El documento presenta 17 señales que indican que una clase no es del siglo XXI y hace preguntas para que los docentes analicen su rol en la enseñanza actual. Plantea que las clases deben adaptarse a las nuevas demandas sociales y que las excusas como falta de recursos o tiempo no deben impedir la incorporación de tecnologías de información para facilitar procesos de aprendizaje significativos.