El idealismo se basa en las ideas, la verdad y la belleza como normas guía, sosteniendo que la realidad fuera de la mente no es comprensible por sí sola. El positivismo, por otro lado, sólo admite como válidos los conocimientos que proceden de la experiencia y rechaza los conceptos universales, considerando que sólo los hechos son realidad científica comprobable. Mientras el idealismo se centra en las ideas, el positivismo requiere comprobación empírica de la realidad.