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COCHABAMBA- BOLIVIA
PLANILLA DE CONTROL
NOMBRE: Cardozo Leon Alison Brenda
MATERIA: Producción II GRUPO: 01 GESTION: II/2020
DOCENTE: Magister Zapata Barrientos José Ramiro
N.º TEMA FECHA DE AVISO FECHA DE ENTREGA FIRMA
1 Benchmarking 16 de septiembre
del 2020
07 de octubre del
2020
entregado
2 Benchmarking(subirvideoa
emprendedores
Cochabamba)
16 de septiembre
del 2020
21 de octubre del
2020
Entregado
3 Productos(subirvideoa
emprendedores
Cochabamba)
16 de septiembre
del 2020
27 de septiembre
del 2020
Entregado
4 Factoresde producciónde
desarrollo
23 de septiembre
del 2020
07 de octubre del
2020
Entregado
5 Resumendel libro
Eclesiastésde labiblia
22 de septiembre
del 2020
07 de octubre del
2020
Entregado
6 Los 4 tiposde marketing
moderno
05 de septiembre
del 2020
07 de octubre del
2020
Entregado
7 El equilibriode laeconomía 05 de septiembre
del 2020
07 de octubre del
2020
Entregado
8 Plande producción(subir
videoala página
emprendedores
Cochabamba)
06 de octubre del
2020
07 de octubre del
2020
Entregado
4. 4
RESUMEN DE ECLESIASTES
Pensamiento:
“El gerente mide todo”. (Mgr. Ramiro Zapata Barrientos).
1.Introduccion
1.1. origen
El Libro del Eclesiastés (griego ἐκκλησιαστής, Ekklesiastés, hebreo ֹקהֹל ֶ,ת Qohéleth,
"eclesiasta", "asambleísta" o "congregacionista"), a veces conocido como el "Libro del
Predicador", es un libro del Antiguo Testamento de la Biblia, y también del Tanaj,
perteneciente al grupo de los denominados Libros Sapienciales, o de enseñanzas. En el
Tanaj judío se ubica entre los Ketuvim (o los "escritos"). En el ordenamiento de la
Biblia, el Eclesiastés sigue a los Proverbios y precede al Cantar de los Cantares,
mientras que en el Tanaj se encuentra entre estos dos mismos libros, pero en orden
inverso: le antecede el Cantar de los Cantares, y le sucede el de Proverbios.
No debe confundirse con el Libro del Eclesiástico, el cual es otro libro sapiencial, de
nombre similar, que forma parte del Antiguo Testamento del Canon Amplio Oriental y
Occidental, sustento de las Biblias propias de las iglesias cristianas ortodoxas,
orientales, y de la católica.
Una de las características más llamativas de Eclesiastés es que el libro tiene referencias
claras al ciclo del agua y las condiciones climáticas, un conocimiento que no existía en
ese momento. (1)
1.2. autores
El perfil autobiográfico del escritor del libro sin duda alguna apunta a Salomón. La
evidencia abunda:
1. El título encaja con Salomón, "hijo de David, rey en Jerusalén" (1:1) y "rey sobre
Israel en Jerusalén" (1:12)
2. La odisea oral del autor relata la vida de Salomón (1 R 2-11)
3. El papel de uno que "enseñó sabiduría al pueblo" y escribió "muchos
proverbios" (12:9) corresponde a su vida.
Todos estos apuntan a Salomón, el hijo de David como el autor.
Una vez que Salomón es aceptado como el autor, la fecha y ocasión se vuelven claras.
