El inventor inglés William Hale, de 38 años, se instaló cerca del Royal Arsenal, en Woolwich (Londres), y quedó tan impresionado por el cohete Congreve que no tardó en modificarlo. Hale lo mejoró eliminando la varilla de guía e imprimiendo un giro al proyectil. Esto le dio estabilidad durante la fase de empuje y eliminó la característica del cohete Congreve que lo hacía propenso a los efectos del viento en vuelo. Los cohetes de Hale fueron patentados el 11 de enero de 1844 y vendidos a numerosos países extranjeros. Pero el gobierno británico se mostró reacio a pagar a Hale un canon, y éste no cobró durante 26 años.