Este poema de Miguel Hernández describe el amor eterno entre dos personas que se aman profundamente y que nada ni nadie puede separar a pesar de los intentos de otros por hacerlo. A través de imágenes de tormentas, hachas, precipicios y naufragios, el poema representa las fuerzas que tratan de separar a la pareja, pero que finalmente no pueden porque su amor es demasiado fuerte.