El menú semanal incluye desayunos ligeros como piezas de fruta, cereales y café con leche de lunes a viernes y tostadas y pan de dulce los fines de semana. Las comidas principales son equilibradas con verduras como coliflor, vainas y espinacas, así como proteínas magras como filete, pollo y sepia. Las meriendas son ligeras como yogures, frutas y sandwiches.