Salomón lo escribió probablemente en sus últimos años (no más tarde de alrededor
del 931 a.C.), primordialmente para advertir a los jóvenes de su reino, sin omitir a
5. 5
otros. Él les advirtió que evitarán caminar en la vida por el camino de la sabiduría
humana; él los exhortó a vivir por la sabiduría revelada de Dios (12:9-14). (2)
2.Desarrollo
El autor de este Libro es un “Sabio” de mediados del siglo III a. C. que pone sus
reflexiones en boca del ECLESIASTÉS, palabra griega que significa “predicador” o
“presidente” de una asamblea religiosa. De ahí el título de la obra, cuyo nombre
hebreo -COHÉLET-parece significar más o menos lo mismo. El hecho de identificar a
este “predicador” con el rey Salomón es un artificio literario común a todos los escritos
sapienciales. (3)
El tono dominante del Eclesiastés es más bien sombrío y pesimista. En él se van
exponiendo las reflexiones y las actitudes de un hombre a partir de su experiencia
personal. Esa experiencia le ha hecho descubrir la caducidad de la vida y la aparente
inutilidad de todas las cosas, llevándolo a una amarga convicción, repetida
incansablemente a lo largo del Libro: “¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que
vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol?”.
(3)
Este Sabio comprueba que nada de lo que tradicionalmente era considerado una
retribución por el cumplimiento de la Ley puede satisfacer plenamente al corazón
humano. El amor, los placeres, las riquezas y la gloria no dejan más que vacío y
desencanto. La misma sabiduría está acompañada de aflicción. Para colmo de males,
muchas veces los necios oprimen a los sabios. Más aún, “¡el sabio muere igual que el
necio!” y “todo cae en el olvido” (2. 16). La ausencia de la esperanza en una retribución
después de la muerte explica esta manera de pensar (9. 4-6). Lo único que vale la pena
es gozar moderadamente de las alegrías y de los pocos bienes que Dios pone a nuestro
alcance. (3)
¿Cómo se puede compaginar el pesimismo del Eclesiastés, por momentos rayano en el
escepticismo, con la fe y la esperanza de un israelita que se siente heredero de las
promesas hechas por Dios a su Pueblo? Por lo pronto, no se debe olvidar que este
Libro no es “toda” la Biblia, sino “una” de sus partes. Escrito en el estilo de los
“maestros de sabiduría”, abundan en él los aforismos, las paradojas e, incluso, las
afirmaciones aparentemente contradictorias que intentan expresar las diversas caras
de una misma realidad. (3)
Por otra parte, al escepticismo existencial del autor del Eclesiastés no corresponde un
escepticismo religioso. Al contrario, este pensador desilusionado guarda la serenidad
del creyente y reconoce que todo ha sido dispuesto por la sabia Providencia divina.
Para él, las cosas buenas son un don de Dios, y el hombre tendrá que dar cuenta al
Creador de su conducta sobre la tierra. La enseñanza moral de este “predicador”
6. 6
concuerda muy bien con la de todo el Antiguo Testamento: “Teme al Señor y observa
sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre”, (3)
De todas maneras, al llamar la atención sobre la relatividad de cuanto hay “bajo el sol”,
este Sabio nos lleva a la búsqueda del único “Absoluto”. “El Eclesiastés habla de Dios,
se ha dicho con razón, como la sed del agua”. Y el Nuevo Testamento, al revelarnos la
resurrección de los muertos, viene a colmar la sensación de vacío que deja la lectura
de este Libro: “La creación quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por
causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza”. (3)
2.1. usos
Conocido también por El Predicador, del hebreo Koheleth, libro del Antiguo
Testamento de autor incierto, aunque tradicionalmente atribuido a Salomón. (4)
Su primer versículo dice así: «Palabras del Predicador, hijo de David, rey de Jerusalén.»
