2. La muerte de Jesús ha
sumido a sus discípulos
en el desconcierto.
Temerosos, desolados,
se encierran en la casa
donde pasaron las
últimas horas con
Jesús. Pero al amanecer
del primer día de la
semana, las mujeres
corren al sepulcro...Y
encuentran la tumba
vacía.
3. María Magdalena, la
que fue rescatada por
Cristo, es la primera a
quien se aparece Jesús.
Ella corre a anunciarlo.
En un tiempo en que el
testimonio de las
mujeres no se
consideraba válido,
toda la fe cristiana
descansa en este
primer testimonio de
unas mujeres valientes.
4. María Magdalena se
convierte en apóstol de
los apóstoles. Ella es la
primera portavoz de la
noticia más importante
del NuevoTestamento.
Aceptando la autoridad
de Pedro en el grupo,
acude a él para
comunicarle su
experiencia.
5. Pedro y Juan, los
discípulos más amados,
corren al sepulcro. Se
asoman y ven la tumba
vacía. El discípulo
escribe que fue
entonces cuando «vio y
creyó».
Desde entonces sus
vidas darán un vuelco.
Toda la fe cristiana se
fundamenta en la
resurrección.
6. Dios es un Dios de
vivos, no de muertos.
Vana sería nuestra fe si
Cristo no hubiera
resucitado, dice San
Pablo. La resurrección
es la piedra angular, la
roca que soporta
nuestra fe. El encuentro
con Cristo vivo nos
introduce en la vida de
Dios.
7. Esta vida nueva la
empezamos a vivir en la
eucaristía. Cada
domingo, y
especialmente en
Pascua, celebramos la
Vida con mayúsculas.
La Pascua nos prepara
para la vida a la que
estamos llamados. Hoy
ya podemos paladear,
anticipadamente, un
sobro de eternidad.
8. La muerte da paso a la
vida, la oscuridad se
convierte en luz, el odio
se transforma en amor.
De la noche pasamos a
un cielo iluminado por
el Sol de Cristo.
¡Está vivo!
No todo se acaba en la
vulnerabilidad, en el
límite, en la levedad del
ser...
9. El encuentro con Cristo
cambia la vida. Nos
cambia el rostro, la
mirada, el cuerpo...
Toda la persona queda
transformada por la luz
pascual que la inunda.
Hoy, domingo de
Pascua, es el día más
importante para el
cristiano. Es el día de
los días, en que somos
testimonios de una
experiencia sublime.
10. No lo hemos visto, pero
tenemos la certeza. La
experiencia que cambió
el corazón de los
discípulos ha llegado
hasta hoy, sacudiendo
la historia. De ser
hombres sencillos,
atemorizados y llenos
de dudas, pasaron a ser
líderes entusiastas, que
difundieron un mensaje
por todo el mundo.
11. Esta es la grandeza de
la Iglesia. Los primeros
apóstoles eran
hombres y mujeres
como nosotros, gente
corriente y limitada.
Pero se abrieron al don
de Dios.
Hoy también puede
cambiar nuestra vida.
Solo Dios puede
iluminar la oscuridad
del ser humano para
transformarlo.