El documento describe el caso del Dr. Ignaz Semmelweis, quien notó una alta tasa de mortalidad por fiebre puerperal en la primera división de maternidad de un hospital en Viena. Semmelweis propuso varias hipótesis, pero finalmente descubrió que la causa era la transferencia de material infeccioso a través de las manos de los médicos y estudiantes después de realizar disecciones, y la mortalidad disminuyó después de que destruyeron químicamente dicho material adherido a sus manos.