Sin embargo, dado su lenguaje y peculiaridades gramaticales, la mayor parte de las
escrituritas actuales no creen que lo escribiera Salomón, sino que el autor se lo
atribuye en forma simbólica, como se desprende del versículo citado y otros lugares de
los cinco primeros capítulos del libro. Probablemente fue escrito por algún judío rico y
socialmente relevante. (4)
La época de su composición se sitúa hacia el año 200 a. de J.C. y su canonicidad fue
reconocida probablemente hacia el año 100 a. de J.C. (4)
El libro se ocupa directamente de la conducta del hombre en el mundo y la
interpretación de la vida. Los primeros 10 capítulos tratan del aspecto materialista de
la vida. En ellos se siente el autor desesperanzado al considerar esta vida desconectada
de la futura, como un fin en sí misma. (4)
Nos dice (1:14) que «todo cuanto se halla debajo del sol es vanidad y aflicción de
espíritu». La maldad se hace patente doquiera y no existe norma moral que regule las
acciones. No existiendo más que esta vida terrena, lo único que hemos de considerar
es cuanto nos proporcione felicidad en nuestra existencia temporal y efímera. (4)
En los capítulos 11 y 12 del libro, el autor interpreta la vida desde un punto de vista
diferente, que ofrece un. acusado contraste con la primera parte. Nos presenta a Dios
y nos enfrenta con la vida futura. La existencia terrena no es sino un periodo de prueba
para el juicio venidero. Como antídoto de la vanidad nos ofrece el temor de Dios. (4)
El libro concluye con una súplica en favor de la aceptación de una elevada norma de
moralidad: «Oigamos todos juntos el fin de esta prédica: Teme a Dios y guarda sus
mandamientos, pues esto es todo hombre» (12:13).
Origen de la palabra: del latín Eclesiastés, y éste del gr. "el que dirige la palabra al
pueblo reunido"). (3)
7. 7
2.2. alcances
El Buscador descubrió tres cosas. Primero, todo es apropiado y nos ayuda, incluso
aquellas cosas que parecen ser negativas, así como las positivas. Estas no son
maldiciones ni obstáculos; son las bendiciones de Dios, deliberadamente provistas por
Él. Hasta nuestros enemigos son una bendición. “Ama a tus enemigos”, dijo Jesús,
porque tienen un valor para nosotros (Mateo 5:44). Ellos hacen que pasemos por algo
que necesitamos con desesperación. Nuestro problema es que tenemos un concepto
tan superficial de las cosas que lo que queremos es que todo nos vaya bien y sea
agradable. Es más, queremos ser nosotros los que tomemos las decisiones; deseamos
limitar el tiempo durante el cual sufrimos y tenemos dolor. Pero Dios no nos permite
ocupar Su lugar y ser los que tomemos las decisiones. (5)
La segunda cosa que aprendió el Buscador en su búsqueda es que hay una calidad en
relación con la vida y la humanidad que no se puede explicar por medio del
fundamento de la evolución. Ningún animal se siente inquieto e insatisfecho cuando
han quedado suplidas sus necesidades. Observe usted a un perro bien alimentado
durmiendo delante de la chimenea en un día frío. Está con su familia, pasándolo bien,
sin tener que preocuparse de nada. Un ser humano en esa misma situación no tardará
en sentir una cierta impaciencia. Tiene que haber algo más, algo más que está
pidiendo a gritos. Esta búsqueda interminable por una respuesta más allá de lo que
nosotros podemos sentir en relación con nuestras necesidades físicas y emocionales es
lo que se llama aquí “eternidad en el corazón del hombre”. San Agustín dijo: “Tú nos
has creado para Ti mismo, y nuestros corazones estarán inquietos hasta que
aprendamos a descansar en Ti”. Las personas son las únicas criaturas que alaban. Lo
que las hace diferentes no se puede explicar por el procedimiento evolutivo. Son
diferentes porque anhelan contemplar el rostro de Dios. C. S. Lewis dijo: “Nuestro
Padre celestial ha provisto muchas posadas deliciosas para nosotros a lo largo de
nuestro viaje, pero se anda con sumo cuidado para asegurarse de que no confundamos
ninguna de ellas con nuestro hogar”. Hay un anhelo por el hogar; hay un llamamiento
en lo profundo del espíritu humano que desea más de lo que puede ofrecer la vida. Ese
algo inalcanzable forma parte del plan de Dios. (5)
La tercera cosa que aprendió el Buscador es que aún sigue existiendo el misterio.
