las profesoras.
En cuanto al prestigio de los docentes de la enseñanza pública y
de la privada concertada, un 44,4% cree que tienen más
consideración social los profesores de la pública, un 31,1% los de
la privada y un 23,9% ven igual prestigio en ambos.
En una escala del 1 al 5, los encuestados atribuyen a los
profesores de Secundaria un prestigio de 3,7 , mientras que los
propios profesores se atribuyen un prestigio social de 2,3, aunque
querrían tenerlo de 4,5.
8. La evidencia empírica muestra que el prestigio social del
profesorado es prácticamente el mismo que en los últimos 20
años.
El 53,8% de los encuestados cree que el prestigio del profesorado
ha bajado y el 11,9% cree que, sin empeorar, se mantiene bajo.
Las segmentaciones de estos juicios por el tipo de encuestados
sugieren puede tener su fundamento en los tópicos de los medios
de comunicación y los políticos. Entre los que creen que las
noticias sobre profesores y educación son malas, un 72,6%
considera que el prestigio del profesorado ha caído o se mantiene
bajo. Entre los que las creen buenas, solamente creen que el
prestigio ha bajado, un 27,6%.
9. El 89,3% vincula el declive a la pérdida de autoridad del
profesorado. El 85,1% a los vaivenes legislativos y sólo un 42,1%
lo relaciona con el nivel salarial.
Conviene destacar que los factores a los que se achaca la caída
del prestigio profesional de los profesores, no dependen tanto de
la labor y características del profesorado como de la sociedad o la
clase política o de los grupos o instituciones que configuran la vida
moral de nuestra sociedad.
El cambio tendría que venir de la clase política, de las familias, de
los valores sociales, más que de los propios profesores.
10. En una escala del 0 al 10, los encuestados califican con
un 7,22 la preparación de los maestros de Primaria y
con un 6,98 a los profesores de Secundaria.
En cuanto a la vocación, califican a los maestros con un
6,98 y con un 6,59 a los profesores de Secundaria.
11. El público consultado, bastante satisfecho con la enseñanza recibida en su
infancia y juventud: un 7 de una escala de 0 a 10.
La satisfacción con el sistema educativo de quienes tienen sus hijos en
edad escolar, entre media y media-alta. Un 67,4% entre muy o bastante
satisfecho con cómo el sistema educativo ayuda a sus hijos a tener los
conocimientos necesarios. Un 62,2% lo está en lo tocante al desarrollo de
la personalidad y a la ampliación de sus habilidades y un 55% en lo que se
refiere a la vida en sociedad y la adaptación a sus cambios. Puntúan con un
7,73 de media al centro escolar de su hijo.
Para un 38,7% la calidad de la enseñanza en general es buena, para el
43,5% es regular y para el 17,4% es mala o muy mala.
Hay una diferencia significativa entre cómo juzgan los encuestados al
conjunto del sistema educativo y cómo juzgan la calidad del centro de sus
hijos: mientras que el 80,4% consideran como muy buena o buena la
calificación del colegio de su hijo, ese porcentaje se transforma en el
42,6% al juzgar la calidad del sistema educativo español. Posible razón:
informaciones de los medios de comunicación, debates políticos…
12. La sociedad española ve a la familia como el principal protagonista de la
educación. El 71% cree que la principal responsabilidad de educar a la
siguiente generación recae en las familias.
Un 48,3% de las familias apuestan por los conocimientos básicos. Un
25,4% educación en valores. Un 22,2, preparación para el futuro. En último
lugar, la preparación para el trabajo o una carrera profesional, un 19,3%.
En escala del 1 al 5, las familias españolas otorgan a las matemáticas
(4,73), al inglés (4,71), informática (4,53) y ciencias (4,33). A cierta
distancia, humanidades (3,79), deportes (3,59), teatro, música y otras
actividades artísticas (3,35).
13. Solo un 30,3% a favor del modelo actual: carrera especializada y
máster de formación pedagógica y didáctica. El 67, 6% opta por un
modelo de formación más específica: carrera de profesor de
Secundaria en la especialidad correspondiente.
El 73,3% concuerda con que el acceso a la carrera de maestro sea tan
exigente como el acceso a medicina.
Acuerdo general en reforzar la autoridad del profesorado, más recursos
para la educación y una amplia mayoría (80,9%) muy o bastante de
acuerdo en que la disminución del alumnado por aula mejoraría mucho
el rendimiento escolar.
Un 60,8% partidario de que los centros escolares ofrezcan más
información del rendimiento de los alumnos.
Un 82,3% cree necesario un título de graduado en ESO para hacer FP.
Un 90,7% para el bachillerato.