Este documento discute cómo construir actividades cotidianas significativas en la educación maternal. Una docente propone conceptualizar el trabajo cotidiano para evitar rutinas sin sentido. Sugiere que cada sala debe adaptar sus propuestas a la edad y capacidades de los niños. Por ejemplo, los momentos de alimentación no deben ser siempre iguales para todos. La docente también invita a los colegas a comparar lo que los niños suelen hacer en casa con lo que hacen en la sala, como una herramienta útil para la planificación.

1. EPISODIO 03
¿Cómo construímos actividades cotidianas en la
educación maternal?

2. ¿Cómo construímos actividades cotidianas en la educación maternal?
¡Hola! En una reunión que está a cargo de una de las docentes de “deambula”,
luego de iniciado el ciclo lectivo, se plantea la necesidad de conceptualizar sobre
nuestro trabajo cotidiano y que otra inquietud en estas instituciones es cuidar las
dinámicas para evitar el hacer mecánico que nos lleva a una rutina sin sentido.
Se recalca que cada sala tiene propuestas que se ordenan en función de la edad de
los niños, de su capacidad de espera, del desarrollo del lenguaje, de su habilidad
motora… entonces, el momento de la alimentación, por ejemplo, ¿es siempre y
para todos igual?
La docente menciona que aquí la pregunta nos interpela una vez más sobre lo que
distingue este trabajo del que se hace en casa y del que se hace en otras secciones.
La propuesta es a que distingamos qué es bueno reiterar, qué es necesario
cambiar, cuál es la práctica que a los chicos le refiere a que duermen con los
compañeros y la/el “seño”.
La docente les propone a sus colegas “¿Se animan a armar un cuadro para
comparar lo que suelen hacer los niños en su ámbito familiar y qué hacen con
nosotros. Este es un muy buen recurso para tener en cuenta a la hora de
planificar.”