La crisis financiera ha llevado a los bancos globales a retraerse de las actividades transfronterizas e internacionales y centrarse más en sus mercados domésticos. Los activos transfronterizos de los bancos han disminuido como proporción de sus activos totales a niveles inferiores a los de antes de la crisis. Esto se debe a la presión regulatoria para fortalecer los balances de los bancos y reducir el riesgo, así como al desapalancamiento general de los bancos, hogares y empresas desde el comienzo