Nosotros aumentamos nuestros conocimientos, pero descubrimos que cuanto más
sabemos, tanto más conscientes somos de que no sabemos. El aumentar el
conocimiento tan solo aumenta la profundidad de la maravilla y el deleite. En la
sabiduría soberana de Dios, nosotros no podemos resolver todos los misterios. Como
dijo el apóstol Pablo: “Contemplamos un reflejo inexacto como en un espejo” (1
Corintios 13:12); anhelamos el día cuando veremos cara a cara. (5)
8. 8
Nosotros no podemos tener todas las respuestas a todos los acertijos y los enigmas de
la vida. Es por eso que la exhortación de las Escrituras es siempre que debemos confiar
en la revelación de la sabiduría del Padre en los aspectos que nosotros no podemos
entender. Jesús dijo repetidamente que la vida de fe es como la de un niño. Los niños
pequeños en los brazos del padre no son conscientes de muchas cosas que su padre ha
aprendido. Pero, descansando en los brazos de su padre, se sienten totalmente
satisfechos de que estos enigmas se revelen cuando crezcan, confiando en la sabiduría
de su padre. Esa es la vida de fe y es lo que hacemos nosotros en nuestra experiencia.
(5)
3.Conclusiones
En él, aconseja a los jóvenes que vivan bien mientras puedan, porque un día morirán.
En los dos últimos versículos, se nos da claramente la clave de que creía en la
naturaleza eterna de la vida; en estos versículos se da a entender que, con lo que dice
en los once y medio capítulos anteriores, el predicador ha tratado de demostrar que la
vida sin Dios no tiene significado, pero que el vivirla bien tiene sentido. El llevar una
buena vida tiene aún más sentido si sabemos que la existencia es eterna y que un día
nos presentaremos ante Dios y seremos juzgados. Por este motivo, los dos últimos
versículos del capítulo 12 contienen el verdadero mensaje del libro.
Referencias
1. https://es.wikipedia.org/wiki/Libro_del_Eclesiast%C3%A9s
2. http://www.indubiblia.org/eclesiastes-1
3. https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/eclesiastes.php
4. https://www.raystedman.org/es/devociones-diarias/eclesiastes/la-
eternidad-en-mi-mente
5. https://www.churchofjesuschrist.org/manual/old-testament-seminary-
student-study-guide/ecclesiastes-or-the-preacher/ecclesiastes-12-the-
conclusion?lang=spa
Videos
1. https://www.youtube.com/watch?v=LZA50T3R2Og
2. https://www.youtube.com/watch?v=FlYec0ZVn_k
Comentariopersonal
podemos tener una perspectiva diferente. A diferencia del Predicador, los seguidores
de Cristo en la actualidad vemos una esperanza concreta más allá del mundo caído.
Somos testigos de la vida, muerte y resurrección de un nuevo Predicador, Jesús, cuyo
poder no murió con el fin de Sus días bajo el sol. Él anuncia que “el reino de Dios ha
llegado a vosotros” El mundo en el que vivimos ahora llegará a estar bajo el gobierno
de Cristo y será redimido por Dios. Lo que el escritor de Eclesiastés no sabía no podía
saber, y él mismo estaba consciente de ello es que Dios enviaría a Su Hijo no para
9. 9
condenar al mundo, sino para restaurarlo y que volviera a ser como Él quería que
fuera. Los días del mundo caído bajo el sol están pasando para dar lugar al reino de
Dios en la tierra, en donde los hijos de Dios “no tendrán necesidad de luz de lámpara ni
de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará” Debido a esto, el mundo en el que
vivimos no es solo el vestigio del mundo caído, sino también lo que existe antes del
reino de Cristo, “que descendía del cielo, de Dios”.
Imágenes