El positivismo fue fundado por el filósofo francés Auguste Comte en el siglo XIX. Se basa en la idea de que solo es válido el conocimiento que procede de la experiencia y la observación empírica, rechazando todo concepto metafísico o a priori. El positivismo divide la evolución histórica del conocimiento en tres etapas: la teológica, la metafísica y la positiva, en la que el ser humano es capaz de explicar la realidad mediante leyes obtenidas de la observación y la experimentación.