Semmelweis notó altas tasas de fiebre puerperal en la primera división de un hospital donde estudiaban medicina, pero no en la segunda. Propuso varias hipótesis, como influencias atmosféricas o hacinamiento, pero ninguna explicaba la diferencia. Finalmente, descubrió que los doctores y estudiantes transmitían la enfermedad de las autopsias a las pacientes al no lavarse bien las manos, lo que causaba su muerte.